El portento físico vuelve a la delantera del Levante

Desde el Levante UD se apuesta por seguir los pasos que en su día dio Manolo Salvador y que se confirmaron casi en una tradición. Esa figura de un delantero que dio origen a la etiqueta 'black power', que en su momento fue atribuida a Felipe Caicedo, Arouna Koné y Obafemi Martins, precisamente por sus características de fortaleza, velocidad y poder para la zona del '9'. Con ellos, Koyalipou mantiene símiles, pero también diferencias. Porque si los pusiéramos cara a cara, el centroafricano ostenta las cualidades de ser un portento físico y de tener una gran zancada para deshacerse de sus marcajes. También la facilidad goleadora que los anteriormente citados mostraron, pero por entonces lo hicieron en un contexto diferente y con la intención de una reivindicación, algo que Koyalipou a priori no precisa.

Pese a ello, el nuevo delantero azulgrana se ha movido en unos escenarios bien distintos. A sus 25 años, eficacia goleadora no le ha faltado, pero en honor a la verdad ha sido en ligas menores. En Bélgica y Bulgaria marcó las diferencias y en su regreso a la Ligue 1 contribuyó con cuatro goles en algo menos de 500 minutos disputados con el Lens. En su día, Caicedo llegó de un Manchester City que había empezado a despegar y que pagó 7 millones, Koné fue un auténtico goleador con un PSV que también destacaba en Europa, aunque en el Sevilla se estancó, y con Obafemi Martins sobran las presentaciones con sus volteretas y acierto previo en la Premier League y la Serie A.

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Esos tres delanteros quedaron en un sitio privilegiado para la hemeroteca granota. Fueron reseñables, pero a su vez crearon un peligroso precedente para aquellos que tomaran su relevo. El cien por cien de acierto en estas operaciones no está garantizado y tanto Baba Diawara como Aloys Nong firmaron la cruz con la llegada de este perfil de jugadores. El senegalés trató de dar continuidad a la saga de atacantes procedentes del Sevilla, en la que el club hispalense fue más cauto en las condiciones del acuerdo. Apenas anotó tres tantos y generó controversia. Por su parte, el camerunés Nong tuvo un paso fugaz y casi sin minutos.

Esto implicó poner el punto final a esos delanteros caracterizados en la teoría y en la práctica por ser portentos físicos, para tomar otro rumbo en el mercado. Posteriormente, con Tito como director deportivo y en la segunda etapa de Manolo Salvador, el agua no volvió por esos cauces y se trajo a jugadores más versátiles. El que sí hizo un ademán de ello fue Felipe Miñambres. El de Astorga, al militar en la división de plata, acordó un par de nombres que la parroquia levantinista tampoco olvida, como fueron Wesley Moraes y Bouldini. En los dos casos, por traducirse ambos en un fracaso, si bien el marroquí dentro de toda su irregularidad contribuyó con 16 goles en Orriols y se le pudo sacar algo de rentabilidad económica tras una venta al Deportivo de La Coruña.

Nuevamente, las esperanzas se depositan en Goduine Koyalipou en esta vuelta a la élite. Anunciada oficialmente su contratación por el club, el jugador de 184 centímetros de estatura quiere reivindicarse en la competición española. «Es importante para mí estar aquí porque LaLiga es la mejor liga del mundo. Tengo ganas de empezar», expresó al dar sus primeras impresiones. Ahora quiere ser parte activa de esta «familia» y triunfar en el Ciutat.