Safari Art El Verger, un pueblo que se convierte en lienzo

El Verger ha vivido un fin de semana muy especial con la celebración del Safari Art, una propuesta creativa y participativa que ha transformado las calles del pueblo en un gran escenario de expresión artística. Esta iniciativa, impulsada por el Ayuntamiento con la complicidad de artistas y vecindario, ha tenido como objetivo acercar el arte a todo el mundo y convertir el espacio público en una galería viva.

Desde buena mañana, el ambiente en El Verger era diferente. Había murales en proceso, colores por todas partes y vecinos de todas las edades participando en talleres, observando o simplemente paseando por un pueblo que, por un día, se ha convertido en un gran lienzo colectivo. Calles como La Unió se han llenado de creaciones con unos mantones muy originales confeccionados por varias generaciones de mujeres del pueblo. Artistas locales e invitados han colaborado con el público para crear obras que quedarán como testigo también en los comercios para dejar su huella.

El programa del Safari Art no se ha limitado a las artes visuales. También ha habido espacio para la música, la reflexión y el entretenimiento. Familias enteras han disfrutado de conciertos, juegos, talleres infantiles y propuestas que combinaban cultura con valores como la igualdad y la convivencia.

Con el nombre de Safari Art, el evento hace un pequeño juego de palabras y recuerdos. Hace décadas, El Verger fue conocido por el Safari Park, un espacio de ocio emblemático para muchas generaciones. Este festival no pretende recrear aquel pasado, sino reinterpretarlo desde la creatividad y la expresión contemporánea, convirtiendo el concepto de «safari» en una exploración artística y cultural.

El buen ambiente, la gran participación y las obras que ya forman parte del paisaje urbano son indicadores claros de que el Safari Art ha llegado para quedarse. Tanto el consistorio como los colectivos participantes ya hablan de repetirlo en próximas ediciones e incluso ampliarlo, dando todavía más voz a artistas y entidades locales.

Este sábado, El Verger no solo fue un pueblo lleno de arte, fue un pueblo vivo, abierto y conectado por la cultura, donde todo el mundo encontró su espacio para crear, compartir e imaginar juntos un futuro más colorido.

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