Microbrotes, packaging inteligente y comida de laboratorio: Valencia cocina el futuro de la alimentación
Talks Food Summi ha reunido a expertos, startups e inversores para debatir sobre tecnología, sostenibilidad y el futuro del sector agroalimentario
Bajo el lema 'Tech for Food', la séptima edición del Ftalks Food Summit ha vuelto a convertir a Valencia en el gran laboratorio europeo ... donde se cuece el futuro de la alimentación. El evento impulsado por KM ZERO Food Innovation Hub ha batido récords de asistencia y participación, reuniendo a más de 800 profesionales, inversores, startups y grandes compañías del sector agroalimentario y la salud.
Beatriz Jacoste, CEO de KM ZERO, transmite el pulso del evento: «Nunca antes Ftalks había reunido a tantos asistentes ni a un ecosistema emprendedor tan vibrante». Señala la gran acogida que ha tenido la jornada este año y resalta que se han abordado temas como la crisis geopolítica, de salud y de sostenibilidad. «Los hemos abordado desde la convicción de que hay soluciones reales. Los innovadores que han venido a Valencia están demostrando que es posible responder a los grandes retos de nuestro tiempo, para que mañana podamos seguir disfrutando de los alimentos que tanto nos gustan», ha expuesto Jacoste.
El Future Market, espacio expositivo del evento, ha sido un escaparate de las tendencias que marcarán los próximos años. Allí, medio centenar de startups y empresas han mostrado soluciones que van desde la agricultura de precisión hasta la biotecnología aplicada al packaging, pasando por la inteligencia artificial, la economía circular y los nuevos alimentos.
David Francés, CEO y fundador de Agerpix, es uno de estos ejemplos: «En Agerpix nos dedicamos a generar datos de valor para la toma de decisiones en la agricultura. Hacemos previsiones de cosecha con visión artificial y sensores, y conectamos todos los datos digitales de una empresa para explotarlos mediante sistemas tipo chat. El sector va hacia una toma de decisiones basada en información, no solo en la experiencia, y eso es clave para la supervivencia de las empresas».
La digitalización y la inteligencia artificial han sido, de hecho, los grandes protagonistas de esta edición. Desde la monitorización de cultivos y la gestión eficiente del agua —el «nuevo oro» de la industria, como subrayó Javier Donato, director de SITRA— hasta la predicción de gustos del consumidor o la automatización de procesos, la tecnología se ha convertido en el motor de una transformación que afecta a toda la cadena alimentaria.
Packaging que piensa, microbrotes que nutren
Uno de los focos de innovación más llamativos ha sido el packaging inteligente. Sofía Riera, responsable de desarrollo de negocio en la ilicitana Oscillum, explica que: «Aplicamos la biotecnología al packaging alimentario para alargar la vida útil de los alimentos o informar del estado de esos alimentos y que el consumidor pueda reducir el desperdicio. La digitalización y la inteligencia artificial están marcando tendencia, tanto en el campo como en el control de sistemas y medidas nutricionales».
La lucha contra el desperdicio alimentario ha sido otro de los grandes temas del Summit. Empresas como Remolonas, un supermercado online de excedente alimentario, están creando cadenas de suministro específicas para aprovechar los alimentos antes de que se conviertan en residuo. «Se desperdicia al menos un tercio de la producción mundial de alimentos. Nosotros trabajamos el excedente antes de que se convierta en desperdicio», indica su cofundador, Eduardo Aparicio.
Pero si hay un producto que ha captado la atención de chefs, inversores y público, ese ha sido el microbrote. Miquel Soriano, CEO de la valenciana Massa Greens, lo cuenta con pasión: «Los microbrotes multiplican por diez la capacidad nutritiva de la planta adulta, porque concentran toda la energía de la semilla en las dos primeras hojitas. Además, tienen un sabor muy potente y una vistosidad que convierte cualquier plato en algo gourmet. Queremos que lleguen a todos los hogares, no solo a la alta cocina».
