Los mexicanos toman las calles hartos de la corrupción política y la violencia del narcotráfico
Convocada por la generación Z y apoyada por personas de todas las edades, la protesta en la capital acaba con 120 heridos y 20 detenidos
En 2024, se registraron 33.241 homicidios en México. Los índices de violencia sexual contra la mujeres asustan. Las desapariciones aumentan, igual que la extorsión. ... Las bandas del narcotráfico campan a sus anchas... Y el pasado 1 de noviembre el alcalde de Uruapán, Carlos Manzo, fue asesinado por sicarios. Era uno de los pocos políticos que se había enfrentado de cara al crimen organizado. «Fue la gota que derramó el vaso», dijo uno de los miles de participantes en las manifestaciones convocadas el sábado en 50 ciudades por la generación Z (menores de 28 años) contra la inseguridad, la corrupción de los partidos políticos y el Gobierno de Claudia Sheinbaum. La concentración de la capital, de 17.000 personas según fuentes oficiales, acabó con incidentes frente al Palacio Nacional: más de 120 heridos, la mayoría policías, y 20 detenidos.
No fue sólo una protesta juvenil. Las banderas piratas de la serie japonesa de anime 'One Piece', emblema de la generación Z en movimientos anteriores en Madagascar, Filipinas y Perú, se mezclaron con los sombreros de la Tierra Caliente michoacana que recordaban la figura de Carlos Manzo. También hubo médicos con bata blanca, que denunciaban la falta de medios para atender a sus pacientes, jubilados a los que no les llega la pensión y familias de desaparecidos en regiones como Jalisco y Zacatecas, según detalla 'El Universal'. La convocatoria, que surgió en las redes sociales y tuvo el apoyo de conocidos 'influencers', se extendió y reunió a ciudadanos de todas la generaciones, hartos de la violencia del narcotráfico y de una clase política que, a su juicio, ha abandonado al pueblo frente a esas bandas. Se sienten frustrados porque nada cambia.
Sheinbaum, en el poder desde octubre de 2024 tras suceder a uno de sus grandes valedores, Andrés López Obrador, ha mantenido índices de aprobación por encima del 70% en su primer año de mandato, pero cada vez recibe más críticas por la inseguridad en las calles. «Este es uno de los gobiernos más corruptos que hemos tenido», clamó Valentina Ramírez, una estudiante entrevistada por AFP. «Es un Gobierno corrupto del narcotráfico que quiere defender a los cárteles en lugar de al pueblo», sentenció.
Intervención de EE UU
Durante los días previos a las manifestaciones, Sheinbaum lanzó mensajes para desacreditar a los convocantes. En una conferencia de prensa, llegó a decir que la protesta estaba «pagada» por grupos opositores de derecha y países interesados en desestabilizar México. «Es un movimiento promovido desde el extranjero contra este Gobierno», aseguró. Algunos manifestantes reclamaron la intervención directa de Estados Unidos para acabar con el narcotráfico. La presidenta no contempla esa opción.
«Es un Gobierno corrupto del narcotráfico que quiere defender a los cárteles en lugar de al pueblo»
Valentina Ramírez
Estudiante
La marcha en la capital no contó con ninguna figura política de peso. Eran ciudadanos que gritaban sus demandas. Mariana, de 80 años, acudió en silla de ruedas empujada por su nieta. «El país está en su peor momento de violencia, de corrupción, y creen que con una pensión de tres mil pesos (140 euros mensuales) se puede sobrevivir. Ni para medicinas alcanza. Los jóvenes del país están desapareciendo. Esto es un narcogobierno», lamentaba.
«¡Fuera Morena (en referencia a Sheinbaum). Carlos Manzo vive. Renuncia presidenta. México, México, México!», se repitió entre los lemas de la manifestación. La figura de Manzo estuvo muy presente. Para muchos, es un símbolo de resistencia por haber encabezado en persona la lucha contra las redes de tráfico de drogas en su región. En la concentración de la capital estaba una abuela de edil asesinado, Raquel. Acusó al gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, cercano a Sheinbaum, de ser el autor intelectual del asesinato de su nieto. «¡Carlos no murió. El Gobierno lo mató!», coreaban los concentrados. Antes de morir, Manzo estuvo meses reclamando ayuda estatal para combatir el narcotráfico.
Fue abatido a tiros el 1 de noviembre mientras participaba de una celebración del Día de los Muertos. Demandaba, sin medias tintas, acciones contundentes y «mano dura» contra los miembros armados de los grupos criminales que azotan al país. Incluso anunció recompensas a los policías que mataran a sicarios de los cárteles. «Nos quitaron al Bukele (presidente de El Salvador) mexicano para atemorizarnos aún más. Pero nos dieron un héroe nacional», se leía en una pancarta portada por manifestantes del 'Movimiento Sombrero', creado por Manzo.
La concentración en Ciudad de México comenzó y discurrió de forma pacífica hasta que la marcha llegó a su tramo final, en la plaza del Zócalo. Allí, un grupo de jóvenes encapuchados lanzaron piedras y objetos contra el Palacio Nacional y la policía antidisturbios. También derribaron algunas vallas metálicas que protegían el edificio oficial. Los agentes respondieron con gases lacrimógenos.
«Durante muchas horas, esta movilización transcurrió pacíficamente, hasta que un grupo de individuos comenzó a cometer actos de violencia», confirmó Pablo Vázquez, jefe de seguridad de Ciudad de México. La policía arrestó a 20 personas por robo y agresión, e inició una investigación sobre la paliza a un periodista del diario 'La Jornada', que apuntó a las fuerza de seguridad como autores de la agresión.
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