Sagunto será clave en el proyecto para llevar gas a Europa ante el bloqueo ruso

Tal y como evidencia un estudio de BBVA, España cuenta con un potencial enorme para ser intermediario de esta fuente de energía tan cotizada. Más de un tercio de la capacidad de regasificación de toda Europa está en el país, que cuenta a su vez con seis plantas en funcionamiento (además de una hibernada) que no llegan a exprimir, ni mucho menos, todo su potencial.

Las mismas están preparadas para recibir la carga de los denominados buques metaneros, que transportan el gas en estado líquido. Cuando el mismo llega a este tipo de instalaciones tiene que ser tratado mediante un complejo procedimiento para volver a su estado natural y así poder hacer una realidad el suministro a hogares y empresas.

Durante años, la de Sagunto ha sido una de las infraestructuras menos utilizadas debido a algo tan simple como que no era necesario tenerla siempre en funcionamiento ya que el combustible podía proceder desde otros puntos de forma más barata. En el caso español era desde África mayormente. De hecho, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) desveló que en el tercer trimestre de 2018 no tuvo ninguna actividad debido a este motivo.

Sin embargo, la situación ha cambiado mucho. Ya en 2021 la planta aumentó un 32% su producción, con un total de 27.247 gigavatios hora (GWh) frente a los 20.659 GWh producidos el año anterior, según los datos de Saggas, la sociedad que gestiona el servicio. Y en 2022, con la guerra de Ucrania, se vio incluso más impulsada.

Los registros de la Autoridad Portuaria de Valencia confirman que en los primeros siete meses del año los cargamentos de esta energía se han triplicado pasando de 736.215 toneladas en 2021 a 2.220.915 en 2022. La mayor parte de este codiciado material viene de EE UU, que ha salido al rescate de Europa para enviar gas.

Pese al avance, casi la totalidad del gas que ha entrado por Sagunto se consume en la Península Ibérica, debido a que los únicos gasoductos con Francia activos tiene un columen muy limitado. Las cifras de Enegás confirman que durante 2021 tampoco se alcanzó la capacidad máxima. Aunque cuenta con una capacidad de almacenamiento de 600.000 m3 frente a los 450.000 de la infraestructura de Bilbao, recibió la mitad de suministro.

Hoy por hoy Bilbao es una puerta de entrada más propicia para el gas que tiene destino Europa ya que los gasoductos que están en funcionamiento se ubican en la frontera vasca y navarra con Francia. En cambio, el Midcat estará situado en Cataluña, mucho más cerca de la Comunitat Valenciana. En Barcelona hay otra regasificadora con algo más de capacidad que la de Sagunto pero la misma acapara una carga de trabajo mayor y, aunque tiene potencial para aumentar, es más limitado que el del puerto de la capital del Camp de Morvedre.

Por ello, el desbloqueo del Mitcat presenta una oportunidad inédita para la infraestructura, que podrá desarrollar todo su potencial para proveer gas a diferentes países de Europa una vez este canal de acceso sea una realidad. Si todo avanza según lo previsto, las obras para terminar de levantar esta infraestructura que quedó paralizada hace años podrían durar unos diez meses. Pero para ello es necesario que se de la luz verde definitiva para retomar el proyecto.

Del mismo modo, la infraestructura, como el resto de las españolas, también podrá ser utilizada para almacenar gas ante un posible corte de suministro total por parte de Rusia. Ahora se podrá exprimir por fin el potencial de una planta que lleva quince años en funcionamiento y cuya ampliación no ha tenido apenas impacto. Pasó de contar con dos tanques a cuatro que apenas han sido utilizados por falta de trabajo.

Desde el inicio de la guerra de Ucrania las diferentes autoridades han visto las oportunidades del puerto de Sagunto, que gana puntos en el plano energético. Sin embargo, el municipio valenciano está a la orden del día por un proyecto incluso mayor, la gigafactoría de baterías que levantará Volkswagen para reconvertir las fábricas españolas con el objetivo de fabricar coches eléctricos.

Las obras de la planta comenzarán en el primer trimestre de 2023 y el objetivo es que en 2026 la fábrica esté plenamente operativa. Este proyecto, junto al potencial del puerto y la regasificadora, dan a Sagunto un papel clave para ser un motor económico en el corto plazo.