En su stand, Soriano ha mostrado cómo un simple gazpacho andaluz puede transformarse con una flor de ajo, o cómo una ensaladilla rusa gana en sabor y color con un microbrote de guisante. «Estamos en el foco justo donde podemos plantear lo que transmitimos: una agricultura técnica, selecta, pero al alcance de cualquiera. Y la inteligencia artificial nos ayuda en la detección de plagas, problemas de riego y hasta en la elaboración de nuevos alimentos».
Comida de laboratorio
La biotecnología ha irrumpido con fuerza en el sector, no solo en el packaging, sino también en la creación de nuevos ingredientes y alimentos. Miriam Ortega, directora de Comunicación en NOB166, ha presentado su tecnología antimicrobiana, capaz de proteger tanto al trabajador como al producto y al cliente final de la contaminación por microorganismos. «Prevenimos la contaminación cruzada, reducimos residuos y optimizamos la desinfección. Nuestro principio activo se libera de forma lenta y controlada, es inorgánico e inocuo, y se puede aplicar a textiles, superficies duras y envases, haciéndolos permanentemente antimicrobianos».
La seguridad alimentaria, la sostenibilidad y la reducción de residuos son, para Ortega, retos ineludibles: «No por no ver a los microorganismos podemos pasar de largo. Lo hemos visto con el Covid. Hay que estar preparados y protegernos».
En el terreno de la comida de laboratorio, la fermentación de precisión y la edición genética han sido temas recurrentes en las mesas redondas. Empresas como la argentina Migma, premiada como Startup más Sostenible, están extendiendo la vida útil de los alimentos gracias al uso combinado de antioxidantes e inteligencia artificial. Sensesbit, por su parte, ha sido reconocida como la Startup más Innovadora por su software de análisis sensorial, capaz de predecir los gustos del consumidor y asegurar el éxito de nuevos productos.
«Las startups premiadas reflejan la evolución que el sector agroalimentario está viviendo y cuáles son los aspectos por los que inversores y grandes compañías están apostando a través de iniciativas de colaboración e innovación abierta», destaca Beatriz Jacoste. «La tecnología aplicada a los diferentes eslabones de la cadena alimentaria, con el objetivo de hacer todos sus procesos más eficientes, trazables y sostenibles, marcará el futuro de lo que comamos».

El Ftalks Food Summit no sólo ha sido un escaparate de innovación, sino también un punto de encuentro para la inversión y el networking. Claudia Jiménez, general partner del fondo Swanlaab, lo tiene claro: «Este evento se está estableciendo como uno de los eventos clave de la industria en España. Logran congregar gente muy diversa que representa toda la industria: fondos de inversión, compañías emergentes, consolidadas, reguladores, ayudas públicas… Es un evento muy sólido y permite conectar a todos los actores en muy poco tiempo».
Desde la perspectiva inversora, Jiménez destaca el auge de la biotecnología, la monitorización y la precisión en los procesos, así como la importancia de la inteligencia artificial. «El sector agroalimentario es en lo que hay que estar hoy en día, porque el siguiente gran reto es cómo vamos a alimentar a tantas personas de forma saludable y sostenible. Valencia se está posicionando mucho en el sector, con grandes corporaciones y un ecosistema muy potente».
Para los fondos de capital riesgo, la oportunidad reside en identificar tecnologías emergentes y equipos capaces de escalar soluciones disruptivas. «Desde el punto de vista de fondo de inversión, lo que buscamos es el networking, evidentemente, entre todos los actores. Un evento donde puedas aprovechar en un solo día para conectar con mucha gente. Y dos, un evento donde puedas detectar empresas con tecnologías emergentes interesantes para poder invertir en ellas. Y ellos realmente hacen una muy buena selección», explica Jiménez.
Swanlaab, como fondo, se centra en tecnología B2B y deep tech, con un foco creciente en agrotech y foodtech. «Hace tres años vimos que había una oportunidad de meterse en el mundo agrotech, porque aquí no había fondos privados relevantes que lograran apoyar la cantidad de tecnología que está emergiendo. Entonces lanzamos un fondo enfocado 100% a la tecnología agroalimentaria, B2B, no B2C, y estamos invirtiendo casi en exclusiva en España», detalla Jiménez. El fondo busca compañías con modelos de negocio sólidos y potencial de escalabilidad, invirtiendo entre 500.000 y 2 millones de euros en primeras rondas, y reservando capital para acompañar a las empresas en su crecimiento.
