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El jugador investigado, junto al balón, en un entrenamiento. Adolfo benetó/levante ud
El futbolista Toño fue extorsionado para que devolviera dinero de la red delictiva

El futbolista Toño fue extorsionado para que devolviera dinero de la red delictiva

Dos personas contactaron con el deportista para que les diera el dinero en efectivo que ayudó a esconder al cabecilla de la organización. La Guardia Civil cree que accedió a pagar la fianza de uno de los líderes de la trama para comprar su silencio

A. Rallo

Valencia

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Martes, 30 de junio 2020, 00:01

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Antonio García Aranda, jugador del Levante conocido como Toño, todavía no ha logrado desprenderse de la sospecha de su pertenencia a un grupo delictivo encargado de extorsionar a clientes de servicios de prostitución. El deportista, con un sueldo superior al millón de euros, se vio envuelto en una operación policial por la que terminó detenido y en prisión. Ahora, tras levantarse el secreto sobre la última parte del sumario, se ha conocido que el jugador del Levante fue extorsionado para que entregara cantidades de dinero que, por algún motivo, guardaba a uno de los supuestos cabecillas de la red delictiva, conocido como Ismael Bousnina.

El caso arrancó como una banda dedicada a extorsionar a clientes de una página web de contactos. Los delincuentes se ponían en contacto con los usuarios y les exigían un dinero a cambio de no revelar a sus familias sus coqueteos con el mundo de la prostitución. No era necesario un contacto íntimo. Con tan solo un cruce de mensajes ya era suficiente para iniciar el chantaje por supuestamente hacerle perder el tiempo a la trabajadora sexual. Y es esta parte de las pesquisas –luego se descubrió otra red de falsificación de cheques– las que mantienen como investigado a Toño.

Los pinchazos telefónicos han permitido a la Guardia Civil reconstruir de manera indiciaria el organigrama del grupo. Bousnina se presenta como uno de los cabecillas, según los informes de los agentes. Está preso desde el inicio de la operación policial. En las conversaciones registradas mayoritariamente a finales del pasado año, los agentes han concluido cómo el futbolista fue extorsionado en dos ocasiones. La primera, en abril de 2019. Unos individuos, encabezados por un tal Tonet, intentan reclamarle el dinero que conservaría oculto de las actividades ilícitas de Bousnina, aunque este, sin embargo, se desentiende de estas acciones intimidatorias.

El futbolista, durante el registro de su vivienda, entregó a los agentes 4.300 euros que guardaba ocultos en un mueble del baño. Pero los investigadores sospechan que la cantidad era superior, alrededor de otros 5.000 euros. Es parte de ese dinero, al parecer, el que querían recuperar este primer grupo de extorsionadores. Las sorpresas desagradables no se detienen ahí. En enero de este mismo año, otro individuo, Amador, contacta con Toño para exigirle dinero, según informan los agentes. Los investigadores ignoran si lo hizo de motu proprio o instigado por el propio Bousnina o uno de sus lugartenientes, Madouf, que sí está en libertad. Amador había conocido a Tono durante la breve estancia de este en prisión.

El pago de su silencio

El cabecilla a lo largo de todos los audios interceptados desde la cárcel muestra su confianza en que el futbolista pagará la fianza cuando el juez instructor –la causa se sigue en un juzgado de Teruel– la decrete. En alguna de las conversaciones aventura que Toño debería hacer frente a unos 15.000 euros. Sí que se intuye, del análisis de las conversaciones, cierto distanciamiento del futbolista respecto a estos dos investigados. De hecho, es un tercero, conocido como Abraham, el que realmente ejerce esa labor de gancho con el lateral granota. Bousnina a través de «insinuaciones veladas» confía en que Toño le pagará la fianza porque «no he dicho nada». Es una forma, según los agentes, de comprar «su silencio».

En algún momento, el cabecilla llega a perder los nervios ante la incertidumbre de su situación y amenaza con contarlo todo, pero no concreta los detalles. En otros audios, se traslada que Toño está «acojonado» por toda esta extorsión. Esta hipótesis, la de la compra del silencio, los agentes de la Guardia Civil admiten que no está confirmada.

Los agentes también localizaron una carta manuscrita del propio cabecilla dirigida a Abraham, el que parece la persona más cercana al deportista. En esta misiva, se le pide en un tono amenazante que interceda ante el jugador para que se haga cargo de la fianza para evitar «tener que enviar a nadie a casa de nadie. Simplemente espero que cumpláis y ya está».

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