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Una de las características en las que incidió una y otra vez la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, durante la pseudopresentación del proyecto de la ... Ciudad de Industrialización de la Construcción fue la necesidad de adaptar las viviendas a las cada vez más frecuentes amenazas climáticas. «Es necesario saber que el cambio climático no es una cuestión ideológica, sino que es una evidencia. Tenemos que reaccionar hacia ello no solo mitigándolo, sino también adaptándonos a ello», dijo la ministra, quien también aseguró que el nuevo proyecto será una oportunidad para hacer viviendas más resilientes, construir con criterios de sostenibilidad y conseguir viviendas de mayor calidad en un menor tiempo. Pero, ¿están las casas modulares que se construyen en la actualidad capacitadas para hacer frente a catástrofes naturales? Sí, pero con matices.
La impermeabilidad, la resistencia o la estanqueidad son las características que más se tienen en cuenta por parte de las empresas de fabricación de viviendas modulares. «Nuestras viviendas se calculan para soportar cargas de viento, lluvias intensas y fenómenos meteorológicos extremos, incluso por encima de las exigencias normativas convencionales», indican desde Niu Houses.
Sin embargo, la mayoría de casas prefabricadas que se producen en la actualidad son viviendas unifamiliares, generalmente ubicadas a ras de suelo, lo que ya de por sí lleva implícito un riesgo ante posibles riadas o movimientos sísmicos.
Para lo segundo ya existen soluciones. «La estructura ligera, el mayor control en los anclajes y la optimización de las cargas permiten que la vivienda absorba y disipe mejor la energía generada por un sismo, reduciendo el riesgo de daños graves en la estructura», explican desde el sector. Además, las compañías de viviendas industrializadas apuestan cada vez más por el uso de envolventes de altas prestaciones, sistemas de aislamiento avanzados y ensamblajes para garantizar «una mayor seguridad estructural frente a movimientos sísmicos, asegurando que la vivienda mantenga su confort, estabilidad y durabilidad a largo plazo»
Sin embargo, ante una riada como la que tuvo lugar el pasado 29 de octubre en Valencia las viviendas prefabricadas podrían sufrir daños similares a los que se produjeron en la inmensa mayoría de plantas bajas de la zona cero. La utilización de materiales impermeables de última generación resulta ineficaz ante una avenida de agua como la que tuvo lugar la tarde de la dana.
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