«Frustración» en el CEE Raquel Payà de Dénia tras quedar desierta la licitación del nuevo colegio

«Frustración e impotencia». Eso es lo que siente la comunidad educativa del Centro de Educación Especial (CEE) Raquel Payà de Dénia después de que la licitación para construir el nuevo colegio haya quedado desierta. Este revés va a retrasar el momento que tanto tiempo llevan esperando y por el que han luchado más de dos décadas: contar con unas instalaciones sin barreras arquitectónicas y adaptadas a las necesidades del alumnado.

A finales de septiembre del pasado año, la Conselleria de Educación modificó al alza la asignación presupuestada dentro de la delegación del Pla Edificant en 1,9 millones más, hasta superar un total de 8 millones, lo que permitía desbloquear el proyecto. En octubre, el Ayuntamiento de Dénia presentaba a los responsables del centro y a los representantes de alumnos y familias los planos definitivos y a principios de febrero sacaba a licitación las obras de construcción.

Por fin todo parecía sonreírles, pensaban que en poco más de dos años podrían decir adiós al viejo y obsoleto edificio y a las aulas prefabricadas que llevan en el recinto más de 20 años. Sin embargo, la alegría ha durado poco. Tras finalizar el plazo de presentación de ofertas, el consistorio había recibido cero candidaturas. Ninguna empresa dio el paso.

El director del centro, Miquel Ivars, reconoce que tienen una «sensación de impotencia ahora que parecía que estaba todo claro». Sabe que la plantilla y las familias han hecho todo lo que estaba en su mano y que ya no depende de ellos.

Llevan tantos años esperando que este varapalo se lo han tomado con resignación. «Nos tenemos que centrar en nuestro trabajo para que no nos influya esta noticia porque nos generaría estrés y frustración», apunta.

Ivars y el resto de la comunidad educativa del Raquel Payà se pregunta cómo es posible que ninguna mercantil quiera construir su colegio. Les parece extraño que los cerca de 8 millones del presupuesto de licitación no resulten suficientes para ejecutar esa obra.

Tras quedar desierta la licitación, el Ayuntamiento de Dénia ha iniciado una ronda de contactos con varias mercantiles, según ha explicado la edil de Territorio, Maria Josep Ripoll, en el pleno ordinario de abril. Para empezar, se han dirigido a las empresas que se interesaron por la oferta publicada pero que al final no presentaron ninguna propuesta. También se han dirigido a otras que se dedican a realizar obras de envergadura o que construyen centros escolares.

El objetivo es buscar una solución para que se pueda hacer el nuevo colegio. El presupuesto base por el que salió a licitación fue de 7.826.133,7 euros, impuestos incluidos y el plazo de ejecución estaba fijado en 24 meses.

La nueva infraestructura educativa está prevista en el camí de la Bota, donde estaba el vivero municipal. El centro dispondrá de 3.434 metros cuadrados de superficie útil.

La confección del diseño ha sido fruto de un trabajo conjunto. En él han colaborado la dirección del Raquel Payà, el equipo educativo, las familias, educadores, personal sanitario y representantes del alumnado.

Las instalaciones contarán con un aula hogar, piscina terapéutica y talleres de cocina y restaurante, entre otras muchas dependencias. Los espacios comunes abarcarán 1.421 metros cuadrados y los docentes, que incluyen una docena de aulas, tendrán 1.127 metros cuadrados. El área para operaciones básicas de restaurante y taller será de 341 metros cuadrados.

La primera planta albergará la zona de administración, de 543 metros cuadrados. A todo ello hay que añadirle porches y espacio para un huerto en la parte exterior. Además, se instalarán placas solares para que sea un edificio lo más sostenible posible porque la intención es que pueda autoabastecerse en materia energética.

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