El nuevo hito de la época dorada debe esperar

En 2008, cuando el Levante descendió a Segunda y estaba al borde de la desaparición por sus alarmantes problemas financieros, la máxima aspiración era recuperar la viabilidad del club. Los administradores concursales y la gestión de Quico Catalán, quien luego se convirtió en presidente, aportaron la coherencia necesaria a nivel económico. Pusieron en marcha una reestructuración en la que el peso deportivo recayó sobre la figura de Manolo Salvador. El secretario técnico asumió su mayor desafío. Reconstruyó el equipo sin dinero pero con un instinto extraordinario.

Y así, desde la austeridad, llegó el retorno a Primera de 2010. La plantilla, liderada por Luis García, tenía coraje y camaradería a raudales. Un grupo que dejó una huella imborrable en las paredes del vestuario del Ciutat de València. Ballesteros, Juanfran, Juanlu, Rubén Suárez, Iborra... Puntales que siguieron en el proyecto para la máxima categoría.

Sobre esa base, el Levante despegó. Ya con Juan Ignacio en el banquillo, el cuadro azulgrana dejó boquiabierto al mundo del fútbol con su liderato en solitario en las jornadas 9 y 10 del curso 2011-12. Un curso que desembocó con la clasificación para Europa League. La primera participación del equipo en competición continental colocó a la entidad en una nueva dimensión.

La consolidación en la élite, con el borrón del descenso de 2016, elevó las expectativas. La consistencia económica creció y el perfil de los fichajes cambió. Con Tito Blanco en la dirección deportiva, se produjo la apuesta por Paco López para el banquillo. El de Silla, el técnico más longevo de la historia del club en Primera, ha dotado al equipo de una clara filosofía. Todo gira alrededor de la valentía. Esa que sirvió para lograr triunfos antológicos, como el 5-4 ante el Barça. Un espíritu que ha guiado al Levante hasta las semifinales de Copa. La lista de hitos continúa abierta.

El conseguido el 13 de junio de 2010 en el Ciutat no fue un simple ascenso a Primera. Sirvió para que el club resurgiera de sus cenizas. La entidad granota, que dos años antes había bajado viendo peligrar su supervivencia, supo reinventarse. Seriedad en los despachos y un vestuario liderado por Luis García fueron las claves.

Causaron sensación. Los de Juan Ignacio arrancaron el curso 2011-12 pletóricos. Tras los dos empates iniciales, encadenaron siete victorias que les condujeron a encabezar la clasificación. El triunfo en el campo del Villarreal (0-3) permitió al Levante hacerse con el liderato en solitario, que duró una jornada más al ganar a la Real Sociedad.

Tras superar la ronda previa ante el Motherwell, el Levante se estrenó en competición continental a lo grande. El 22 de septiembre de 2012, los azulgrana se impusieron al Helsingborg con un solitario gol de Juanfran (1-0). El equipo alcanzó los octavos de final de la Europa League, en los que cayó frente al Rubin Kazan.

Es uno de los partidos que definen la carrera de Paco López como entrenador del Levante. El de Silla, quien llevaba dos meses en el banquillo azulgrana, fue capaz de parar los pies a un Barcelona que enlazaba 43 jornadas de Liga sin perder. Los granotas dieron un recital con goles de Boateng y Bardhi (5-4). Llegó a lucir el 5-1 en el videomarcador.