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Zona afectada por el apagón en Venezuela. AFP
Un nuevo apagón golpeó gran parte de Venezuela

Un nuevo apagón golpeó gran parte de Venezuela

La emergencia revivió los temores a un apagón como el del 7 de marzo, que obligó a suspender la jornada laboral durante una semana, así como las clases

COLPISA / AFP

Lunes, 25 de marzo 2019

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Gran parte de Venezuela volvió a sufrir este lunes un apagón, casi 20 días después del masivo corte eléctrico que mantuvo paralizado y dejó sin servicio de agua al país por una semana. Caracas y al menos 17 de los 23 estados en Venezuela fueron afectados, reportaron usuarios que utilizaron la etiqueta #SinLuz o #Apagón en las redes sociales.

Casi tres horas después del fallo, el servicio comenzó a restablecerse progresivamente en la capital y regiones centrales como Miranda, Carabobo o Aragua. Entrada la noche, edificios residenciales en Caracas y su periferia -donde viven unos seis millones de personas- estaban iluminados y el alumbrado público y los semáforos volvieron a funcionar, constató la AFP. Sin embargo, ciudadanos en otros estados denunciaron que continúan a oscuras.

El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, dijo que se trató de «un ataque al centro de carga y transmisión» de la hidroeléctrica de Guri (estado Bolívar, sur), que genera 80% de la energía que consume este país de 30 millones de habitantes. Pero el líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de 50 países, aseguró que el corte se produjo por una «sobrecarga en el sistema de subestaciones». «Mienten para no asumir su responsabilidad (...). Están poniendo en riesgo lo poco que queda en pie de la infraestructura eléctrica», manifestó.

El apagón se produjo 18 días después de que un masivo corte paralizara al país durante una semana. El gobierno del presidente Nicolás Maduro atribuyó también esa crisis a «ciberataques» dirigidos por Estados Unidos con respaldo de la oposición venezolana. «Lo que nos costó cinco o seis días (recuperar) después de ese ataque (...), hoy en pocas horas ha venido solventándose», expresó Rodríguez, celebrando que el servicio se restablece en «tiempo récord».

Los habituales apagones en Venezuela impactan la atención en los hospitales, el suministro de agua y la banca electrónica, vital por la escasez de efectivo que provocan la hiperinflación y la devaluación de la moneda local. «Esto es ya demasiado (...). Las carnes, los pollos, todo lo que es comida se daña, es pérdida total», se quejó Leo, de 19 años, empleado de un restaurante del este de Caracas. A su lado una decena de trabajadores se sentaron en la calle a esperar resignados.

«Ahora debemos caminar toda Caracas porque no hay metro», se quejó Alejandra, cajera del restaurante, a AFP. Cientos de personas volvían pie a sus casas al final de la tarde y los pocos buses disponibles estaban atestados.

La emergencia revivió los temores a un apagón como el del 7 de marzo, que obligó a suspender la jornada laboral durante una semana, así como las clases. «Me preocupa que esto vaya para largo, creo que va a seguir y seguir», declaró a la AFP Neyda Colina, previendo que las interrupciones eléctricas no pararán. «Lo de los ataques son cuentos chinos», agregó, luego de que compañeros de oficina la bajaran por las escaleras cargada en una silla por una discapacidad en la pierna derecha.

El masivo apagón del 7 de marzo afectó con dureza a los hospitales, ya golpeados por la falta de insumos y medicinas. Según oenegés, una decena de pacientes murieron a raíz de los cortes.

Tras esa crisis, Maduro anunció una reestructuración de su gabinete y prometió una «transformación profunda» de las empresas del sector, además de blindar la infraestructura con la Fuerza Armada. Más de una semana después no se producen los cambios ministeriales.

Los apagones son frecuentes en el país petrolero, y sistemáticamente el ministro de Electricidad, general Luis Motta, los atribuye a sabotajes de la oposición.

«Es rudo, todo deja de funcionar. En los días de apagón uno no hace nada, no hay Internet, no hay acceso al efectivo», indicó Yendresca Muñoz, analista de banco de 34 años. La única esperanza es «salir de este gobierno», sostuvo.

Guaidó se proclamó presidente encargado el pasado 23 de enero ante un multitud, luego de que el Parlamento de mayoría opositora declarara «usurpador» a Maduro por estimar «fraudulenta» su reelección el 20 de mayo de 2018.

Sin embargo, el opositor no ha logrado hasta ahora quebrar el principal sostén del heredero del fallecido Hugo Chávez (1999-2013): la Fuerza Armada, con amplio poder político y económico.

Guaidó prepara una movilización nacional hacia el palacio presidencial de Miraflores en Caracas para asumir su control, en fecha por definir, y no descarta pedir al Legislativo que autorice una intervención militar extranjera.

Washington, su más ferviente aliado, tampoco excluye una acción militar para sacar a Maduro, a quien se ha propuesto estrangular económicamente con sanciones como un embargo petrolero que se hará efectivo el próximo 28 de abril.

En medio de la presión internacional para que Maduro abandone el poder, Rusia y China, principales acreedores de la deuda externa de Venezuela (estimada en 150.000 millones de dólares), se han convertido en los grandes aliados del presidente socialista.

El pasado sábado dos aviones de las Fuerzas Armadas rusas aterrizaron en el aeropuerto internacional de Maiquetía, que sirve a Caracas, transportando personal militar y equipos, confirmó la agencia estatal rusa Sputnik, desatando un cruce de acusaciones entre Washington y Moscú sobre injerencia en la crisis venezolana.

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