Julián Calero, en su despedida. LP

Calero se despide del Levante: «Me voy como un valenciano adoptado. Gracias, gracias y mil gracias»

El ya exentrenador del Levante dice adiós al club granota y asegura que seguirá viviendo en la ciudad hasta que encuentre un nuevo banquillo en el que sentarse en el extranjero, ya que esta temporada no puede dirigir en España

Marc Escribano

Valencia

Lunes, 1 de diciembre 2025, 13:26

«Hago esta comparecencia pensando en despedirme con una sonrisa, como llegué, y sobre todo, siendo agradecido. No tengo ningún papel porque quiero que todo me salga del corazón. Voy a ver si soy capaz de no emocionarme y voy del tirón. Tengo que dar las gracias a las personas que confiaron en mí, en una reunión al acabar la temporada 2023-24, hicimos posible que se juntaran nuestros caminos. Tuve muy claro que mi sitio estaba en el Levante. Y así se lo hice saber a mi familia. Así que gracias a ellos. Gracias también al club en general. A la gente de las oficinas, que nos vemos menos, pero siempre que he ido he sentido su cariño. Gracias a Pablo (Sánchez), a Pepe (Danvila) y a la gente que confiasteis. También tengo que agradecer dentro de mi grupo de trabajo a todo mi cuerpo técnico, saben de sobra que nos hemos dejado la vida con muchas horas de trabajo. A veces con muy buen resultado y otras sin mejor resultado. También las gracias a mis jugadores, a todos los que han estado en estas dos temporadas. Al staff, que ha estado también remando en la misma dirección, médicos, fisios, nutricionista, utilleros, delegado... Toda la gente que ha estado a nuestro lado. Son gente que están en la sombra echando una mano. También tengo que agradecer a la afición, que ha sido increíble conmigo. Paseaba antes por la calle y una señora me ha dicho que tenga mucha suerte. Eso es de algo de lo que uno se siente muy orgulloso, de haber generado en la gente ilusión. Desde nuestra llegada se ha regenerado, y a ellos les tengo que agradecer el día a día y el cariño. El sábado fue una muy mala primera parte y yo también hubiera pitado, pero en la segunda estuvieron apoyándonos y son la base para sacar adelante la situación. A ellos, mil gracias. A los periodistas también, creo que hemos tenido un trato muy bueno, crítico cuando toca. Ha sido una relación bonita, os intentaba dar de comer, no me gusta ser un entrenador que da frases manidas. Y explicaros el sentimiento desde aquí, y habéis tenido un trato fantástico. Me voy con la sensación de haber sido respetado y de que me habéis tratado con cariño. Así que gracias. Espero no dejarme mucha gente, pero a todos, gracias, gracias y mil gracias. Esa es la forma en la que entiendo que hay que salir de los sitios. Ha sido una estancia increíble. No quiero que suene pedante, pero dije 'joder Julián, cogiste un equipo en Segunda, con unos problemas sociales y deportivos agudizados y dejas un equipo en Primera a tres puntos de la salvación'. Sí, con una mala racha de resultados que provoca la destitución, pero dejo un equipo mejor con una masa social que se ha recargado después de unos años muy duros y la sensación de que los jugadores que he tenido se han revalorizado. Se han podido hacer ventas importantes y tiene que ver con el trabajo que no se ve en el día a día, en una dirección muy concreta, haciendo a mis jugadores deportistas de élite. Muchos me han estado escribiendo y llamando, mensajes muy emotivos de mis jugadores, que uno siente que les ha ayudado. Muchos me dicen que no hubiera sido posible todo esto sin mí, yo sé que no es cierto, pero siento la sensación de dejar las cosas mejor que me las encontré. Como entrenadores, nos tiene que enorgullecer. Ganar es el objetivo, pero a veces se atascan las cosas. Hay circunstancias condicionantes, el fútbol no son matemáticas. Estoy convencido y segurísimo de que yo iba a salvar al equipo, pero son decisiones que se toman y las respeto porque forman parte del juego. Ahora lo que quiero, deseo y realmente quiero es que el Levante se salve y encuentre el camino de la victoria, que está cerquita, y que todo vaya fenomenal. Y no lo digo de cara a la galería, lo digo con el corazón en la mano. Me voy como un valenciano adoptado, he pasado con esta ciudad, a la que le doy las gracias, momentos muy duros como la dana, en los que hemos estado codo con codo, y me llevo un montón de cosas. Julián Calero va a seguir entrenando, porque no me encuentro desgastado. No tengo la sensación de estar pasado, tengo fuerza, y así es como quiero comportarme en mi vida». Así de sincero fue Julián Calero en su intervención inicial en el día de su despedida. El ya exentrenador del Levante dijo adiós en una rueda de prensa celebrada en el Ciutat de València, en la que arropado por su cuerpo técnico y el consejo de administración.

