Charlène ya puede decir adiós a Alberto cuando quiera
La nadadora olímpica se comprometió a dar un heredero a los Grimaldi y a permanecer junto al que iba ser su esposo durante al menos cinco años
LAS PROVINCIAS
Viernes, 1 de julio 2016, 23:41
El contrato que la joven y melancólica Charlène Wittstock se vio obligada a firmar cuando decidió casarse con el príncipe Alberto acaba de terminar. La nadadora olímpica se comprometió a dar un heredero a los Grimaldi y a permanecer junto al que iba ser su esposo durante al menos cinco años. El plazo se cumplió ayer, y dado que no le ha dado uno, sino dos herederos, ya nada la obliga a seguir haciendo el papel de amante consorte. Especialmente si, como muchos aseguran, la cosa no funciona y ella nunca ha dado muestras de estar pasándoselo en grande en el principado. Al contrario. Claro, que con una luna de miel en la que los novios duermen en hoteles distintos, no hay que poseer una mente preclara para sospechar que lo suyo fue cualquier cosa menos un tórrida historia de amor.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión