La Comunitat pisa el acelerador en IA: muchas empresas, poco tamaño y gran reto de consolidación
Es la tercera región con más empresas de IA al concentrar el 10% del total nacional, aunque solo genera el 5% del empleo
La Comunitat Valenciana quiere estar en el mapa de la revolución de la inteligencia artificial (IA). Y, en parte, ya lo está. Según la nueva ... monografía La inteligencia artificial en España: formación y empresas nativas, elaborada por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie) y la Fundación Ramón Areces, la región aparece entre los territorios con mayor número de compañías vinculadas a la IA. Eso sí, con un pero importante: se trata, en su mayoría, de empresas de pequeño tamaño, que afrontan el desafío de escalar, de captar financiación y de competir con los gigantes que dominan el sector en Madrid o Barcelona.
El informe radiografía un ecosistema valenciano dinámico y con talento, pero que aún juega con desventaja frente a territorios con tejido productivo más claramente orientado hacia sectores tecnológicos. ¿La buena noticia? El peso de universidades como la Universitat Politècnica de València, la Universitat de València o la Universitat d'Alacant está impulsando una base formativa sólida que puede alimentar a este ecosistema empresarial.
En cuanto a la distribución regional de las empresas nativas de la IA, destaca la concentración en la Comunidad de Madrid, seguida de Cataluña, ya que entre las dos autonomías suman más del 50% del total de empresas nativas de IA de España y el 74,4% del empleo en IA. Madrid acoge al 29,3% de las compañías, pero su peso todavía es mayor en el empleo, porque genera el 56,8 % de los puestos de trabajo. Por su parte, las empresas nativas de IA catalanas tienen un peso del 21,9%, pero, en este caso, solo representan el 17,6% del empleo porque se trata de empresas de menor tamaño. Estas dos comunidades también son las que concentran el mayor porcentaje de empresas totales en el país, con un peso similar del 18%, frente a la mayor representación observada en el caso de las de IA. En cuanto al empleo, Madrid y País Vasco son las regiones cuyo peso en IA es mayor que sobre el total de trabajadores.
Detrás de estas regiones líderes se sitúa la Comunitat, con un peso del 10,3% en empresas nativas de la IA. En concreto, el número de empresas nativas de IA ha crecido muy por encima de la media, ya que se ha multiplicado por 6,5 en diez años (291 contabilizadas a final de 2022 - último año disponible). La provincia de Valencia concentra el 60% de esas compañías, Alicante, el 30%, y Castellón acoge el 10% restante. Si las comparamos con el resto de provincias españolas, las valencianas se sitúan en las posiciones 3, 4 y 20, respectivamente.
Aunque la comunidad es la tercera en número de empresas de IA, queda relegada al cuarto puesto en el empleo que estas compañías representan en España, por detrás de Madrid, Cataluña y País Vasco. Las empresas nativas de la IA con sede en la Comunitat Valenciana sólo generan el 5% del empleo del conjunto de empresas IA en España, es decir, pesan en empleo la mitad que en número de compañías. Esta diferencia se atribuye al pequeño tamaño de las empresas IA en la región. La descomposición por provincias es similar al del número de empresas: 63% del empleo se concentra en Valencia, 29% en Alicante y 8% en Castellón. En este caso, si comparamos el empleo de todas las provincias españolas, Valencia ocupa la cuarta posición, seguida de Alicante (8) y Castellón (19).
Los datos del Ivie son claros: el 12,6% de las empresas de la Comunitat Valenciana con más de 10 empleados ya utilizan tecnologías de inteligencia artificial. Es un porcentaje que coloca a la región justo por debajo del País Vasco (12,7%) y muy por encima de comunidades como Castilla-La Mancha (7,6%) o Canarias (6%). Madrid lidera la clasificación, con un 17,8% de sus empresas usando IA, seguida de Cataluña (15,3%). Pero el dato valenciano no es menor: supone que el territorio se encuentra, junto al eje vasco-catalán, en la zona alta de la implantación de esta tecnología en España.
Sin embargo, el informe también advierte de que la especialización productiva pesa. La Comunitat mantiene una economía muy vinculada al turismo, la hostelería, la construcción y la industria manufacturera tradicional. Sectores que, de momento, se están mostrando menos permeables a la disrupción de la IA. Esto significa que, aunque haya un número notable de empresas que experimentan con inteligencia artificial, la capacidad de transformación sectorial todavía es limitada.
El fenómeno de las empresas nativas
Uno de los capítulos más novedosos del estudio es el dedicado a las empresas nativas en IA, aquellas que nacen con la inteligencia artificial como corazón de su negocio. En España existen unas 2.825 compañías, que emplean a más de 109.000 personas. La Comunitat aparece en este mapa con fuerza en número de compañías, especialmente en las provincias de Valencia y Alicante. Pero de nuevo aquí aflora el matiz: son empresas más pequeñas que la media, lo que limita su impacto agregado. Aun así, figuran en sectores de enorme potencial: consultoría y programación informática, salud digital, servicios de información, y actividades profesionales y científicas. El mensaje del informe es claro: el ecosistema valenciano tiene cantidad y dinamismo, pero necesita consolidar proyectos más grandes que permitan ganar tracción.
