La histórica firma de ropa deportiva valenciana Luanvi entra en concurso de acreedores
La compañía arrastraba desde hace más de un año problemas económicos, que se agravaron con el fallecimiento en la dana de Vicente Tarancón, uno de sus socios fundadores
La empresa valenciana de ropa deportiva Luanvi ha entrado en concurso de acreedores después de que el Juzgado Mercantil Número 2 de Valencia aprobase el pasado 20 de junio la petición a voluntad de la firma. La decisión, publicada en el BOE la primera semana de julio, llega tras un año complicado para la compañía provocado por los problemas económicos que arrastra desde hace varios meses y el trágico fallecimiento de Vicente Tarancón, uno de sus fundadores, en la dana del pasado 29 de octubre.
La firma valenciana encargada de vestir al Valencia Basket durante más de treinta años afronta ahora un proceso en el que tratará de hacer frente a sus impagos de la mano de un administrador concursal, David Baixauli Almenar, que ya ha asumido la responsabilidad de hacerse cargo de la histórica compañía.
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De tal modo, Javier Tarancón, que se puso al frente de la firma como director ejecutivo en enero de este año tras el fallecimiento de su padrre, quedó apartado después de que el juez responsable del procedimiento tomase la decisión de intervenir la administración de la compañía y dejarla en manos de un administrador concursal.
Fuentes próximas a Luanvi aseguran que la compañía no tiene previsto revelar ningún tipo de información en lo que se refiere a su situación, aunque no descartan emitir un comunicado para confirmar y aclarar la situación en la que ha quedado la empresa tras la entrada en concurso.
Según ha informado Cinco Días, la situación económica de la empresa es complicada desde hace más de un año, cuando se produjeron varios procesos de impagos a proveedores. De hecho, en septiembre la compañía solicitó una reestructuración de su deuda con el objetivo de tratar de alargar lo máximo posible la entrada en concurso de acreedores. Entre las medidas que se plantean en esa reestructuración se encuentran «la reducción paulatina de la deuda desde 2025 en adelante por menores necesidades de circulante» o el «mantenimiento del pago de la deuda estructural en sus términos actuales y extensión de los préstamos ICO COVID hasta 2028», como indicaba la firma en su informe de gestión correspondiente al ejercicio anual.
Los últimos datos disponibles de la compañía valenciana, los correspondientes al año 2023, reflejan un aumento de la facturación del 7,84% respecto a 2022, hasta alcanzar los 15,7 millones de euros. Sin embargo, la firma sufrió una importante caída superior al 40% en el apartado de beneficio neto, que se quedó en 61.206 euros. En lo que se refiere a las deudas, 2023 tampoco fue un año positivo para Luanvi, ya que ascendieron a 10,25 millones de euros, sobre todo por préstamos hipotecarios, financiaciones y créditos ICO para afrontar las consecuencias económicas de la pandemia.
La histórica firma valenciana no ha sido capaz de implementar de forma exitosa su plan de negocio «debido a las incertidumbres geopolíticas». Una situación que se ha ido agravando progresivamente y que en 2024 todavía complicó más la situación de la compañía sobre todo por la «excesiva acumulación de existencias debido, fundamentalmente, al modelo de aprovisionamiento focalizado en China», así como a «un incremento de los gastos de estructura derivado, principalmente, de la contratación y posterior despido de personal directivo con un elevado coste para la compañía».
