La Fundación del Levante, obligada a asumir un rol casi inesperado
Los patronos esperan más ofertas además de la de Dánvila
Ha sido precisamente Valencia la ciudad en la que los dos clubes de élite, tanto Valencia CF como Levante UD, han coincidido en una situación ... casi idéntica: la necesidad de pedir préstamos a un banco para tener que salvar por un lado al propio club y, por añadidura, asumir la responsabilidad de convertirse en máximos accionistas. En 2009, tanto valencianistas como levantinistas se vieron abocados por circunstancias algo similares a iniciar ese camino. En el Valencia, el camino empezó a estar salpicado de espinas desde muy pronto. Se pidió un préstamo a la antigua Bancaja de 74 millones y se necesitó el aval del IVF (la Generalitat) para darle respaldo. En el Levante aunque en otras cantidades, pasó casi lo mismo.
El problema es que en el Valencia se terminó con denuncia de la Unión Europea y todo el plan saltó por los aires. La Fundación se vio forzada a terminar aceptando casi la obligación de venta que entre unos y otros le empujaron y el resultado fue la llegada de Peter Lim, con todo lo que eso ha significado.
En el Levante, librándose de esa denuncia por ayuda estatal que tanto daño le hizo al Valencia, la estrategia salió adelante con una nueva Fundación, la actual, que se hizo con las acciones de Pedro Villarroel. A diferencia del caso valencianista, acabó el Patronato devolviendo año tras año el crédito y aunque ahora se han ido desprendiendo de acciones, la Fundación es actualmente la dueña del club con ese 60% del accionariado.
Es difícil que tal y como está hoy en día el Levante se puedan vender acciones al precio actual de 130 euros, ya que antes se vendían a 60. Pero la Fundación seguramente tampoco podía imaginar que un día después de esos catorce años de existencia iba a meterse en este lío.
Hoy en día, el Patronato de la Fundación casi está compuesto por bastantes personas afines al todavía actual consejo de administración. Y son estos patronos -algunos casi sin tenerlo claro- los que deben decidir en manos de quién dejan el Levante.
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