La dedicación de un centro a la presidenta del Consell de Cultura abre una nueva brecha

Esta decisión ha desencadenado el malestar entre una parte de los miembros del órgano consultivo, en particular entre los populares, al considerar que al tratarse de una decisión ejecutada «sin el consenso del Ayuntamiento de la localidad» viene a demostrar lo que consideran una «utilización» de la posición de Pedrós en el CVC como un medio para «dejar constancia, ahora que Compromís no tiene poder en las instituciones, de que sí ha tenido una trascendencia. Es una manera de marcar territorio».

La actuación de Tamarit en el que podría llamarse el territorio de Compromís, advierten las fuentes que no puede contemplarse como decisión aislada de esta formación. La vinculan también a la acción política del PSPV. Como informó ayer LASPROVINCIAS, hay voces cercanas al CVC que mantienen que los hechos que han desestabilizado el funcionamiento de este órgano responden a una «estrategia» urdida por el expresidente de la Generalitat Ximo Puig para controlar la «única herramienta de poder que le queda en las instituciones».

En esa «estrategia» que algunas de las fuentes mantienen que desarrolló el expresidente de la Generalitat, la actual presidenta en funciones del CVC habría tenido papel destacado, en tanto que el PSPV facilitó que se situara en la vicepresidencia desde la que pasó a la presidencia –todavía provisional– tras el fallecimiento en agosto de 2022 del profesor Santiago Grisolía.

La apuesta por Pedrós para la vicepresidencia rompió, según mantienen desde el sector crítico, la regla no escrita de que ese puesto lo ocupaba tradicionalmente un nombre a propuesta del PP. Ahí es donde observan las voces consultadas que ya se dio un paso hacia donde quería dirigirse el movimiento para disponer del control de esta entidad como ariete político de la izquierda. Advierten, además, que hay que tener en cuenta que PSPV y Compromís fueron aliados durante las dos legislaturas anteriores tanto en el ejecutivo como en el legislativo valencianos. Y, claro está, sus acciones eran reflejo de ese acuerdo que en la actualidad se encuentra sin espacios institucionales en los que desplegarse. El CVC es la excepción de la que se sirven.

Además, «el PSPV teniendo ya el secretario del CVC no iba también a nombrar vicepresidente a alguien de su partido», apuntan para añadir a continuación que con la designación de Pedrós se salvaban los dos obstáculos y «se mantenía callado a Compromís».

Al relato de los acontecimientos de la semana pasada en referencia a la lengua valenciana y el anterior relativo al cambio de nombre del auditorio de Torrent, que han destapado la crisis del CVC se suma ahora el malestar al observar cómo se ha utilizado la figura de la presidencia –en funciones– del órgano consultivo para rotular un espacio en «una manera de reconocer los servicios prestados».

La resolución para la dedicación del centro de adultos, publicada el 10 de julio en el DOCV, recoge que el Consejo Escolar Municipal de Carcaixent, en sesión ordinaria celebrada el 12 de junio –cinco días antes de la constitución del nuevo Ayuntamiento– aprobó proponer la denominación de Dolors Pedrós Company, entre otras razones, como reconocimiento «a su vinculación al mundo de la educación y la cultura, habiendo sido presidenta de la Associació d'Editors del País Valencià».