Vicente Julián García: «Abogo por una tasa turística que llegue a los artistas y reflote la Ciudad Fallera»

-En Fallas, se llega al millón de personas en las calles, pero ¿tienen retorno económico?

-No. Aquí todos se llenan las manos, turismo, hostelería etc, menos los artistas falleros que somos los que creamos las fallas.

-¿Y qué habría que hacer para que haya retorno?

–Apostamos por crear una tasa turística. Si sólo aportara un euro cada uno del millón de visitantes y que fuera directo a los artistas, a través del gremio, se protegería el oficio porque generamos junto a las comisiones un impacto económico de 900 millones de euros en la ciudad y no nos llega ni un céntimo.

-¿Y para qué serviría?

–Sería muy útil para expropiar las naves de la Ciudad Fallera y hacer una ciudad tematizada del mundo de las Fallas y las fiestas. Y, sin embargo, dan licencia para hacer aquí pistas de pádel.

-Se han visto carpas el doble de grandes y caras que las fallas...

–Cada vez más el presupuesto de la comisión va destinado a las carpas. Ha aumentado el censo fallero y tienen que ser más grandes y a veces se gastan más en eso que en la falla. No puede permitirse una falla por mil euros. Debería de haber mínimos más altos para optar a la subvención, porque si se sube poco a poco llegaremos tarde. En Alicante se calcula según el censo.

-¿Y cómo se soluciona?

–No somos un proveedor más. Somos el actor principal. Lo primero que tenemos que hacer los artistas es posicionarnos. Hay comisiones que se gastan lo mismo en falla que en pirotecnia.

-¿Qué más tienen en contra?

–Nos preocupa el intrusismo. Para ser artista fallero tiene que haber una titulación de Formación Profesional o una acreditación profesional que ha hecho el Ministerio de Educación. Se dan casos de fotógrafos o diseñadores gráficos sin acreditación y hacen fallas.

-¿Habéis calculado cuántos son?

–No nos ha dado tiempo, pero queremos contabilizarlo.

-¿Y qué otra medida tomarán?

–Queremos preparar un catálogo para la elección de artistas y enviarlas a la comisiones con las recomendaciones, como que exijan que tenga la acreditación, que esté dado de alta, que tenga el taller en regla, ya que igual hacen una falla en un bajo, en una nave que familiar o sin pagar tasas de basura y no contratan personal y los que tenemos los talleres en regla, no podemos competir con algunos volúmenes. Es una competencia desleal y si queremos salvar el oficio, hay que poner orden.

-¿Cuántos artesanos había en el gremio y cuántos quedan?

–Eran casi 300 y ahora 200 y poco y en los próximos cinco años se jubilan 35.

-¿Cómo revitalizar los talleres?

–Abogaría porque las administraciones locales, autonómicas y estatales revitalizarán la Ciudad Fallera y crearan tres núcleos de polígonos más. Uno podría en el Pla, en Alzira; otro en Riba-roja y en Sagunto. Y también abogamos porque las naves de la Ciudad Fallera se adquirieran y se destinen a abrir el camino a los jóvenes que salen de la FP. Una especie de Lanzadera de la Marina, para ayudarles a empezar y así, se garantizan que en el futuro habrá artistas para hacer Fallas.

-¿Y el gremio cómo plantea ayudar a esta remesa de artistas?

–Queremos complementarles la formación mediante cursos y, en la nave del gremio hacer un coworking, una incubadora, para estar dos años antes de que emprendan el vuelo.

-¿Cómo ha visto los premios de las altas categorías?

–Han hecho muy buenos trabajos y cualquiera de ellos hubiera podido ser el primero, pero hay que revisar la elección del jurado. Se tiene que combinar más con falleros, expertos y artistas. Sólo falleros no pueden juzgar nuestro trabajo porque se pueden producir repartos de cromos.