Mejoras de vanguardia para toda la gama i30

Hyundai ha renovado la imagen del i30, ha incrementado el equipamiento y amplía su gama de motores, con tres versiones de carrocería: cinco puertas, familiar y fastback –un sedán con una imagen cercanas a la de un coupé–.

Exteriormente, destaca su parrilla frontal, que ahora es más ancha, a la que se suman unos nuevos parachoques con unas ópticas led más delgadas y unos pilotos que son los mismos que la versión anterior, pero con una distribución de funciones diferente. Las llantas, según la versión, pueden ser de 16, 17 y 18 pulgadas y en la zaga incorpora un nuevo paragolpes muy atractivo y faros led con forma de 'V' horizontal.

El habitáculo es donde el i30 ha sufrido más mejoras, con una nueva instrumentación con pantalla de siete pulgadas, cargador inalámbrico, renovadas salidas de aire y un sistema multimedia, con pantalla táctil hasta 10,2 pulgadas con conexión inalámbrica para Apple CarPlay y Android Auto. Hay nuevos tapizados para los asientos y los maleteros, según carrocerías, tienen una capacidad entre 395 y 602 litros.

El navegador incluye nuevos servicios de conectividad y de entretenimiento, con datos de tráfico en tiempo real, puntos de interés durante la ruta, radares de velocidad, información de las estaciones de servicio más cercanas con precios del carburante, orientación última milla, información meteorológica... Además, a nivel de ayudas y seguridad, este nuevo i30 de Hyundai no se queda corto: tiene asistencia de seguimiento de carril, un sistema de detección de ángulo muerto actualizado que puede activar el freno automáticamente en caso de colisión inminente, detección de peatones y bicicletas con frenada predectiva... y también, según versiones, están disponibles otros asistentes, como el cambio automático de luces y la alerta por cansancio del conductor.

Donde más ha incidido el fabricante coreano en este modelo es en los propulsores, que se han renovado a fondo y algunos cuentan con etiqueta eco. Este i30 ofrece cuatro motores de gasolina –1.5 de 110 CV, 1.0 de 120 CV, otro 1.0 de 120 CV con hibridación ligera y un 1.5 con 159 CV e hibridación ligera– y dos de ciclo diésel –un 1.6 de 115 CV y otro 1.6 de 136 CV micro-híbrido–. Todas esta mecánicas van asociadas a una caja de cambios manual de seis velocidades y, opcionalmente, se podrá elegir una automática de doble embrague y siete relaciones –excepto para el de 110 CV–. La caja manual de las versiones micro-híbridas tienen un embrague controlado electrónicamente que desacopla el motor de la transmisión cuando el conductor no pisa ningún pedal, con lo que el coche circula en el modo inercia, lo que reduce las emisiones y el consumo.

En lo que respecta a la gama más deportiva del i30, la N Line, se incorpora la versión familiar, hasta ahora no disponible. En las versiones N Line, las aberturas laterales presentan unas alas flotantes para mejorar la aerodinámica, y las suspensiones y la dirección han sido mejoradas.

Hay disponibles cinco acabados con precios entre 22.170 y 34.065 euros, pero que, aplicando los descuentos de lanzamiento, financiación y plan renove, pueden reducir el pago total en hasta 8.000 euros.

Hemos tenido la oportunidad de conducir la versión familiar N Line, con el propulsor diésel de 120 CV con la caja manual. Esta versión tiene los pedales metálicos, un volante especial y unos asientos más deportivos con costuras en rojo. El motor, pese al buen aislamiento, en marchas cortas, parece algo ruidoso, aunque responde desde muy bajas revoluciones y de forma progresiva. La suspensión en el modo 'eco' y 'normal', nos ha parecido algo blanda, aunque en el modo 'sport' resulta más eficaz y nada incómoda. Los consumos, en nuestro corto recorrido, incluso conduciendo con el modo 'sport' y de forma ágil, resultaron ser bajos, con menos de 6,2 litros a los cien kilómetros.