Borrar

Las casas iguales

LA TRONERA ·

Isabel Ferrando

Dénia

Martes, 19 de julio 2022, 16:10

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Por la carretera, de camino a la playa, hay dos casas similares una frente a otra y cada una en un lado opuesto de la vía. Ambas son de un color claro indefinido, entre blanco, crema y gris. Están rodeadas por un muro de escasa altura que da a la calzada y tienen unas dimensiones parecidas. Es una construcción bastante común en esta zona de Las Marinas, que como es tan rara en cuanto a términos municipales, no sabría decir si pertenece a Els Poblets, El Verger o Dénia. Eso tendría que mirarlo y con el calor me da pereza.

Las casas no tienen nada de particular, parecen casi gemelas, a excepción de un pequeño detalle. En una, justo al lado de la carretera, sobre un mástil ondea la rojigualda con escudo, la constitucional. En la otra, también en sobre un mástil idéntico a su melliza, la republicana tricolor.

Siempre que pasamos por allí las buscamos con la vista y, cuando las vemos, empezamos a componer historias sobre sus habitantes. ¿Se harán la puñeta entre ellos? ¿Cuál fue el primero en izar la bandera? ¿Por qué lo hizo? ¿Se tendrán inquina?

Inventamos relatos que nos tienen un rato entretenidos, pero el que más me gusta de todos es el que los imagina amigos además de vecinos, que un día de copas tuvieron una discusión política y uno de ellos decidiera, más por empreñar que por otra cosa, izar la bandera contraria a la de las ideas de su vecino. Que el vecino lo vio y dijo “pues yo también”. Y ahí siguen, compartiendo cervezas al atardecer mientras se hacen la puñeta dialéctica entre ellos y se ríen de la gente que como nosotros pasa por delante al ir y al volver de la playa fabulando historias en torno a esas banderas.

Nos hemos contado unas cuantas historias más. Algunas no son tan felices, cierto. Pero insisto en que la que más me gusta es la que he dejado por escrito en esta columna, con un montón de variables que hemos explorado. Podría investigar la verdad y seguramente la encontraría. Pero ello nos quitaría el placer de imaginarles vidas diferentes a cada vez que pasamos por delante, y eso ya se nos ha convertido en ritual.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios