«Nos hemos encontrado con muchas niñas y jóvenes que han sufrido agresiones sexuales y no tenían muy claro si lo eran o no»
El proyecto 'Sextutorías', puesto en marcha en La Nucía, abordará la educación afectivo-sexual desde un punto de vista innovador y transversal
Nicolás Van Looy
La Nucía
Martes, 22 de febrero 2022, 07:31
La perplejidad entre padres, profesores, profesionales de la salud y, en definitiva, todo aquel que orbita de una u otra manera el área de la educación es máxima. Nadie se explica cómo es posible que la generación que mayor y más fácil acceso tiene a todo el conocimiento generado a lo largo de la historia de la humanidad puede vivir, en muchos aspectos, tan ajena a esa misma sabiduría. Y no se trata únicamente –aunque también, de conceptos académicos o de cultura general–, sino de asuntos básicos para su completo y efectivo desarrollo como personas.
«Hasta antes de la pandemia, Salud Pública tenía los PIES, unos proyectos de información y educación sexual, que se desarrollaban, sobre todo, en los institutos. Sin embargo, con la pandemia todo esto se quedó parado. Además, la Estrategia Valenciana de la Juventud, desarrollada desde el Ivaj, contempla la educación afectivo-sexual como uno de sus ejes estratégicos. Pero es algo que todavía está por construir en gran medida». Quienes así hablan son Mª Jesus Jumilla y Gemma Márquez, concejalas de Juventud e Igualdad, respectivamente, en el Ayuntamiento de La Nucía.
Junto a los técnicos de las dos áreas, han desarrollado ‘Sextutorías’, una iniciativa dirigida a los jóvenes y a sus familias y que nace, explican porque «hemos decidido abordar esta cuestión desde un punto de vista más amplio del tradicional. Es decir, que no sea sólo un servicio de información y asesoramiento para ayudar a jóvenes, sino dándole más sentido junto a otros proyectos que ya teníamos en marcha y que nos estaban demostrando que sí o sí necesitábamos educación en materia afectivo-sexual».
Y todo, porque en este ámbito se ha involucionado enormemente. «En los años 80 y 90 existía una información a nivel preventivo, pero ahora nos encontramos con varias generaciones, por lo que no es algo que surja a causa de la pandemia, que no han recibido educación afectivo-sexual en los centros”.
La pornografía, única herramienta informativa
Esa ausencia de educación afectivo-sexual durante los últimos años ha provocado, tal y como relatan las concejalas nucieras, que «la única vía de información y la única manera por la que los jóvenes acceden a la sexualidad es la pornografía ‘mainstream’, con todo lo que eso implica».
La gran pregunta, por lo tanto, radica en conocer los motivos por los que la educación sexual ha abandonado los centros educativos. Jumilla y Márquez aseguran que «no se pueden generalizar, pero la principal traba para conseguir que la educación afectivo-sexual llegue al ámbito educativo, tanto a los centros escolares como a las familias, es que el sexo sigue siendo un tabú».
Algo que choca frontalmente con ese fácil acceso a la pornografía antes descrito y que, como reconocen las ediles, convierte la situación en «algo paradójico porque vivimos en una sociedad hipersexualizada y nuestros jóvenes tienen un acceso impresionante a la pornografía y están recibiendo imágenes e inputs constantemente de ese tipo de sexualidad, que no tiene nada que ver con la sexualidad humana sana, la que se produce cuando dos personas se juntan».
En un momento histórico en el que se ha puesto de forma muy decidida el acento sobre la prevención de la violencia machista, sorprende escuchar que los jóvenes «no son capaces de detectar agresiones sexuales. Nos hemos encontrado con muchas niñas y jóvenes que han sufrido agresiones sexuales y no tenían muy claro si lo eran o no».
Algo que puede tener su origen, afirman, en que «la toxificación es la vía perfecta para canalizar toda esa narrativa que pretende ocultar esta realidad. No podemos dejar de lado que hay una industria muy potente detrás de esto».
Pese a todo, Jumilla y Márquez rompen una lanza a favor de los jóvenes y subrayan que «no es dejadez por su parte. No debemos ver a la juventud como un grupo de irresponsables. Ese no es el caso. Lo que ocurre es que existe una gran desinformación y una muy baja percepción de los riesgos, de dónde están los riesgos reales».
El proyecto de las ‘Sextutorías’ está ahora dando sus primeros pasos. Esto hace que, aunque ya se están planificando las primeras actividades concretas, todavía no exista una imagen clara de las principales necesidades que presentan los jóvenes destinatarios de la iniciativa, algo que se quiere solucionar con un proceso de escucha activa.
Aunque la temática y el objetivo de las actividades concretas podrá ir cambiando para adaptarse a las necesidades e inquietudes reales de los asistentes, las concejalas nucieras avanzan que las ‘Sextutorías’ arrancarán con «charlas y talleres específicos sobre pornografía y prevención de la violencia en el noviazgo. Además, nos hemos dado cuenta de que no tienen ni idea de métodos anticonceptivos y de prevención de enfermedades de transmisión sexual (ETS). De todas aquellas campañas que se hacían en los 80 y los 90, que eran muy potentes, no hay ni rastro en la generación actual».
El rol de las familias
Las ‘Sextutorías’ sólo tendrán sentido si en ellas se implican todas las personas que juegan un papel fundamental en la educación de niños y jóvenes, pero las ediles alertan de que «es muy difícil acceder a las familias».
Su intención, precisamente para conseguir esa participación masiva, es adaptar y modificar el contenido y los objetivos de las acciones a tomar a las necesidades del momento. «No queremos diseñar, al menos por el momento, nada muy concreto. Sabemos que lo principal es la comunicación. Ese es un problema real. Dicho esto, queremos que sean los padres, las madres y, si así lo desean, los profesores de los centros los que planteen sus propias preguntas», insisten las responsables de Juventud e Igualdad.