'Be More 3D' o cómo ser líder en impresión de casas

Corría el año 2015 cuando los tres compañeros de clase terminaban sus estudios en Arquitectura Técnica y decidían comprar unas pequeñas impresoras de plástico con la intención de empezar una aventura empresarial. Comenzaron a vender objetos de todo tipo: prototipos, maquetas de viviendas y hasta llaveros personalizados. Hasta que un buen día supieron ver las capacidades de la industria 3D y se plantearon dejar el plástico a un lado y probar con el hormigón. «Habíamos estudiado para hacer casas y estábamos haciendo llaveros, así que nos planteamos combinar la pequeña empresa que teníamos con nuestra pasión, que es construir viviendas», explica Vicente Ramírez, CEO de la empresa.

Con la ayuda de uno de sus profesores de la universidad, Jose Ramón Albiol, desarrollaron un material consistente para conseguir sobreponer las capas de hormigón sin que se desmoronase. Con el poco dinero que habían ahorrado durante un año y con la ayuda de una incubadora de startups, en 2018 pudieron pasar de trabajar con una impresora de 2 metros de capacidad de impresión, a desarrollar una de mayor envergadura. «En tan solo tres meses conseguimos desarrollar la primera impresora 3D de viviendas y construir la primera vivienda impresa en España y la tercera en el mundo», asegura Ramírez.

«Nosotros somos fabricantes de maquinaria. Fabricamos la impresora y la vendemos», explica. En este sentido, Vicente explica que Be More 3D no es una constructora como tal, sino que «vendemos máquinas y se nos puede contratar para servicios de estructuras».

Cuando algunos clientes contactan con la empresa en busca de construir una casa en 3D, desde Be More 3D «hablamos con los arquitectos con los que trabajamos, se desarrolla el anteproyecto, el proyecto básico, se piden licencias y demás... y contactamos con una de las constructoras con las que trabajamos y somos nosotros los que hacemos la estructura en aproximadamente 24 horas: 7h para montar la máquina, 8h para imprimir la estructura y el resto para desmontarla», apunta. Así, se quedan construidos los muros de carga y es el constructor quien remata techos, instalaciones y acabados.

Algunas de las ventajas que ofrece optar por este tipo de construcción son la reducción de costes y de tiempos de ejecución, la libertad de personalización de la vivienda y sobre todo, la disminución del número de residuos y en emisiones en CO2. «Con nuestras máquinas de impresión 3D somos capaces de imprimir una casa de 70m² en 8 horas y además, reducimos los costes en un 30% y los residuos y la huella de carbono en un 80%», asegura. Además, adelanta que estas viviendas son mucho más resistentes porque son 100% de hormigón.

Con respecto a los cambios que implica esta tecnología, que ya es una realidad, en el sector de la construcción, Vicente destaca «la creación de nuevos puestos de trabajo y la mejora de las condiciones de los existentes». En este sentido, explica que los trabajadores reciben una formación de cinco días en los que aprenden a montar, desmontar o realizar el mantenimiento de la máquina. «Son máquinas pensadas y diseñadas desde cero para trabajar en la obra, por lo que la calidad de vida de esas personas puede mejorar muchísimo».

Cuando nació Be More 3D, tan solo había dos empresas extranjeras en la competencia. A día de hoy, «ya hay más de 30 o 40 proyectos que se dedican a lo mismo que nosotros y eso es muy bueno para una tecnología tan disruptiva como esta». Así, asegura que «la sociedad, el mercado y las máquinas ya están preparadas para esta nueva era en la construcción».

Con respecto a las ventas, Vicente destaca que ya han podido vender máquinas en la zona del Levante, Galicia, Portugal e incluso Sudamérica. Además, han hecho viviendas tipo para demostrativos. «Hace unas semanas hicimos una cantina real para el Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz, dentro un proyecto de reutilización de residuos de canteras de mármol en la construcción. Hemos cogido sus residuos y los hemos incorporado en un nuevo material que hemos desarrollado, para hacer una construcción real mucho más ecológica, que se utilizará próximamente». Asimismo, antes de que termine el año harán la entrega de la primera vivienda real para una familia, que se construirá en Barcelona.

Con respecto a proyectos futuros, Vicente destaca el desarrollo de un nuevo prototipo que permitirá levantar un edificio de cinco plantas (de 15 m de altura) impreso completamente en 3D. A día de hoy, «estamos explotando las máquinas que ya tenemos desarrolladas y con lo que ganamos vamos invirtiendo en desarrollar la siguiente línea de máquinas, que estarán disponibles dentro de unos años».