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Reuniñon de los los líderes del G-20 por videoconferencia. Reuters
El G-20 inyecta 4.500 millones de euros

El G-20 inyecta 4.500 millones de euros

Una reunión virtual de los países más ricos acuerda una política económica común para afrontar

Mikel Ayestarán

Jerusalén

Jueves, 26 de marzo 2020, 20:26

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G-20 lanzaron este jueves al mundo un mensaje de «unidad» en la reunión virtual organizada para abordar la crisis global provocada por el coronavirus. Los líderes de los países más industrializados emitieron un comunicado final conjunto en el que se comprometieron a «hacer lo que haga falta y a usar todas las herramientas políticas disponibles para minimizar el daño económico y social de la pandemia» y adelantaron una inyección de 4.500 millones de euros en la economía global como primera medida de choque. Esta aportación se materializará en forma de «políticas fiscales, medidas económicas y programas de garantía para contrarrestar los impactos social, económico y financiero» de una enfermedad que ha dejado ya casi 22.000 muertos en el planeta y obliga a 3.000 millones de personas a quedarse confinadas en sus casas.

Arabia Saudí es el primer país árabe que ostenta la presidencia del G-20 y acogerá en Riad la gran cumbre de líderes mundiales los días 21 y 22 de noviembre, pero debido a la pandemia decidió convocar una reunión extraordinaria por videoconferencia debido a la situación de confinamiento. El rey Salmán fue el encargado de abrir el cónclave y pidió «una respuesta global» y recordó a los miembros del selecto club que el mundo cuenta con ellos «para cooperar ante este desafío». «Necesitamos una respuesta efectiva y coordinada a la pandemia para restaurar la confianza en la economía global», aseguró.

Su intervención concluyó con un mensaje sobre los países más pobres, con debilitados sistemas sanitarios para hacer frente al virus, y urgió a los presentes a que les tendieran «una mano amiga». Los gobiernos tratan de frenar la propagación del coronavirus en sus países con medidas de choque y la agencia de calificación financiera Moody's anunció poco antes de la cumbre G-20 que las economías «sufrirán un choque sin precedentes en la primera mitad del año».

Detrás de la declaración de buenas intenciones acordada en el texto final existe un pulso entre estados como Alemania, que prefiere esperar a ver el impacto final de la pandemia, y otros como Italia, favorables a adoptar medidas de urgencia como la emisión de deuda conjunta.

El G-20 lo forman Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Alemania, Reino Unido, Argentina, Australia, Brasil, Canadá –cuyo primer ministro, Justin Trudeau se conectó desde casa porque está en cuarentena tras dar positivo–, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Corea del Sur, Sudáfrica y Turquía, así como por la Unión Europa (UE). Arabia Saudí ocupa la presidencia este año y España es un país invitado permanente. Singapur, Suiza y Jordania también se unieron a la videoconferencia como damnificados por la propagación del virus.

Rebaja de aranceles

El presidente ruso, Vladimir Putin, puso sobre la mesa la posibilidad de crear de un fondo especial bajo control del Fondo Monetario Internacional (FMI) dedicado en exclusiva a combatir el coronavirus. Su homólogo chino, Xi Jinping, propuso medidas concretas como «rebajar aranceles, retirar obstáculos y facilitar el flujo de un comercio sin restricciones» y Boris Johnson hizo un llamamiento a todos los gobiernos del mundo a arrimar el hombro para derrotar la pandemñia y adelantó una contribución de 230 millones de euros para la búsqueda de una vacuna.

El presidente del Banco Mundial (BM), David Malpass, también fue preciso en su intervención y señaló que «el objetivo es acortar el tiempo necesario para la recuperación, crear condiciones que ayudan al crecimiento, apoyar a la pequeña y mediana empresa y respaldar a los más vulnerables» para ello adelantó que ultiman un paquete de ayudas de 160.000 millones de dólares para los próximos 15 meses. Esta decisión del BM está en la línea marcada por el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, quien solicitó a los líderes mundiales «un plan para tiempos de guerra».

La cumbre, en la que no se abordó la situación del mercado del petróleo pese a que el precio del barril es el más bajo de las últimas dos décadas, terminó con un documento que contó con el apoyo de todos los presentes. Esto no sucedió pocos días antes en la reunión del G-7, en la que los ministros de Exteriores no llegaron a acuerdo alguno debido a la exigencia de Estados Unidos de calificar al Covid-19 como 'Wuhan virus', con el objetivo de subrayar el origen chino de la pandemia.

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