Vietnam evacúa a miles de personas por el tifón que ha dejado más de 180 muertos en Filipinas

La llegada de 'Kalmaegi', conocido como 'Tino' a nivel local, ha obligado además a cerrar seis aeropuertos de Vietnam. El tifón se dejó notar nada más entrar en el país asiático, con olas de hasta 10 metros de altura y vientos que rozaron los 150 kilómetros por hora y arrancaron tejados y derribaron árboles. El Gobierno de Hanói recomendó a la población permanecer en casa y comunicó que había movilizado a 268.000 soldados para tareas de búsqueda y rescate. El número de víctimas mortales se eleva por ahora a 5.

Las autoridades del país, además de los posibles daños personales, temen que 'Kalmaegi' arrase zonas agrícolas como las Tierras Altas Centrales, la principal zona productora de café. El viceprimer ministro vietnamita, Tran Hong Ha, emitió un comunicado instando a las instituciones locales a gestionar la llegada del tifón como una emergencia «urgente y muy peligrosa» por suponer una tormenta «muy anómala» tras una semana de inundaciones que se han cobrado casi medio centenar de vidas.

Mientras, en Filipinas tratan de recuperarse de la destrucción causada por el temporal en los últimos días sobre todo en la zona central del archipiélago. El Ejecutivo de Manila declaró este jueves el estado de emergencia. Lluvias torrenciales de una intensidad sin precedentes arrasaron con coches, contenedores de carga y chabolas. Cebú, la segunda área metropolitana con 3,5 millones de habitantes y una de las zonas más dañadas, recibió en 24 horas una cantidad de precipitaciones superior a la media mensual. Allí se han registrado la mitad de los fallecidos (71).

Las labores de rescate se desarrollaban este jueves entre los escombros. Las últimas cifras arrojadas por la Oficina Nacional de Defensa Civil incluían 127 desaparecidos, lo que hace temer que el número de fallecidos aumente con el paso de las horas.

La situación de emergencia fue decretada por el presidente, Ferdinand Marcos Junior, durante una reunión extraordinaria de respuesta ante desastres en vista de «la magnitud de las zonas arrasadas» por la furia de 'Kalmaegi' y de la previsión de la llegada de una tormenta tropical, bautizada como 'Fung Wong', que podría alcanzar Filipinas entre esta noche y la madrugada de mañana. «Habrá unas diez regiones, entre diez y doce, que se verán afectadas», explicó. La medida, además, pretende agilizar la movilización de fondos así como asegurar el suministro de alimentos y productos básicos en las áreas dañadas. Alrededor de 1,4 millones de hogares se quedaron, por ejemplo, sin conexión a la red eléctrica, lo que, según las estimaciones del Departamento de Energía, podría equivaler a unos 7 millones de personas afectadas.

La devastación causada por el tifón, el vigésimo en lo que va de año en Filipinas, se produce apenas un mes después de un terremoto de magnitud 6,9 que también afectó al norte de Cebú y provocó al menos 79 muertos.