Publicidad

«Me siento muy orgulloso, porque esto no tiene que ver con lo deportivo, esto ha tenido que ver con lo personal. El haber generado en la gente la sensación de que eres una persona honesta y que va de frente. Muy orgulloso de que esta sala de prensa esté llena. A toro pasado es fácil opinar de qué cambiaría, pero creo que hemos seguido el camino adecuado. Creo que sometemos al jugador a una profesionalización importante, pero eso nos lleva hasta donde nos lleva. Sinceramente no le he dado todavía las vueltas al tema deportivo que voy a darle. Si estamos en esta situación es porque algo no ha terminado de funcionar. Yo soy el responsable, siempre lo he dicho, pero no cambiaría muchas cosas», dijo el madrileño, que no quiso señalar a los directivos: «No voy a valorar la decisión porque es muy difícil de tomar. Cuando han tomado la decisión no ha sido a la ligera. Mi profesión es así y no me siento maltratado ni nada. En absoluto, ya está. Estoy convencido de que si hubiera seguido, hubiera salvado al equipo. De verdad que hoy es agradecer a todo el mundo. La persona que ha tomado la decisión es la misma que tuvo la confianza en traerme. Que nadie piense que está entregada la cuchara».

Para Calero, el objetivo era cumplir esa premisa de cambiar la mentalidad y hacer ver que el Levante es un equipo grande: «La he cumplido hasta donde he podido. Este equipo tiene potencial para hacer muchas cosas. Era cuestión moldear esa mentalidad en Primera, algo que no es sencillo, porque los rivales tienen un nivel muy alto. Hemos competido bastante bien la mayoría de los partidos, y creo que esa es la clave. Tener una mentalidad de que puedes, y esa era mi idea. Cambiarle al levantinismo la sensación de que el universo se confabula, ni eres pequeño. Eres lo que quieras que eres. Quería que se comportara con mentalidad de equipo grande».

A modo de anécdota, así narró Calero sus últimas horas en el Levante. «Cuando perdemos me cuesta mucho dormir, ya de por sí. Por la noche yo sabía que estaba complicado. Escuché algunas declaraciones y sabía que estaba difícil el asunto. Me levanté temprano, llegamos a la Ciudad Deportiva, y hablé con los jugadores como que iba a continuar para que supieran mi opinión. Lo acepté con deportividad porque es mi profesión, pregunté si era irreversible, y no había marcha atrás. Yo creo mucho en los caminos y el destino de mi vida. Esta oportunidad se ha escapado pero el camino me va a llevar a otro sitio y estoy convencido de que va a ir bien. Fue una noche dura pero no por la sensación, por la derrota, que es un cuchillazo en el alma», dijo.

Preguntado por con qué momento se queda de su paso del Levante, fue sincero: «Hay un punto de inflexión que nunca me olvido, que fue en Elda el año pasado, cuando el equipo remonta en el descuento con dos goles y nos juntamos toda la gente del Levante. Y dije este 'es el punto de inflexión que nos va a llevar a Primera'. Ahí lo vi, porque yo visualizo mucho las cosas, y aquello lo vi claro. Vi que el Levante iba acabar en Primera. Claro que tengo en la mente el ascenso en Burgos, la fiesta de Valencia... Eso se me va a quedar en el alma siempre. Pero ese momento clave que nos juntamos en Elda... Fenollosa siempre me decía que en Primera se come caviar y que íbamos a comer caviar. Ha estado con nosotros y ha sido un encanto y un placer estar con él. Y aquel día en Elda nos juntamos todos y supimos que acabábamos de hacer algo muy importante que nos iba a llevar a Primera».

Publicidad

También contó cómo fue el momento en el que recibe el mensaje y cómo se despidió de los futbolistas. «Cuando se me comunicó los jugadores estaban a mitad y otros se habían marchado, no quería despedirme de unos sí y otros no. Hoy ha sido imposible, pero luego muchos de ellos me han escrito y me han llamado. Desde aquí, a los que les he maltratado no sacándoles, les pido disculpas. Ha sido irme despidiendo como he podido, sobre la marcha. No quería una despedida como tal, con una sonrisa, he aguantado muy bien y no he soltado ninguna lágrima. Y me quiero ir con la misma ilusión y fuerza que llegué, es un hasta luego porque volveré», señaló, dejando alguna anecdotilla: «El último recuerdo que tengo en el vestuario es que le di un puñetazo a la pizarra en el descanso, y les dije a todos que me miraran a los ojos, que teníamos que ser honestos y que somos otra cosa. Los mensajes últimos han sido de jugadores como Carlos, Iván, Brugui, Ryan, Matías, Elgezabal... Todos agradeciendo y diciendo cosas muy bonitas, que suenan mal porque suenas pedante, pero uno se va satisfecho. No tengo la sensación de que el equipo hubiera dejado de creer. Los resultados te traen en el fútbol estas malas noticias y hay que sobreponerse y tirar».

