Así es Gen Z 212, el grupo de jóvenes que pone en jaque a la monarquía marroquí
Este enigmática agrupación está detrás de las manifestaciones que critican los gastos de la organización del mundial de fútbol en un país con grandes déficits en educación y sanidad
Hasta aquí hemos llegado. Es lo que han pensado los miles de jóvenes que desde este fin de semana exhiben en las calles de Marruecos ... su descontento con la pésima situación económica y social por la que atraviesa el país. ¿Cómo lo están haciendo? A través de Gen Z 212, un movimiento nuevo que parece vertebrar todas las protestas hacia el régimen magrebí, algo que no sucedía desde que la Primavera Árabe de 2010 revolucionó a las naciones del norte de Africa. ¿Pero quienes son los integrantes de este enigmático grupo de presión y por qué se han levantado ahora para alzar su voz contra la autoridad alauí?
Marruecos es un país complejo. Mohamed VI -que reina desde 1999 tras el fallecimiento de su padre, Hassan II- ostenta el poder totalitario junto con un Gobierno presuntamente respaldado por las urnas que sigue sin atajar las grandes y ya crónicas desigualdades sociales, que afectan sobre todo a los de más corta edad. Con una tasa de desempleo del 21%, más de un millón de jóvenes ni estudia ni trabaja. Es más, han perdido la esperanza de hacerlo, lo que les lleva a jugarse la vida y emigrar a Europa como única salida. Los que tienen la suerte de encontrar un trabajo, se enfrentan a sueldos tan bajos que los colocan al borde de la pobreza debido a la inflación galopante que asola a la economía magrebí. Incluidos los pocos que cuentan con titulaciones universitarias.
El régimen alauí, en cambio, parece volcado exclusivamente con la organización de la Copa Africana de Naciones de 2025 y, sobre todo, del Mundial de fútbol de 2030, uno de los mayores retos de su historia y en los que se juega gran parte del prestigio internacional. Los aparentemente ilimitados recursos financieros, orientados hacia la gran cita deportiva co-organizada junto a España y Portugal, parece haber sido la última gota que ha rebosado la paciencia de la 'Generación Z', los nacidos entre 1995 y 2010, y que constituyen la mayor franja de edad entre la población marroquí. De ahí el nombre de este movimiento: Gen Z 212. El número hace referencia al prefijo telefónico del país para simbolizar «su amor a la patria».
⚡️BREAKING
— Warfare Analysis (@warfareanalysis) September 28, 2025
For the second day in a row, Moroccans are protesting in multiple cities, chanting:
“The people want to bring down corruption.” pic.twitter.com/fhyaFDOwTH
Clamor a favor de los servicios públicos
Los miembros de Gen Z 212 no están adscritos aparentemente a una determinada afiliación política, aunque algunos de ellos sí se identifican con ideas de izquierda. «Queremos hospitales, no estadios», corean en las manifestaciones que se multiplican por todo Marruecos. Se levantarán tres nuevos campos de fútbol y se reformarán a fondo los ya existentes para aspirar así a la gran final del Mundial, lo que constituiría todo un éxito para el régimen de Mohamed VI al arrebatar ese gran honor a los dos países vecinos.
Por ello, Gen Z 212 se presenta en las redes sociales, su principal escaparate social en sustitución de los mitínes callejeros que organizaban sus mayores, como un «espacio juvenil para el diálogo consciente, que busca soluciones constructivas y prácticas» a las carencias del país. Sobre todo en materia de educación y sanidad, sus principales caballos de batalla. Denuncian que, en vez de mejorarlos, el Gobierno está privatizando los servicios públicos, alejándolos de la población más empobrecida que no puede pagarlos. El anteproyecto de ley 59.24 pretende que el acceso a la Universidad deje de ser gratuito, lo que ha soliviantado los ánimos de los más jóvenes.
La reciente muerte de ocho mujeres embarazadas en un hospital público de Agadir ha sido otro de los motivos de indignación popular y que se ha convertido para el movimiento juvenil en el símbolo del deterioro de su sistema de salud con apenas 7,7 médicos por cada 10.000 habitantes. Un cifra en las antípodas de los 25 recomendados por la OMS. Tras el escándalo y las posteriores protestas, las autoridades han entonado su particular 'mea culpa', algo que no suele ser habitual en el país vecino, y han defendido su inversión en sanidad que se ha visto reflejado en la construcción de nuevas clínicas en todo el territorio. Eso sí, el director del centro de Agadir y varios responsables regionales han sido despedidos.
Nepal, fuente de inspiración
A pesar de la gran distancia geográfica y cultural que separa a ambos países, este descontento juvenil se inspira en las recientes protestas de Nepal. En la nación asiática, las nuevas generaciones han iniciado una auténtica revolución en demanda de más inversiones para procurar el bienestar y la educación de los ciudadanos, al mismo tiempo que denuncian la corrupción endémica de su gobierno y la falta de oportunidades laborales, lo que les condena a vivir una situación de pobreza el resto de sus existencias. Un escenario social en la que los chicos marroquíes se han sentido reflejados.
Curiosamente, y a pesar de su creciente importancia, no existen figuras visibles que lideren el Gen Z 212. Su anonimato evita que las autoridades marroquíes puedan detenerlos y desactivar así el movimiento que se autodefine como «pacífico y patriótico». No hace falta. La convocatoria de protestas callejeras, en las que también se expresa el apoyo a Palestina criticando que Mohamed VI normalizara las relaciones diplomáticas con Israel hace cinco años, se realizan a través de Discord, una aplicación de mensajería, que en un principio era usada por usuarios de videojuegos online y que ahora es utilizada por todo tipo de grupos e individuos gracias a sus canales temáticos. Y lo más importante, a salvo de la censura del régimen alauí.
Morocco Youth Voices
Además, hay que tener en cuenta que la sensación de hartazgo de toda una generación no depende de un único grupo de presión. Existe otro, el Morocco Youth Voices (Voces jóvenes de Marruecos), que también se está levantando contra el régimen marroquí a través de la convocatoria de sus propias manifestaciones utilizando, igual que Gen Z 212, Discord, cuyo canal cuenta con 50.000 suscritos. Ambos movimientos también usan X, la red social anteriormente conocida como Twitter, Facebook y TikToK a través de los comentarios a los vídeos que cuelgan sus simpatizantes.
De momento, el aparato policial marroquí está reprimiendo con dureza las manifestaciones, que se extienden desde el sábado de Rabat a otras importantes ciudades como Casablanca, Agadir, Oujda o Mequinez. Todo con tal de apagar cualquier conato de revolución que pueda dar al traste con el régimen de Mohamed VI. El intento de la policía de evitar la reunión de los más jóvenes se está saldando con decenas de detenidos, algunos de ellos liberados tras pasar la noche en comisarías, según la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH).
Pese a la represión, los jóvenes siguen alzando la voz en la calle coreando lemas como «el pueblo quiere salud, educación y rendición de cuentas», en referencia a la corrupción, que también se ha convertido en el eje de sus protestas. «No queremos privilegios, queremos justicia social», exhiben en sus pancartas. El tiempo dirá si este movimiento en apariencia espontáneo y algo anárquico, que se ha convertido en su principal fortaleza, da algún fruto. En la memoria queda el levantamiento armado del Rif, que tuvo lugar entre 2016 y 2017, y que no logró acabar con discriminación y la pobreza que soporta la población de esta región.
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