Lo que se sabe de la boda de Nadal y Xisca

Los más madrugadores fueron sus allegados. «Este es su partido más importante y lo va a ganar», afirmó sonriente Marc López, que apareció al volante de un Aston Martín propiedad de su amigo. El hotel Illa d'Or se convirtió en el refugio de la mayoría de ellos. Por allí se vio a su representante, Carlos Costa, al capitán español de la Davis, Albert Costa, al médico de la Federación, Ángel Ruíz-Cotorro, o a Richard Mille, fundador de la marca de relojes de lujo que patrocina al manacorí.

La lista es amplia. Se espera la presencia de los reyes eméritos Juan Carlos y Sofía. En cambio, no estarán Roger Federer ni Gerard Piqué y Shakira. Hay dudas sobre Enrique Iglesias y Anna Kourknikova. Iker Casillas, Sara Carbonero y Pau Gasol también podrían acudir. Invitados de renombre que han obligado a las autoridades a organizarse.

Pollença, el municipio donde se ubica el palacio en el que se oficia la boda religiosa y se celebra el posterior banquete, celebró el jueves una junta local de seguridad. Acudieron representantes del Ejército -Sa Fortalesa se encuentra junto a una base militar- y de la Policía Local y Guardia Civil. Temen que los accesos por carretera se colapsen por la presencia de curiosos y periodistas. Por mar lo tienen controlado. Por aire, está prohibido. El Servicio Aéreo de Rescate (SAR) viene organizando durante toda la semana unos ejercicios en la bahía de Pollença. Enaire, que es el organismo encargado de la gestión de los espacios aéreos, emitió un aviso para advertir de la prohibición del vuelo -incluido hoy- a cualquier tipo de aparato en toda la zona que afecta a Sa Fortalesa. Sobre todo, drones. Las multas por violar el espacio aéreo restringido, según la nota, van desde los 30.000 a los 50.000 euros.

Una buena noticia para Nadal y Xisca. Proteger su intimidad ha sido uno de los mayores quebraderos de cabeza de la pareja, siempre celosa de que no trascienda demasiado de su vida privada. «Somos un buen equipo», es la única declaración pública que la futura mujer del mejor tenista español de la historia -dirige su Fundación- ha hecho en sus catorce años de noviazgo. En esta lucha por protegerse de las miradas indiscretas, han tenido que pedir un permiso especial para poder celebrar el oficio religioso dentro de la finca.

Como es habitual en este tipo de bodas, han solicitado a sus invitados que no acudan con sus teléfonos móviles. Además, el servicio que atenderá a los más de 350 invitados ha tenido que firmar una cláusula de confidencialidad. Maca de Castro y Santi Taura son los encargados de elaborar y preparar el menú. Uno de los mayores misterios es el vestido de Xisca. Se sabe que es de Rosa Clará, una modista catalana habitual de famosas y celebridades nacionales e internacionales.