La monografía pone el dedo en la llaga en un aspecto sensible: el acceso a la financiación. Aunque las empresas nativas valencianas muestran más dinamismo que la media nacional, una de cada cuatro reconoce estar absolutamente restringida para obtener recursos. Y el 40% afirma tener restricciones parciales. Esto golpea de lleno a una región donde el grueso de las empresas de IA son pequeñas o medianas. Sin músculo financiero ni proyectos escalables, la capacidad de competir con hubs como Madrid o Barcelona se reduce notablemente.
Madrid concentra el 29,3% de las empresas de IA de España y más de la mitad del empleo del sector. Barcelona, por su parte, actúa como gran polo catalán, muy vinculado al ámbito de las telecomunicaciones, la movilidad y las startups digitales. Frente a ellos, la Comunitat Valenciana debe encontrar su propia ventana de oportunidad.
Universidades y talento
Aquí entra en juego la otra cara del ecosistema: la formación universitaria. La Comunitat es la tercera autonomía de España en número de titulaciones relacionadas con la IA, por detrás de Madrid y Cataluña. La Comunidad de Madrid ofrece el 30,8% del total de las titulaciones relacionadas con la IA. Cataluña es la segunda región con más titulaciones IA (18%), pero destaca en el número de matriculados y egresados, por encima del 30%. A estas regiones le siguen la Comunitat Valenciana (10,7% de titulaciones IA), Castilla y León (7,1%), Andalucía (6,2%) y País Vasco (6,2%). Murcia, Cantabria, Castilla-La Mancha y Extremadura son las regiones con menor penetración de la IA, donde los matriculados en estudios relacionados con la IA no llegan a alcanzar el 0,5% del total de la región.
El peso de instituciones como la Universitat Politècnica de València (UPV) —referente en ingeniería e informática— y la Universitat de València (UV) —muy activa en el ámbito de la investigación en datos, economía digital y matemáticas aplicadas— refuerza esta posición. Además, centros como la Universitat d'Alacant o la Universitat Jaume I de Castelló han iniciado grados y másteres en IA y ciencia de datos, nutriendo de talento a un mercado que lo reclama con urgencia. En paralelo, se ha disparado la demanda estudiantil: el número de alumnos matriculados en titulaciones relacionadas con la IA se ha quintuplicado en menos de una década. Este crecimiento convierte a las aulas valencianas en uno de los viveros clave de talento para la nueva economía digital.
¿Y ahora qué? ¿Un hub valenciano de IA?
¿Y ahora qué? El debate está abierto. Para consolidar un hub valenciano de inteligencia artificial, la región necesita: apoyo público decidido para reducir la brecha de acceso a financiación, conectar el talento universitario con el mundo empresarial, evitando la fuga hacia Madrid, Cataluña o el extranjero y especializarse en nichos propios, aprovechando la fortaleza en áreas como el turismo inteligente, la salud digital o la traducción automática. El informe también aboga por impulsar ecosistemas locales, con centros de innovación digital, clústeres sectoriales y colaboración universidad-empresa. De lo contrario,alertan los autores del estudio, la Comunitat corre el riesgo de ver cómo su potencial se diluye, con startups prometedoras que desaparecen o que se mudan a otros territorios con mayor capacidad de atracción. El diagnóstico final del Ivie es contundente: la IA no es una opción, sino un requisito de competitividad. Si Europa ya corre por detrás de Estados Unidos y China, y España ocupa una posición intermedia, la Comunitat no puede permitirse el lujo de quedarse rezagada dentro de España. El tren de la inteligencia artificial avanza rápido, y las regiones que no logren subirse a tiempo verán cómo sus sectores productivos pierden competitividad y cómo el talento se marcha. Valencia, Alicante y Castellón están en la línea de salida: disponen de universidades dinámicas, un ecosistema de pequeñas empresas con ADN innovador, y una sociedad civil que empieza a percibir la oportunidad. El reto, ahora, es transformar ese potencial en músculo real. Y hacerlo rápido. Porque en la carrera de la inteligencia artificial, como recuerda el informe, las dinámicas del «ganador se lo lleva todo» son la norma, no la excepción.
La conclusión que se desprende de la radiografía del Ivie y la Fundación Ramón Areces es dual. Por un lado, las oportunidades: la Comunitat Valenciana ya se sitúa en el grupo de cabeza en implantación de inteligencia artificial en las empresas, cuenta con un número relevante de compañías nativas en IA, especialmente en Valencia y Alicante, y dispone de un sistema universitario que se ha adaptado con rapidez, ofreciendo una formación cada vez más amplia y transversal en esta tecnología.
Pero también están los riesgos: la mayoría de las empresas son pequeñas, con escaso nivel de internacionalización y serias dificultades para acceder a financiación; el peso de los sectores tradicionales en la economía valenciana ralentiza la velocidad de penetración de la IA; y, además, la geografía juega en contra, puesto que Madrid y Barcelona acaparan no solo los grandes proyectos, sino también la mayor parte de la inversión y del talento mejor remunerado.
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