Las siete lecciones que nos deja el VDS 2025
Valencia se consolida como hub global: colaboración, IA y ciberseguridad marcan lecciones duras y accionables para escalar startups sostenibles
Valencia volvió a mirarse en el espejo de la innovación y lo que vio estos 22 y 23 de octubre en la Ciudad de las ... Artes y las Ciencias fue rotundo: un hub internacional en plena madurez, capaz de atraer 12.000 profesionales, más de 3.000 startups, 1.500 corporaciones y 800 inversores con más de 300.000 millones bajo gestión. En su octava edición, VDS 2025 consolidó un salto de escala —45% de asistentes de 120 países, un 41% más que en 2024— y, sobre todo, un relato compartido: colaborar hoy para transformar mañana. Bajo ese lema, 'Collaborate Today. Transform Tomorrow', el congreso no solo reunió tendencias y titulares; dibujó un mapa de lecciones prácticas para emprendedores que quieren construir compañías globales y sostenibles sin perder la brújula del impacto.
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Estas fueron las claves que nos ha dejado el VDS 2025 para el ecosistema startup y los momentos que marcaron el encuentro.
1 La colaboración ya no es una consigna: es infraestructura
Si hubo un elemento común que atravesó los siete escenarios del VDS —tres de ellos literalmente sobre el lago— fue la idea de simbiosis entre actores que antes operaban en silos. Desde la renovación del acuerdo con e‑Residency del Gobierno de Estonia hasta la presencia institucional de Países Bajos, el evento colocó a Valencia en la red de hubs europeos que comparten talento, inversión y regulación. El anuncio de la alcaldesa María José Catalá de apoyar VDS dos años más y la clausura con la ministra Diana Morant subrayaron un mensaje político y económico: la ciudad juega ya en la liga de regiones altamente innovadoras. No es solo relato. Los datos refrendan una base productiva que crece: 1.689 startups en la Comunitat a septiembre de 2025 (un 11,34% más que en 2024), más de 160 millones captados en el año y un 71% de compañías financiadas, un 66% más que el ejercicio anterior. El tejido de apoyo se densifica —aceleradoras, corporate venturing, universidades, fondos— y se coordina. La colaboración, aquí, se mide en acuerdos firmados, consorcios y pipeline de proyectos.
2 IA, ciberseguridad y longevidad
La inteligencia artificial dejó de ser pista secundaria para ocupar el escenario central. Desde la tesis 'AI as the New Infrastructure: Investing Beyond the Hype' de Christian Teichmann (Burda Principal Investments) hasta la bajada a tierra de Ana Peleteiro (Preply) sobre educación personalizada, la conversación pasó de la retórica a casos de uso escalables. En paralelo, Iñaki Berenguer —referente entre emprendedores e inversores en ambos lados del Atlántico— enlazó IA y salud para dibujar nuevas categorías tecnológicas y oportunidades para el talento europeo. No fue la única vertical clave. Ciberseguridad, con la mirada de Laura Urquizu (Red Points), y longevidad, con la intervención de Aubrey de Grey, completaron el tríptico de «infraestructuras» del futuro inmediato. El blockchain, defendido por Volodymyr Nosov (WhiteBIT), se reivindicó como capa base de la nueva economía digital. En suma: menos hype y más due diligence sobre dónde construir valor defensable.
3 Escalar es un verbo colectivo
El panel que reunió a Sacha Michaud (Glovo) y Enrique Linares (letgo y Plus Partners) fue la ducha fría que toda audiencia necesita. En su conversación 'The Real Road to Unicorn: Grit, Chaos and Everything in Between' ambos se alejaron de los focos para hablar de cicatrices. «La gente asumía que éramos rockstars por levantar rondas, pero estuvimos a punto de cerrar tres o cuatro veces», reconoció Michaud. Linares admitió que incluso con métricas excepcionales el interior podía ser «un desastre». Dos ideas para subrayar en la libreta del fundador: uno, no confundir titular con tracción. La prensa amplifica, pero no paga nóminas. La ventaja competitiva se cocina en foco, ejecución y disciplina de capital. Y dos, la gestión emocional es estratégica. «Hay que mantener una fe irracional», dijo Linares; y a la vez construir hábitos —dormir, deporte, perspectiva— que eviten el burnout del equipo fundador. Su decisión más controvertida —la retirada de Glovo de Latinoamérica para concentrarse en Europa— sirve como caso de manual: priorizar supervivencia y unit economics por encima del romanticismo de la expansión. Renunciar a la parte para salvar el todo. La lección de fondo es incómoda y útil: escalar no es crecer a cualquier precio, sino aumentar complejidad sin perder control. Y eso exige gobierno corporativo, cofundadores complementarios y rituales de ejecución que reduzcan el ruido.
