Tragos y bocados a la sombra: pistas veraniegas sin salir de Valencia
Una terraza mirando al mar, un local emboscado en el Carmen y otras recomendaciones para disfrutar del fin de semana
Hay algo que iguala a todos los humanos casi tanto como la muerte, y es la eterna búsqueda de un lugar frío donde pasar las tardes de verano cuando aún sigues en la ciudad. Huir del calor y hacer planes son dos tareas, muchas veces contrarias. Porque es verano, ¿cómo vas a quedarte en casa? Aquí la lista definitiva, para poder disfrutar de la ciudad - aún con el termómetro rebosando-, y ganarle la lucha al aire acondicionado.
La primera es fácil y también de lógica: donde mejor se está en verano es cerca del mar. Y el mar que más cerca tenemos en la ciudad de Valencia está en La Marina. Azul Sunset Point es la punto del puerto histórico más cerca del Mediterráneo, la punta del espigón, después de pasar incluso los últimos pantalanes. Una terraza de esas con sillones y mesas bajas, para disfrutar desde un aperitivo por la mañana, hasta una copa después del último rayo de sol. Con una carta mediterránea, como no podía ser de otra manera, es el sitio perfecto para tomar la primera y seguir la noche por la zona de los pubs.
Y de la amplitud del mar, a las calles estrechas del Carmen. En el casco histórico de la ciudad está Bodega Oliví, un pequeña tasquita que reside entre la sombra y el grosor de las paredes de piedra del barrio, un refugio contra el calor al modo de antes, cuando no existía el aire acondicionado. El local tiene un aforo muy reducido, así que no te encontrarás nunca con demasiada gente. Un ambiente romántico y tranquilo en el que disfrutar de una selección de vinos muy cuidada y una carta fría con las mejores conservas, encurtidos, quesos y embutidos. Calle Calatrava número 4, en lo que era una antigua mercería, solo la magia del sitio ya merece la pena, ¡se te olvidará hasta que estamos en verano!
El mejor remedio para el calor es un baño de agua bien fría. La terraza del L&H inauguró en marzo su segunda temporada primavera-verano en la ciudad. Un ático con piscina en plena Gran Vía Fernando el Católico. Es como subir siete pisos y estar de repente en un chiringuito de Ibiza, bueno o al menos parecido, pero la música y el ambiente nada tiene que envidiarles. Y dos calles detrás está el mítico Bar Ricardo, que si bien su oferta sigue el late motiv de las cosas bien hechas como antaño, han tenido la brillante idea de instalar un pulverizador de vapor de agua en la carpa de su terraza. Si creías que el Bar Ricardo no podía ser mejor, adivina qué, lo han conseguido. Las mejores bravas de Valencia, un día de verano y sin pasar calor, ¿te imaginas?
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En un paseo por la ciudad, si es que estás haciendo turismo, cruzando el Mercado Central y de camino al Ayuntamiento, encontrarás un sitio donde hacer la mejor parada -y la opción más fresquita- para reponer fuerzas: helado italiano artesano para llevar. En Gelato Amuri, elaboran cada día todos sus sabores, con todos los clásicos y alguno que te sorprenderá. Como su propio eslogan reza: sería un pecado no cometerlo. No podía falta en este recorrido una terraza interior, de las que te encuentras en las antiguas y frescas casas de barrio.
En este caso, en un barrio tan de moda como el del Cabañal está Fumiferro, un restaurante alojado en una casa típica, con techos altos en forma de barraca y paredes de ladrillo visto original. Su cocina está basada el producto de mercado, con un afán por la técnica de los ahumados y brasas. Ni siquiera el calor es una excusa cuando se trata de tener el estómago contento.