Crece la tensión entre vecinos del barrio de Santa Rita de Paterna y el tanatorio tras un nuevo sepelio
Los residentes cercanos afirman que tiene problemas de salud como «estrés y ansiedad» provocados por la presencia de estas instalaciones junto a sus casas
Ada Dasí
Paterna
Martes, 13 de diciembre 2022, 16:42
El conflicto entre vecindario y el negocio del tanatorio implantado en la calle Viriato, en pleno barrio de Santa Rita de Paterna, se ha recrudecido en los últimos días debido a un nuevo sepelio, el segundo que se ha celebrado en las instalaciones. La forma de protesta de los vecinos fue el de poner música en el interior de sus viviendas que incomodó a las personas que velaban a su difunto y que estaban en la calle, a las puertas del negocio.
Según explican los residentes cercanos “se vivieron momentos de tensión” que fueron apaciguados con la presencia de la Policía Local y un “pacto” pacífico entre ambas partes. “Entendemos la situación de los familiares pero con todo el respeto posible no vamos a permitir que se celebren velatorios junto a nuestras casas”, argumentan, indicando que en el interior de sus viviendas “podemos hacer lo que queramos”.
La situación que se vive desde hace una década con la instalación del negocio en esta calle ha provocado una sensación de intranquilidad en la barriada, que no quiere ser partícipe de las escenas de dolor a las puertas de sus casas. Los afectados hacen referencia a los problemas de salud que está causando esta situación como “estrés y ansiedad”. También advierten de la falta de aparcamiento que sufre esta zona de la ciudad ya saturada por las nuevas construcciones y que se agrava con la presencia de estas instalaciones.
La movilización vecinal no ha parado ni un momento, y en todo este tiempo se han organizado diversas concentraciones y actos con el fin de conseguir el cierre del tanatorio. Una de ellas coincidió con Halloween, cuando los residentes convirtieron la calle en un cementerio con ataúdes y lápidas en señal de protesta. Además, la fachada del negocio ha sufrido pintadas y las de las viviendas anunciaban con carteles su oposición a la instalación.
«Boicot»
La medida de presión se ha considerado como un “boicot” por parte de la empresa y el “intento de privar de un servicio a la ciudad”. "Ha estado cerrado hasta que el Tribunal Supremo nos lo ha permitido”, explican desde la empresa, que comenzó su actividad en abril. El último proceso judicial, según apuntan, fue hace unas semanas, cuando el Tribunal Supremo no admitió a trámite un recurso de casación del Ayuntamiento de Paterna contra la desviación de poder ejercida en los decretos, uno de ellos la revocación de la licencia de actividad por parte de la administración local.
Aunque los vecinos insisten en que el tanatorio no dispone de licencia de actividad que concede el consistorio, los propietarios argumentan que “hay dos sentencias del Tribunal Superior de Justicia en las que se nos permite abrir”. En este sentido, explican que están estudiando pedir responsabilidades penales.
Respecto a los problemas puntuales que surgen cada vez que se ponen en funcionamiento las instalaciones explican es que “la gente sale a fumar” a pesar de que advierten de que “las instalaciones son lo suficientemente grandes como para que las personas que asisten no molesten a los vecinos”.
Amenazas de sanción
En el mes de julio, tras el primer incidente de estas características, el Ayuntamiento advirtió de que se iba a imponer una sanción a la empresa por funcionar “sin licencia de actividad”. Fuentes municipales aseguran que la situación es esta, aunque se está a la espera de que concluyan todos los procesos judiciales para actuar. De momento, la forma de proceder de la administración local pasa porque la Policía Local levante acta de lo que ocurre en las instalaciones de la empresa.
La controversia persigue al tanatorio desde el primer momento en el que decidió ubicarse en esta zona del casco urbano de Paterna, bajo el mandato del PP. “Es una situación heredada de los populares”, explica la concejala de Urbanismo Eva Pérez, “que modificaron el Plan General de Ordenación Urbana a la carta”. Una vez en la alcaldía, los socialistas trataron de solventarlo modificando de nuevo el PGOU para prohibir que este tipo de instalaciones pudieran implantarse en el casco urbano.
No obstante, a partir de ese momento se inició una guerra en los juzgados entre la mercantil y la administración local, en la que incluso se llegó a tratar de adquirir el negocio por parte del consistorio. “Hemos tratado de mediar en el conflicto porque no queremos perjudicar a la empresa pero debemos velar por la conciliación”, explica Eva Pérez, quien puntualiza que, “al final, decidirá la justicia”.