

Secciones
Servicios
Destacamos
Aitor Martínez Ros no se acuerda desde cuándo contestaba rotundo a la pregunta de qué quería ser de mayor, lo que sí sabe es que ... todavía era muy pequeño. «A mí me encantaba comer y quería saber cómo cocinar para comer mejor», recuerda. Ayudó, y mucho, criarse en el restaurante familiar a orillas del Mediterráneo en Burriana, donde su padre, Manolo Martínez, se encargaba de las paellas a leña, y su madre, Pilar Ros, de las tapas y los postres, siempre siguiendo el recetario tradicional. Pero Aitor, que estudió cocina en Castellón, venía para darle a todo una vuelta de tuerca, por eso habla de que Can Ros es ahora tradición, leña y brasas con un ingrediente añadido que se llama creatividad, y que lleva su firma.
Noticia relacionada
Con estos mimbres, Aitor Ros nunca quiso esconderse entre fogones y salió al mundo gracias a los concursos, a los que se presenta desde 2016, una afición que le ha permitido dar a conocer su cocina y, al mismo tiempo, añadirle adrenalina a su día a día. El último premio que ganó fue precisamente el de mejor bocadillo en la última edición de Madrid Fusión, un mollete con el nombre de 'BugsBunny' y que tuvo como protagonista una paletilla de conejo escabechada a baja temperatura. Y como no quiere detenerse y le encanta aquello de plantearse nuevos retos, ahora es finalista en el II Campeonato Nacional de Legumbres Tierra de Sabor, que se celebra en Valladolid, y donde están representadas las 17 comunidades autónomas.
Aitor ha llegado a la última fase del concurso como representante valenciano gracias a una elaboración a la que ha llamado 'Vaya lentejas, tronco'. «Mi idea era rellenar un tronco con una legumbre pequeña, y por esa razón elegí lentejas. Se trata de una masa hecha con una base de lentejas, un guiso reducido con oreja de cerdo, que se ha quedado gelatinoso, y un humus de lentejas que sirve para sellar los extremos del tronco». La tapa está presente en su carta como requisito imprescindible para poder participar en un concurso donde el 50% de las votaciones son populares y el otro 50% la decisión de un jurado profesional.
El chef reconoce que no es la Comunitat Valenciana tierra de legumbres - «tenemos el arroz» , justifica Aitor- pero cree que presentarse es un incentivo para aprender de los errores y los aciertos y, de paso, conocer a otros chefs para ampliar sus miras y llevarlas a su propia cocina. «Siempre intentamos hacer platos con toques más innovadores, pero sin perder de vista lo que nuestros clientes esperan de nosotros», afirma.
De este concurso espera la visibilidad que le puede dar a nivel nacional, que ya ha ido consiguiendo con otros certámenes, más allá de Madrid Fusión. Será el próximo 28 de abril cuando se celebre la gran final entre las 17 tapas finalistas, y donde hay creaciones sorprendentes, como una croqueta presentada sobre un pequeño velero donde se ha aprovechado un trozo de red de pesca sobrante, o un caldo de cocido servido en una calavera y coronado con un brioche relleno de carne.
Será Samantha Vallejo-Nágera, la televisiva empresaria hostelera, quien presidirá el jurado que dará a conocer al premiado y a los dos finalistas, que recibirán un premio de cuatro mil, dos mil y mil euros.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Circula sin dos ruedas, en sentido contrario y triplica la tasa de alcohol
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.