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R. B.
BENISSA.
Viernes, 20 de julio 2018, 00:18
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La Xylella Fastidiosa no da tregua a los agricultores de la Marina Alta. La conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural informó ayer de la detección de un nuevo foco de esta bacteria fitopatógena, el octavo ya, que está causando estragos, principalmente, en los cultivos de almendros en los municipios del interior de la comarca y el resto de la provincia de Alicante. De hecho, en esta ocasión, son 23 las parcelas de cultivos afectadas, algunas de ellas situadas en los términos municipales de Benissa y Gata de Gorgos. El resto de poblaciones afectadas, apuntaron, son Altea, Famorca y Tàrbena.
Además de descubrir la presencia de la Xylella en ejemplares de almendros, también se ha descubierto en otras especies forestales como Los arbustos Calicotome spinosa y Phagnalon saxatile, el arbusto floral ornamental Polygala myrtifolia, así como Helichrysum italicum (Siempreviva del Monte), Rhamnus alternus (Aladierno) y Rosmaninus Officinalis (Romero).
En torno a las nuevas parcelas infectadas por la bacteria, desde la conselleria apuntaron que ya se han adoptado las medidas fitosanitarias de erradicación y control, «en aplicación de la Ley 43/2002 de Sanidad Vegetal», así como las medidas fitosanitarias de erradicación y control «que establece la Decisión de ejecución Unión Europea 2015/789 de la Comisión».
La Conselleria también ha comunicado al Ministerio la nueva situación. Según apuntaron, en la reunión se puso de relieve que el paso de la enfermedad a especies forestales refuerza la necesidad de las medidas de erradicación que eviten la expansión.
Además destacaron que «la falta de colaboración en la zona está dificultando la contundencia necesaria en las actuaciones de la Conselleria, que impidan el avance de la enfermedad dentro de la zona demarcada y un mayor control».
Declaraciones que no comparten los miembros del PP de la comarca, que la pasada semana criticaron en Murla la «actuación autoritaria con la que está actuando la Conselleria, sin consenso ni diálogo con las personas afectadas por una plaga que daña a los almendros y por ende, no solo al sector de la agricultura, sino también al paisaje y al turismo».
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