Reiteradamente, no quiso señalar ni demonizar a Danvila por tomar la decisión. «Ahora sería muy fácil decir que sí, pero yo soy una persona que empatizo mucho y me pongo en el otro lado. Cuando toman una decisión, piensas que es la mejor. A mí sí que me hubiera gustado acabar la temporada. Pero ya está, son cosas que pasan. No reprocho absolutamente nada porque entiendo todas las situaciones y cada una de las partes tiene un pensamiento diferente. Respeto absoluto y agradecimientos, todo lo contrario», dijo Calero, que bromeó incluso con el hecho de que hace unas semanas se hablaba de su renovación: «El fútbol es así. Incluso dije que no hubiera aceptado la renovación, porque si esto hubiera pasado, para el club hubiera sido peor. Son circunstancias que se dan que tienen que ver mucho con el resultado y uno estaba feliz de que le quisieran renovar, fortalecerlo. Pero es que el que piensa no soy yo, entonces han tomado la decisión final y yo ahí he sido damnificado, que le vamos a hacer. Me voy a ir como estoy, orgulloso de lo que hemos hecho y con una sonrisa. Con la sensación de que donde os vea, voy a tener a gente cercana y para mí es un placer absoluto dentro del fastidio de la situación».

Publicidad

De hecho, confirmó que no tiene rencor con la directiva: «Yo creo que sí, evidentemente. Tenemos muy buena relación y no ha habido nada que haya podido separarnos, todo lo contrario, hay cosas que nos han unido. Les entiendo, pero creo que más después de escucharme ahora, igual están más tristes. Ya está tomada. Cuando nos volvamos a ver nos daremos un abrazo porque todos tenemos buen corazón, pero nuestros puestos nos obligan a tomar decisiones, y no ha sido contra la persona de Julián Calero, sino contra el personaje de Julián Calero por una mala racha de resultados condicionada por una serie de situaciones».

Además, aseguró que volverá al Levante algún día. «Nunca sabes en el mundo del fútbol. Como socio desde luego, porque lo soy y seguiré siendo. Como rival, puede ser, ahora tengo que tomar otro camino. Y personalmente, yo considero al Levante como mi casa. ¿Por qué no? Hemos visto casos en los que un entrenador, en una misma temporada, ha llegado a volver eh. No digo que vaya a pasar (ríe). Con el recuerdo que dejas, ¿por qué no? Podría ser», dijo un Calero, consciente del impulso que le ha dado al club en este tiempo: «No he hecho números, porque no es mi trabajo. Sí sé que la viabilidad del club ha tomado un cauce mucho más directo en Primera y se han revalorizado los jugadores, que son el patrimonio y los activos. Hay muchos jugadores que su cuota de mercado ha subido de forma importante y de eso se siente uno muy orgulloso. Hemos colaborado en ello. Sé que esa viabilidad pasa por unos cuantos años del club en Primera. Aquello se consiguió y me siento muy orgulloso de haber podido ayudar a que el club tenga viabilidad».

Publicidad

Preguntado por un consejo para su futuro sustituto, no se quiso mojar. «Ninguno, no le voy a dar ningún consejo. El que venga o los que estén, no sé cuál será la decisión, estoy seguro que lo hará lo mejor posible y tendrá que meter su propia idea y no seré yo quien se meta en ese jardín. Que tenga mucha suerte y dé con la tecla del resultado, porque hay otras teclas que estaban tocadas, pero la del resultado no terminó de dar», destacó el ya extécnico, que quitó hierro a esa posibilidad de volver incluso esta misma temporada: «Pues seguramente no sería buena noticia, porque significaría que las cosas no irían como quieren que vayan. Yo quiero seguir entrenando y en cuanto pueda voy a seguir, sé que no puedo en España en esta temporada, tengo que ir fuera. Es lo que me pide el alma y es lo que me emociona. Me hubiera clavado y me hubiera perpetuado aquí para intentar sacarlo adelante, pero espero que no pase nada que haga que tenga que entrar otro entrenador».

Finalmente, Calero confirmó que seguirá viviendo en Valencia, a no ser que encuentre un trabajo fuera de España: «Me voy a quedar en Valencia, en principio hasta el mes de junio si antes no empiezo a entrenar, voy a tener mi domicilio aquí porque me siento a gusto y bien. Estoy entero porque pensaba que me iba a reblandecer, pero decidí y estoy mentalizado toda la noche porque quería que fuera con una sonrisa. Y me quiero ir con la sensación de esa fuerza y de que no me ha debilitado el Levante en absoluto, y esa es la parte bonita de esta historia». Y como colofón, dejó una de sus míticas frases: «Me salen solas, me las voy inventando sobre la marcha. Así que venga, todo os va a salir bien».

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio

Publicidad