En cuanto a las tendencias que más interés despiertan entre los inversores, Jiménez señala la biotecnología, la edición genética, la monitorización y la precisión en los procesos, así como la inteligencia artificial aplicada a la cadena alimentaria. La visión de los fondos especializados como Swanlaab es clara: el futuro de la alimentación pasa por la colaboración entre startups, grandes empresas, inversores y administraciones, y por la apuesta decidida por la tecnología y la sostenibilidad.
El propio Raúl Martín, CEO de Familia Martínez, subraya la importancia de la colaboración: «FTalks es un sitio para conectar. La transición hacia un mejor sistema alimentario pasa por un trabajo conjunto de muchos actores. Aquí se encuentran soluciones para los grandes desafíos de la industria, como el uso eficiente del agua, el desarrollo de nuevos materiales o proteínas, y el auge de la inteligencia artificial para ser más eficientes y sostenibles».
El agua y el hambre
El agua ha sido uno de los grandes protagonistas del Summit. «El agua está llamada a convertirse en el nuevo carbono del sector agroalimentario: un recurso estratégico y medible que debe ser gestionado con responsabilidad», advierte Javier Donato, director de SITRA. «Su uso eficiente es clave para asegurar la competitividad, la sostenibilidad de la producción y la adaptación al cambio climático».
La lucha contra el hambre y el desperdicio alimentario ha ocupado también un lugar central. Manuel Sánchez-Montero, director general de Acción contra el Hambre, resalta que: «Acabar con el hambre no solo es posible, también es rentable. Invertir en seguridad alimentaria genera beneficios sociales, económicos y políticos. Las empresas pueden ser parte de la solución, creando valor mientras mejoran la vida de millones de personas».
El investigador del CSIC Fernando Valladares, encargado de la conferencia de cierre, ha recordado la urgencia de reajustar la producción y el consumo para encajar en los límites planetarios: «El sistema alimentario produce el doble de la comida que hace falta, mientras que hay 11 millones de personas que mueren cada año por desnutrición. Si realmente nos preocupa la sostenibilidad, debemos cambiar el orden y producir la comida necesaria».
Valencia, kilómetro cero de la despensa mediterránea
La concejala de Turismo, Innovación y Captación de Inversiones del Ayuntamiento de Valencia, Paula Llobet, ha destacado el papel estratégico de la ciudad: «Tenemos un ecosistema muy potente y vinculado a nuestra estrategia de ciudad, junto con el que estamos trabajando para situar a Valencia como el kilómetro cero de la despensa Mediterránea». Entre las iniciativas municipales, Llobet ha anunciado el Reto de Innovación Alimentaria ftalks, en colaboración con KM ZERO, y el espacio Foodlab, un nuevo laboratorio de innovación alimentaria donde convivirán ciencia, tecnología, tradición y creatividad.
El Ftalks Food Summit 2025 ha cerrado su edición más ambiciosa, confirmando a Valencia como uno de los grandes polos de innovación alimentaria de Europa. «Valencia tiene que ser el epicentro de esta innovación porque tenemos una industria súper fuerte, el canal de distribución más potente de España y una biodiversidad y riqueza gastronómica únicas», reivindica Beatriz Jacoste. «Aquí se está innovando y se están haciendo las cosas muy bien».
En un mundo donde la alimentación se enfrenta a retos sin precedentes —desde el cambio climático hasta la seguridad alimentaria, pasando por la digitalización y la sostenibilidad—, la ciudad del Turia se ha convertido en el gran laboratorio donde se cocina el futuro. Un futuro en el que los microbrotes, el packaging inteligente y la comida de laboratorio no son ciencia ficción, sino ingredientes reales de la despensa del mañana.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.