Las mandarinas tardías de Sudáfrica siguen entorpeciendo la venta de las valencianas
La evidencia demuestra el error de quienes aplaudieron un acuerdo comercial que da ventajas al contrincante porque no habría «solape»
VICENTE LLADRÓ
VALENCIA.
Domingo, 9 de noviembre 2025
El planteamiento inicial en la UE parecía inapelable: a todos nos conviene dejar entrar libremente cítricos de países productores del hemisferio sur porque llegan ... a contratemporada, cuando no quedan naranjas ni mandarinas en el hemisferio norte, o sea, en las zonas productoras de la propia UE, España sobre todo; por tanto no habrá colisión de intereses; al contrario, se fomentará el consumo, que haya continuidad en la demanda, enlazando unas campañas con otras sin problemas ni sobresaltos.
Sudáfrica centraba intereses empresariales centroeuropeos, es decir, de aumentar la producción allá con la mirada puesta en la UE, el mercado de mayor relieve del mundo en esto, el de mayor demanda, el que mejor paga. En muchos casos, las decisiones se fueron tomando en connivencia con países del centro y norte de Europa no productores. Como los Países Bajos, con su puerto de Rotterdam como gran protagonista. En connivencia cuando no por imposición directa. Quien manda, manda. Poderoso caballero es don Dinero. Y junto a quienes mandan de verdad, empresas y compañías que aprovechan oportunidades, puestas en bandeja.
Cuando se planteó el acuerdo con Sudáfrica se vio enseguida que no sólo era cuestión de contar con naranjas y mandarinas en los meses del año en los que no hay, o apenas queda, producción española en el mercado. Nada de limitarse al verano solamente. Ya se estaba viendo que la oferta sudafricana llegaba cada vez antes, coincidiendo con las últimas variedades de aquí a final de primavera, y permanecían hasta más tarde, cuando ya están maduras las primeras, en otoño. Al mismo tiempo se supo que Sudáfrica tenía en marcha grandes planes de expansión del cultivo citrícola, por supuesto para aumentar sus exportaciones a la UE. El peligro era evidente, pero las autoridades le quitaban hierro, hasta lo negaron.
AVA denuncia que cae un 40% la cosecha valenciana de mandarina precoz y se triplica la importación de mandarinas de Sudáfrica
Habrá solapamiento entre la oferta europea (española, valenciana) y la sudafricana, se denunció enseguida. Pero lo rechazaron. En Europa y desde el Gobierno español también. No veían lo evidente, o preferían mirar a otro lado, por lo que fuera.
Pero lo había. Lo hay. Lejos de contar con una oferta complementaria para los meses de verano, pronto se vio que la llegada de cítricos sudafricanos empezaba a coincidir con la europea, y cada vez más tiempo. Ahora mismo se sigue sufriendo: la oferta sudafricana de sus variedades tardías está entorpeciendo en toda Europa la venta de las variedades valencianas de primera estación. No es cosa de contratemporada; estamos en plena campaña aquí y siguen muy presentes los cítricos suafricanos.
Favores al contrincante
Las decisiones comunitarias han contado, desde luego, con una especial disposición a favorecer los intereses sudafricanos. La connivencia está clara desde países no productores. Peor se entiende el silencio desde casa, o esa extraña tendencia a minimizar lo evidente.
Cuando se supo que el acuerdo permitía la importación de cítricos sudafricanos sin aranceles hasta el 15 de noviembre quedó más que claro el panorama. La campaña citrícola empieza aquí a primeros de septiembre y alcanza velosidad de crucero a final de octubre. En noviembre es plena temporada. ¿Cómo no iba a haber solape.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) ha denunciado ante las instituciones europeas, en Bruselas, «el demoledor impacto comercial y fitosanitario que está provocando el acuerdo de la UE con Sudáfrica para la citricultura de la Comunitat Valenciana». Y lo demuestra con datos oficiales de la Conselleria y el Ministerio de Agricultura, así como de la Asociación de Productores de Cítricos de Sudáfrica (CGA).
Desde 2016, año de la firma de dicho tratado, la producción de clementinas y satsumas tempranas valencianas se ha desplomado un 40%, pasando de 361.226 a 211.718 toneladas. ¿La causa? Las importaciones de mandarinas tardías sudafricanas en igual periodo, que se han multiplicado por más de tres, pasando de 53.869 a 180.140 toneladas. ¿Hay o no solape? ¿Existe o no perjuicio para los productores valencianos?
AVA también ha vuelto a denunciar el problema de las continuas detecciones de plagas en cítricos sudafricanos, como la mancha negra y la falsa polilla, lo que representa un grave riesgo para la citricultura europea. De paso ha pedido en Bruselas que se instaure la reciprocidad en cuanto al uso de plaguicidas y que no se prohíban más materias activas en la UE si no hay alternativas viables.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión