Un viaje por la bodega más antigua de la Comunitat

Hasta ese momento, según explica María José, de la producción y venta del vino se encargaban los medianeros, la familia a cargo de la finca, que vendía por los pueblos el vino en garrafas. «Nosotros solo íbamos de vacaciones, la utilizábamos de recreo y como finca de caza, hasta que mi padre decidió apostar por la producción de vino, ir un poco más allá y producir vinos de más calidad», señala y apunta que fue la primera bodega que apostó por la producción ecológica y que obtuvo el sello de calidad certificada ecológica. Con el auge del enoturismo, también comenzaron a participar en catas allí donde le llamaban, a participar en eventos y fiestas en torno al vino y la viticultura y también a realizar visitas guiadas a las viñas y a la bodega.

Y es que, la familia Velázquez ha conservado la bodega histórica de tinajas y lagares de hormigón que los frailes construyeron y allí realizan todo el proceso para la elaboración y envejecimiento del vino. La bodega antigua data del siglo XVIII y la conforman lagares y depósitos antiguos de paredes de argamasa de distintas capacidades. Estos antiguos trullos se utilizan hoy en día para conservar y criar la monastrell. La porosidad de los materiales que la conforman es idónea para micro oxigenar el caldo procedente de la uva monastrell.

También cuentan con una nave enterrada de barricas de barro, que datan del siglo XIII, para la crianza de los vinos y, a la par, unas nuevas instalaciones con maquinaria de última tecnología.

La bodega está ubicada en plenos viñedos, unas 130 hectáreas con cepas que tienen una media de edad de 40 años, en su mayoría de la variedad autóctona, la monastrell. Cuentan con hasta 13 vinos distintos que comercializan principalmente en el extranjero, el 80% de la producción, Europa y Estados Unidos. Gran parte del éxito de sus vinos en el exterior se debe a su certificación ecológica y también a la apuesta por una agricultura biodinámica. «La escasez de agua, los suelos pobres calizos son condiciones extremas que obligan a nuestra viña a buscar humedad y alimento en lo más profundo», explican desde la bodega, por eso apuesta por este tipo de agricultura basado en las propia naturaleza, la fertilidad del suelo y las propiedades beneficiosas de muchos productos naturales.

Aseguran que son las añadas las que mandan cada año y por tanto cada cosecha es diferente y que eso les lleva a tener muchas experiencias que les hace tener «una mente abierta acorde a los cambios de la naturaleza».

Precisamente este fin de semana, los vinos de Bodegas Los Frailes son protagonistas en el Casino Cirsa Valencia. Concretamente el Blanc de Trilogia, Los frailes Monastrel y 1771 podrán maridarse con el menú. Ha sido elegido porque «elabora vinos sinceros y con alma» y por ser pioneros en agricultura ecológica y biodinámica.