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Leonor y Sofía, con la reina emérita en Mallorca. EP

Leonor y Sofía, el mejor apoyo para la reina emérita ante la ausencia de su hermana Irene

El delicado estado de salud de la princesa de 83 años preocupa a la familia del Rey

Joaquina Dueñas

Martes, 5 de agosto 2025, 13:14

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La reina emérita Sofía ha retrasado este verano su viaje a Mallorca dado el delicado estado de salud de su hermana, la princesa Irene, su inseparable apoyo y confidente desde hace décadas. Aunque no hay información oficial, el deterioro de tía del rey Felipe, de 83 años, preocupa a toda la familia y la reina ha encontrado en Leonor y en Sofía su mejor apoyo. Así lo hemos visto durante la tradicional recepción que se ha celebrado este lunes en mallorquín palacio de Marivent, en la que por primera vez participaron las hijas de los monarcas.

La princesa de Asturias y su hermana estuvieron en todo momento pendientes de su abuela, dedicándole gestos de cariño. De hecho, la Reina Sofía llegó escoltada por sus nietas quienes incluso le ofrecieron tomarse un descanso o buscar un asiento para ella durante los saludos a los más de 600 invitados a la cena.

Este 2025 no está siendo un año sencillo para la reina emérita. Durante meses ha visto su nombre en los titulares a cuenta de las noticias sobre las andanzas de su marido, el rey Juan Carlos, residente en Abu Dabi desde hace cinco años. Han sido muchas las informaciones sobre su vida privada y los affaires que ha mantenido a lo largo de décadas y especialmente duro ha sido ver publicadas las fotografías en las que aparecía un joven Juan Carlos en actitud cariñosa con Bárbara Rey en la casa de ella en Madrid, confirmándose de manera gráfica lo que había sido un secreto a voces.

También han sido un escándalo los audios filtrados de aquella época en los que el monarca hablaba de su esposa como una trabajadora infatigable que no le reprochaba sus escarceos y en los que aseguraba que su matrimonio llevaba roto desde el nacimiento de su hijo Felipe.

Pero si hay algo que está siendo especialmente difícil este año es no poder contar con el apoyo de su inseparable hermana Irene quien estaría sufriendo un proceso degenerativo físico y cognitivo propio del envejecimiento que le impide seguir con su día a día con normalidad o acompañar a Sofía como en otras ocasiones. En todo caso, no hay confirmación oficial de cuál es la dolencia concreta. El hecho de que la madre del Rey Felipe haya viajado a Mallorca más tarde de lo esperado hizo saltar todas las alarmas sobre la salud de la anciana princesa.

La última vez que la vimos en público fue en la boda de Nicolás de Grecia y Chrysi Vardinogiannis el pasado febrero en Atenas, donde viajó junto a la reina Sofía y a la infanta Cristina.

Irene nació durante el exilio de su familia en Ciudad del Cabo en 1942 y pasó su infancia y adolescencia entre Grecia, Italia y Alemania. Antes de establecerse junto a su hermana Sofía, pasó un tiempo en India, donde conoció de cerca la meditación y la espiritualidad del país.

A pesar de haber sido siempre una figura de perfil bajo, quienes la conocen destacan de ella su inteligencia y su compromiso con las causas en las que cree, como el apoyo a poblaciones vulnerables de África y Asia. Y si ha habido una causa con la que ha estado comprometida, esa ha sido la de acompañar a su hermana, con quien vive desde el fallecimiento de su madre en febrero de 1981, muy especialmente tras la abdicación del Rey Juan Carlos y su consiguiente retirada de la vida pública.

En este tiempo, la princesa Irene ha sido una más en la familia y ha recibido el cariño de los nietos de la Reina Sofía, quienes les visitan tanto como sus estudios y compromisos profesionales les permiten. De hecho, algunos han convivido con ellas durante temporadas, como la benjamina de los Urdangarín, que lleva el nombre de su tía abuela Irene, quien estuvo viviendo con ellas el verano pasado mientras se preparaba para obtener el carné de conducir.

Pablo Urdangarín habla del papel de sus padres en su carrera deportiva

Más allá de las agendas oficiales, en los últimos años, la Familia Real española ha tenido que hacer frente a diferentes escándalos. El caso Nóos dinamitó la relación entre el rey Felipe y su hermana Cristina, al menos de cara a la galería y no ha sido has su divorcio cuando han vuelto a retomarla públicamente. La separación de la hermana del monarca vino precedida por el escándalo de las fotografías tomadas al vasco junto a su nueva pareja cuando todavía estaba casado con la infanta. En aquel momento, fue Pablo Urdangarín quien se convirtió de manera natural en portavoz de la familia con su «cosas que pasan» y su amplia sonrisa siempre ante la prensa. El joven está muy unido a sus dos progenitores, que son un pilar fundamental en su carrera deportiva. «Mi madre es mi mayor fan», ha dicho, al tiempo que ha precisado que le ayuda también fuera del deporte.

Por su parte, Iñaki, que fue jugador olímpico de balonmano, le ofrece asesoramiento deportivo: «Siempre lo tengo ahí a mi lado, siempre, en cada entreno, cada partido, y me ayuda muchísimo», ha explicado el joven que asume que lo inevitable de las comparaciones: «Sé que la gente va a compararme con lo bueno que era mi padre, pero yo prefiero pensar en lo mío, mejorar como jugador y ver hasta dónde puedo llegar. No me gusta que me comparen, pero entiendo que se haga». 

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