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4 Diversidad, talento y propósito
La competición por el talento atraviesa todas las etapas. En VDS se abordó con realismo: diversidad, equidad e inclusión como políticas que impactan en estrategia y retención —con voces de Mews, Just Eat y Booking.com—; y «propósito con ambición» como palanca para alinear a equipos en ciclos largos. La presencia de nombres como Gillian Tans (ex CEO de Booking.com), Terence Guiamo (Just Eat) u Olivia McEvoy (Booking.com) llevó la discusión a métricas: NPS de empleado, políticas flexibles con accountability y comunicación radicalmente transparente. Aquí Valencia juega con ventaja: una calidad de vida que, combinada con proyectos ambiciosos, atrae perfiles internacionales. Convertir ese atractivo en beneficio competitivo exige visados ágiles, vivienda asequible y tejido educativo conectado a la industria. El VDS ayuda a cerrar el triángulo: startups, corporaciones e instituciones en la misma mesa.
Sostenibilidad como criterio de diseño, no como anexo
La dana de 2024 marcó el tono. VDS abrió con un homenaje a los afectados y un recordatorio de que la resiliencia se diseña, no se improvisa. A continuación, iniciativas como 'DANA Help' y 'Adopta un Colegio' —reconocidas en la clausura— y programas como Woman Paint Too, impulsado por la científica y emprendedora Pilar Mateo, introdujeron una mirada donde tecnología y propósito social se encuentran sin ingenuidad. El mensaje: sostenibilidad y diversidad no son líneas de un ESG report, sino variables del modelo de negocio. Ciudades inteligentes, energía y greentech ganaron espacio en la agenda con proyectos con métricas de impacto y escalabilidad.
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6 La competición de startups y la señal al mercado
El termómetro de un congreso es su competición. Este año, entre más de 1.200 candidaturas de 84 países, la victoria fue para Spacebackend (Early Stage), con su propuesta para acelerar la integración de cargas útiles satelitales, y Zibra AI (Growth), especializada en generación de efectos visuales y contenidos 3D con IA. El jurado —Elaia, HV Capital, WIP Capital, Trind Ventures y Startup Valencia— envió una señal clara: deeptech con time‑to‑market razonable y aplicaciones con demanda creciente. Además, el 'Aerospace Startup Award' para Espai Aero CV y el 'VDS Honorary Award' a Iñaki Berenguer refuerzan dos tesis locales: el peso específico del sector aeroespacial valenciano y la capacidad de la diáspora para traccionar inversión y conocimiento.
7 Valencia, por delante en el tablero de hubs
Más allá del orgullo local, la afirmación de la alcaldesa María José Catalá —«Valencia se sitúa por delante de Madrid y Barcelona»— debe leerse en clave de posicionamiento estratégico: densidad de eventos, llegada de capital internacional, alianzas institucionales y un coste de vida competitivo. Según los organizadores, el impacto económico del VDS crece con efecto multiplicador —20,3 millones en la edición anterior, según EY— y la comunidad se expande: 45.000 profesionales conectados a Startup Valencia, más de 200 eventos al año y colaboración con grandes corporaciones tecnológicas como Microsoft, Amazon, Google y HubSpot. No se trata de una foto, sino de una película: VDS como plataforma que ancla relaciones, acelera acuerdos y proyecta la marca Valencia como destino para construir empresas globales.
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