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José María Ruiz-Mateos (i) es escoltado por un policía a su salida de la Audiencia Nacional.
El juez rechaza dejar en libertad a Ruiz-Mateos por «reincidente y peligroso»

El juez rechaza dejar en libertad a Ruiz-Mateos por «reincidente y peligroso»

Resalta su “absoluta falta de voluntad de satisfacer cantidad alguna” en concepto de multa e indemnización por los fraudes fiscales que cometió en 1998 y 1999

José Antonio Bravo

Jueves, 18 de junio 2015, 21:24

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Los abogados de José María Ruiz-Mateos intentaron apurar todas las opciones para que no entrara en prisión, pero actuaron tarde y, además, sin argumentos de peso. Así se desprende del auto de ejecución de sentencia dictado por el juez Juan Carlos Peinado, encargado de que se cumpliera su condena a 3 años y 9 meses de prisión por hasta tres delitos fiscales, dos en el impuesto de sociedades y otro en el IVA, al no declarar a Hacienda los ingresos reales de la empresa Waltari e incluso presentar pérdidas ficticias.

En su resolución, el magistrado sostiene que en el caso del empresario jerezano no se cumple ninguno de los requisitos contemplados en el artículo 81 del Código Penal para poder suspender una pena privativa de libertad. Así, recuerda sus llamativos antecedentes -huidas incluidas-, de los que se infiere un pronóstico de peligrosidad y reincidencia, entendiéndose como probable la comisión de delitos futuros de la misma naturaleza. Y es que no es la primera condena que sufre por sus manejos irregulares, normalmente junto a buena parte de sus hijos y un grupo de colaboradores, ni tampoco es previsible que sea la última.

El titular del Juzgado de Ejecución número 7 de Madrid apunta, asimismo, que la suma de las penas impuestas en este caso supera los dos años de privación de libertad, el límite que normalmente consideran los jueces a la hora de no encarcelar a un delincuente si es su primera sentencia en firme y no existen otros riesgos. Más énfasis pone en el hecho de que el reo haya mostrado una absoluta falta de voluntad de satisfacer cantidad alguna, ni en concepto de multa (5,9 millones de euros) ni como responsabilidad civil (otros 4,6 millones de indemnización a Hacienda), además de que tampoco ha colaborado o se ha puesto a disposición de la justicia.

De hecho, Ruiz-Mateos hizo caso omiso de los llamamientos del juez para comparecer ante él y por eso se dictó el martes una orden de detención e ingreso en prisión, que finalmente se cumplió un día más tarde tras ser arrestado en su chale de Somosaguas, donde llevaba meses sin apenas salir. El polémico empresario, cuyos abogados han recurrido la decisión judicial y piensan llegar ante la Audiencia Provincial de Madrid -la misma que confirmó la condena impuesta hace un año por un juzgado de lo penal-, deberá pasar ahora varias semanas encarcelado hasta que el juez de vigilancia penitenciaria resuelva si cabe concederle el tercer grado o incluso la libertad provisional, atendiendo también a su estado de salud supuestamente delicado.

No obstante, según los letrados que llevan su defensa, Ruiz-Mateos fue ingresado este jueves en la unidad penitenciaria del hospital madrileño Gregorio Marañón -que cuenta con vigilancia policial-, al quejarse de unas supuestas dolencias cardiacas. El equipo médico de la prisión de Soto del Real donde estaba internado- adoptó esta medida preventiva ante su avanzada edad (84 años) y en previsión de que realmente hubiera riesgos de peso para su salud, dado que en la cárcel no existen medios avanzados para controlar ese tipo de problemas.

Engañó por Rumasa

El argumento dado por Ruiz-Mateos para engañar a Hacienda en este y otros casos fue, según su exletrado, que con ello trataba de resarcirse por lo que consideraba que el Estado tenía que compensarle tras la expropiación de Rumasa en los años 80. Así, llevaba un libro con una contabilidad B donde anotaba todo lo que se había dejado de pagar a Hacienda desde 1988 a cuenta de lo que le debían, además de otro donde se anotaban los nombres de más de un centenar de testaferros utilizados para realizar distintos engaños y ocultar su patrimonio real ante posibles embargos.

Aparte de este caso, el controvertido empresario tiene pendientes varios juicios por presuntas estafas cometidas a través de su emporio. En octubre será juzgado en Valladolid por un fraude fiscal de más de ocho millones que precisamente eludió en primera instancia por sus presuntas dolencias- y aún pendiente de fecha -sus presuntos cómplices ya fueron juzgados a principios de mes- habrá de sentarse en el banquillo por estafa e insolvencia punible en la causa abierta sobre la Corporación Financiera Hispano Suiza. Además, en febrero de este año ya fue condenado, aunque en la jurisdicción mercantil, a devolver 92 millones por los polémicos pagarés de Nueva Rumasa tras ser considerado culpable de la quiebra fraudulenta del holding.

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