España y Portugal deben invertir 50.000 millones anuales más hasta 2030 para alcanzar las metas verdes de Bruselas
La Península Ibérica tendría que movilizar al menos 4.000 millones anuales adicionales en capital riesgo para equiparse a potencias líderes como Alemania
España y Portugal necesitan movilizar hasta 50.000 millones de euros adicionales al año en inversión pública y privada hasta 2030 para alcanzar los objetivos ... de transición energética y reindustrialización sostenible marcadas por Bruselas. Según los cálculos de la plataforma Cleantech for Iberia, la escasez de capital riesgo resulta «especialmente preocupante» para que la región pueda alcanzar esos objetivos pese a que la inversión en tecnologías limpias en estos dos países se incrementó un 38% el año pasado y se ha multiplicado por seis en el segundo trimestre de 2025 respecto al mismo periodo del año anterior.
En su estudio 'Cleantech Capital in Iberia', el think thank pone el foco en la brecha de financiación «crítica» en energías verdes en estos dos países. En 2024 la Península invirtió seis veces menos en capital riesgo (426 millones de euros) que Alemania (2.426 millones) y casi 40 menos que los 16.600 millones de EE UU. Si se ajusta por magnitudes macroeconómicas como el PIB, la población y las emisiones de CO2 de estos países, España y Portugal tendrían que invertir al menos 4.000 millones de euros adicionales solo en capital riesgo entre 2025 y 2030 para equiparse a otras potencias líderes.
Mientras que las fases iniciales de financiación existe cierto respaldo a través de subvenciones públicas, universidades y capital riesgo temprano, los procesos para acceder a estos fondos públicos son lentos y complejos. Ya en la etapa de crecimiento muchas empresas se ven limitadas para escalar prototipos, validar sus modelos de negocio y adaptarse al mercado, ya que no hay esquemas integrados que combinen ayudas públicas con capital privado. «Esto genera un vacío en momentos clave para la consolidación de las startups», señala el informe.
Burocracia e incertidumbre
Pero el mayor desafío surge a la hora de pasar de los proyectos pilotos al despliegue comercial a gran escala, con ausencia de mecanismos financieros a las necesidades de las cleantech en fases avanzadas, donde se requiere un capital significativo para ampliar capacidad productiva y expandirse internacionalmente. La percepción de alto riesgo por parte de los inversores, junto con la escasa oferta de instrumentos como garantías, agrave el problema. «Muchas innovaciones en Iberia corren el riesgo de quedar atrapadas en la fase de demostración, perdiendo competitividad e impacto climático», subraya el estudio.
La organización pone el foco en un ecosistema que describe como «fragmentado y burocrático» con una maraña de requisitos a través de diferentes ministerios que dificultan el apoyo público así como la incertidumbre regulatoria derivada de cambios de criterio, plazos de ejecución rígidos, que tanto en España como en Portugal empeoran esta situación y alejan a los pobiles fondos internacionales que buscan estabilidad antes de comprometer gran capital a largo plazo.
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