La Virgen es coronada en su camino hacia el Cielo, en el momento culminante del segundo acto del Misteri. :: DANI MADRIGAL

Coronada en las alturas

Apoteósico broche en Santa María a las representaciones del Misteri

GÓMEZ ORTS

Sábado, 16 de agosto 2014, 00:30

Tal y como viene repitiéndose a través de los años y de los siglos, el segundo acto del Misteri, que culminó ayer tarde con la Coronación de la Virgen de la Asunción, constituyó, una vez más, una explosión de fe, de entusiasmo, de auténtico fervor hacia la Mare de Déu.

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Sobre todo en ese momento final en que es coronada como Reina de Cielo y Tierra, donde los gritos, los vivas y los aplausos se suceden y las lágrimas inundan los ojos de los cientos de personas que ocupan la Basílica, en cualquier lugar, en cualquier rincón, sin ni siquiera visibilidad para seguir la representación visualmente. También en el exterior del templo, con las puertas abiertas y el público agolpándose en el exterior de las mismas.

La representación, realmente formidable, rayando a gran altura todos los participantes, con labor destacada de Antonio Orts como San Juan; la repetición de Antonio Caballero, con un Santo Tomás magnífico, y todo el Apostolado. Y por supuesta la formidable Judiada y los niños del Cortejo. En fin, una actuación redonda, revestida de esa gran emoción que se transmite a tantísimas personas.

Fueron momentos de gran intensidad y emoción mientras la imagen de la Mare de Déu subía a los cielos a los sones del 'Gloria, Patri et Filio' interpretado por todos los cantores, con los brazos extendidos hacia el cielo entre la lluvia de oropel.

Fue el broche a unas representaciones brillantes, que han puesto de manifiesto el excelente nivel de Capella y Escolanía durante los tres ensayos generales del 11, 12 y 13; la Vespra, el 14, y la Festa, ayer. Y con ello se cierran las representaciones de agosto, que este año, al ser par, se repetirán los días 29 y 30 de octubre y 1 de noviembre.

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Procesión

Antes de la Festa, por la mañana, a la diez en punto, tras la llamada de las campanas de la Basílica, se inició la Procesión-Entierro de la Virgen de la Asunción, yacente en su cama portada a hombros por miembros de la Capella del Misteri, con las consiguientes presidencias de autoridades, miembros del Patronato, Portaestandarte -el obispo emérito Rafael Palmero- y electos -Vicente Ramón García y Enrique Aguilar-, y una amplísima representación del clero, encabezada por el cardenal Antonio Cañizares, y numerosos fieles en dos largas filas.

En el recorrido tradicional se dispararon algunas tracas al paso de la imagen, pero menos que en años anteriores, así como la consiguiente cohetada a la llegada al arco del Ayuntamiento, al igual que desde la Basílica en la salida y en la entrada. Contó con el acompañamiento de la Banda Sinfónica de Elche, con la interpretación del Himno Nacional en salida y entrada del templo.

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En los aledaños de Santa María habían formado a ambos lados del trayecto las reinas y damas de las comisiones de fiestas, hasta la misma puerta del templo, como tributo a la Virgen. Y algo que se echó de menos, el tradicional canto por parte de los cantores del Misteri del 'In exitu Israel d'Egipto', que solamente, que pudiéramos escuchar, fue cantado en una ocasión, y no en todo el trayecto como era tradicional.

Al término de la procesión, con la basílica abarrotada de gente, tuvo lugar la celebración de una misa pontifical y oficial de fiestas, que fue presidida por el cardenal Antonio Cañizares, y concelebrada por obispos, sacerdotes y diáconos, así como cantada por el Coro Juvenil de la Escolanía del Misteri, bajo la dirección de Javier Gonzálvez.

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En el curso de la misma, activa participación de los asistentes en la interpretación de los diversos cantos, y una comunión general con todos los sacerdotes distribuidos por las naves del templo.

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