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Un joven lanza un objeto contra la Oficina de China, en Hong Kong. AFP

Batalla campal en el centro de Hong Kong

Miles de jóvenes se enfrentan con la Policía en otra manifestación contra la ley de extradición a China

Pablo M. Díez

Hong Kong, enviado especial

Domingo, 21 de julio 2019

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Las protestas contra la ley de extradición a China, suspendida pero no cancelada, han estallado este domingo en una batalla campal en el centro de Hong Kong. Miles de manifestantes han tomado las principales calles de la isla montando barricadas y se enfrentan a la Policía. A pesar de que los agentes antidisturbios se han empleado a fondo disparando gases lacrimógenos, no han conseguido dispersar a la multitud, que les lanza botellas y ladrillos.

Es el día con mayores enfrentamientos en Hong Kong, asaltado por una auténtica guerrilla urbana. Pertrechados con cascos de albañil, máscaras, gafas, escudos y paraguas, los jóvenes no se retiran de las calles pese a las cargas policiales y prometen seguir luchando. «No sabemos cuál es el objetivo de esta noche ni si vamos a ocupar un edificio o no, pero nuestro plan es ejercer la máxima presión al Gobierno para que escuche nuestas demandas», explicaba uno de ellos a este periódico.

Al grito de «¡Por la revolución de esta generación en Hong Kong!», los manifestantes comenzaron a rodear la oficina de enlace del Gobierno chino en Hong Kong y la comisaría central de Policía. Por enésimo fin de semana, y la ciudad lleva ya más de un mes de protestas, varios cientos de miles de personas habían tomado horas las calles para mostrar su rechazo al controvertido proyecto de ley.

LA CLAVE

  • 'Be water'. La filosofía de la marcha es improvisar; se adaptan alo que pasa sin saber muy bien qué hacer ni por qué

Aunque el Gobierno local asegura que dicha iniciativa «está muerta», los manifestantes exigen su anulación oficial y que se retiren los cargos contra los acusados por «disturbios» en las protestas anteriores, así como una investigación de lo que consideran un uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía. Además, reclaman la dimisión de la jefa ejecutiva del Gobierno local, Carrie Lam, y que el régimen chino cumpla sus promesas de sufragio universal.

«El Gobierno de Hong Kong no nos está escuchando y Carrie Lam nos quiere engañar, porque en términos legales una moción de ley no puede estar muerta, solo suspendida o retirada», explicaba su presencia Lydia, empleada de 48 años de una empresa financiera. Aunque no comparte la violencia que ha estallado tras las protestas de los últimos fines de semana, entiende que los jóvenes se hayan radicalizado por la falta de respuesta del Gobierno.

Durante más de tres horas, la manifestación recorrió las calles del centro de la isla con un tono festivo y familiar, con numerosos padres con niños pequeños. A la espera de que anuncie el número de participantes, esta marcha no será tan masiva como las que desfilaron por Hong Kong el 9 y 16 de junio, que congregaron en total a unos tres millones de personas según la organización y a más de medio millón a tenor de la Policía. Pero sí supone una nueva demostración de fuerza ciudadana porque, más de un mes después de empezar las protestas, los hongkoneses siguen dispuestos a seguir luchando por sus libertades de forma pacífica.

Enfrentamientos

Pero, al terminar la manifestación en la cancha de Southorn, el punto acordado por los organizadores porque la Policía les ha impedido llegar hasta la sede del Gobierno, muchos de sus participantes han seguido avanzando y se han dispersado hasta varios puntos del centro. Mientras cientos de jóvenes han vuelto a cercar la comisaría central de Policía, en Wan Chai, otros han continuado hasta el Distrito Central, donde han cortado algunas calles montando barricadas.

Enfrentamiento en las calles de Hong Kong.
Enfrentamiento en las calles de Hong Kong. AFP

Una de las vías cortadas es la gran avenida de Harcourt Road, frente a la sede del Gobierno y escenario habitual de las protestas desde la primera 'Revuelta de los Paraguas' en 2014. Otros manifestantes también han llegado la oficina de enlace del Gobierno central chino y la comisaría del Distrito Oeste, que han cercado.

Para calmar la situación, un grupo cristiano ha comenzado a cantar himnos ante el cerco a la comisaría central de Policía en Wan Chai, blindada con barreras de dos metros y protegida por antidisturbios que vigilan la situación. Los enfrentamientos no se hicieron esperar, lo que recuerda a lo ocurrido en las últimas semanas, cuando todas las manifestaciones, por lo general pacíficas, han acabado con duros enfrentamientos con la Policía y hasta con el asalto al Parlamento el pasado día 1, cuando se cumplían 22 años de la devolución de Hong Kong a China por parte del Reino Unido.

Los gases lacrimógenos envuelven a los manifestantes y los medios de comunicación que siguen los disturbios en Hong Kong, mientras que las fuerzas de seguridad esperan para cargar.
Los gases lacrimógenos envuelven a los manifestantes y los medios de comunicación que siguen los disturbios en Hong Kong, mientras que las fuerzas de seguridad esperan para cargar. AFP

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