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Entre las más de 400 firmas que esta semana exponen sus innovadoras propuestas en la edición más europea de Cevisama llama la atención un ... pequeño expositor a la entrada del pabellón tres de Feria Valencia. Es un espacio reducido, apenas un par de paredes con diferentes acabados en los que quedan integrados elementos tan cotidianos como enchufes, sistemas de ventilación o incluso una cisterna.
«El director de la compañía era alicatador y hacía unas reformas así de alta precisión de alto diseño. Le gustaba mucho el alicatado y las piedras naturales, pero veía que en los diseños actuales hay mucho plástico y mucho material artificial cromado que no pegaba con él con el diseño natural de la piedra. Entonces empezó por el tema de a ver cómo se podía ocultar ese tipo de materiales para poder pasar de algo artificial a algo natural», comentan desde la compañía.
Es una propuesta diferente no solo por el producto que se ofrece, que ha captado la atención de más de una decena de clientes internacionales en la primera mitad de la feria, sino por su lugar de procedencia: una fábrica situada a 20 kilómetros de Kiev, por donde los drones y misiles balísticos sobrevuelan día sí, día también.
En su primer año de vida, la compañía, que recibe el nombre de Edplit, cuenta con 20 trabajadores que han permanecido en un país completamente arrasado por la guerra. «El problema, a parte de las bombas que caen cada día, es que mucha gente se fue y buscar profesionales es más complicado», comenta Vadym Sergichuk, socio de la firma, que confía en poder multiplicar por diez el número de trabajadores a medio plazo.
Ese es solo uno de los múltiples objetivos que la compañía se marca para un 2025 en el que se han cumplido tres años del inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. «Hoy en día no hay ningún sitio que es 100% seguro», ha comentado Sergichuk, tras recordar los complicados inicios de una firma que nació como startup nada más comenzar la guerra y fue creciendo hasta convertirse en una marca que empieza a tener cierto recorrido internacional, después de estar presente en algunas de las ferias más prestigiosas del mundo: «A los tres meses de la guerra, Eduardo Vokotrub -nombre del director fundador- decidió invertir los últimos 300 euros que le quedaban en estudiar diseño 3D. Una vez tenía claro cómo hacer el proyecto, buscó inversor y hoy en día es su socio». De hecho, la idea de abrir una nueva fábrica especializada en el diseño tridimensional de las piezas llegó después de que el conflicto redujese a cenizas la fábrica de uno de los socios de la compañía.
Desde el primer momento, la firma de Kiev ha tenido claro su cliente prioritario: los arquitectos y diseñadores de interiores. Se trata de productos que rozan la exclusividad debido a su diseño y a las exigencias técnicas que se requieren para su instalación.
Con esa idea, el primer año ha sido un éxito para Edplit, que ha logrado asentarse en Ucrania, donde las reformas que se realizan ya no utilizan materiales y técnicas tan innovadoras como las que propone la compañía, así como en el resto del continente europeo, donde la firma ya cuenta con sedes en Países Bajos y Alemania. Ahora la firma pretende abrir una línea de producción por inyección para tratar de multiplicar sus cifras con vistas a seguir traspasando fronteras, como si su sede no se encontrara en mitad del campo de batalla.
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