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Un operario trabaja en una fábrica azulejera de la provincia de Castellón. LP
Las azulejeras enfrían sus hornos

Las azulejeras enfrían sus hornos

Los ajustes laborales vuelven al sector por el frenazo de las ventas internacionales

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Sábado, 15 de diciembre 2018, 00:04

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Los ajustes laborales vuelven a la industria cerámica y avivan, una década después, el recuerdo de una crisis que «provocó una purga sin precedentes en el clúster de la cerámica», como señaló Vicente Nomdedeu a su llegada a la presidencia de la patronal azulejera Ascer. Los fabricantes de baldosas pasaron página hace años de una dura etapa que se saldó con la pérdida de 12.000 empleos directos y una de cada cinco empresas, a raíz del desplome de las ventas nacionales. Y lo hicieron, sobre todo, gracias a la exportación, motor de una industria que realiza el 75% de sus ventas en mercados internacionales.

No obstante, la evolución de las ventas exteriores a lo largo de este año ha sido más modesta de lo esperado por la industria cerámica, que a comienzos de 2018 confiaba en superar el crecimiento global del 6% logrado el pasado ejercicio, en primavera redujo a la mitad esas previsiones y en septiembre, con motivo de la feria Cersaie, situaba «entre el 1% y el 1,5%» el aumento de sus ventas totales a cierre de 2018, según apuntan desde Ascer.

Unas 400 personas se ven afectadas por ERTE mientras crece la preocupación por el proteccionismo y los costes energéticos

En un clima de creciente preocupación por el proteccionismo y los costes energéticos que lastran la competitividad frente a competidores de otros países, el estancamiento de las ventas exteriores de las azulejeras ha motivado la presentación de una docena de Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) desde el pasado mes de agosto, la mayoría de carácter temporal (ERTE), y que afectan a unos 400 trabajadores, según señalan a LAS PROVINCIAS representantes de CC OO y de UGT.

En líneas generales, los ajustes se están produciendo en «empresas pequeñas que fabrican para otras más grandes y, en cuanto caen los pedidos, es un desastre». El secretario territorial de la Federación de Industria y Construcción de UGT, Vicente Chiva, explica que hay quien apaga parte de sus hornos mientras otros alargarán el parón navideño.

Para el responsable de Acción Sindical en Castellón de la Federación de Construcción de CC OO, Jordi Riera, todavía es pronto para hablar de «una gran crisis o un problema destacable». En cualquier caso, el impacto laboral de esa ralentización de ventas, en la época más floja de la campaña, a su juicio confirma como «un buen acuerdo» el alcanzado para incluir en el convenio un aumento salarial del 2,5% para este año y otro tanto los dos siguientes.

«Pequeña recesión»

A falta de que concluyan las negociaciones de algunos de esos ajustes, los sindicatos subrayan las diferencias con los despidos en bloque de hace una década, aunque sin atreverse a vaticinar cuál será el impacto final de la «pequeña recesión» de la que alertó hace un mes el presidente de la CEV, Salvador Navarro.

Y otro tanto sucede con la patronal azulejera, que tiene constancia de la solicitud de cinco expedientes de regulación antes de noviembre pero asegura desconocer el alcance definitivo que tendrá la actual desaceleración y remarca que, de momento, las ventas internacionales crecen menos pero no descienden.

Las exportaciones de baldosas y pavimentos cerámicos subieron un 1,6% hasta septiembre -dato de Ascer, a partir de los últimos registros del Ministerio-, tras varios meses con subidas cercanas al 2%. Lejos queda el repunte mensual del 5,5% en abril o los registros próximos al 4% con los que arrancó el ejercicio.

Cevisama será «un termómetro» sobre el futuro del negocio

De momento no se vislumbra otra «gran crisis» en la industria azulejera ni se prevé que los ajustes laborales, en su mayoría temporales, deriven en los ERE de extinción de hace una década. Los sindicatos consideran que el arranque de 2019 será crucial para calcular la factura final de la actual desaceleración. Así, la próxima edición de Cevisama gana enteros como «un termómetro para ver cómo podría ir el año», según apuntan desde Ascer a dos meses de que abra sus puertas en Feria Valencia el mayor escaparate de la industria azulejera. Del 28 de enero al 1 de febrero, el recinto mostrará su mejor versión de la mano de un sector que urge a «cuidar a quienes crean trabajo, son competitivos, innovadores, netamente exportadores y generan actividad a largo plazo», y que aguarda esa cita con gran expectación sobre el futuro de la industria cerámica española.

Inquieta, sobre todo, que destinos importantes siguen desacelerándose o cerrados, como Arabia Saudí, donde las ventas se desploman un 32,9%, o Argelia, que en 2017 pasó de ser el quinto mercado mundial a imponer cuotas que redujeron los envíos de baldosas de 123,41 a 53,93 millones en un año. El desbloqueo puntual de las ventas en 2018 explica la subida del 28% hasta septiembre, aunque en junio Argelia suspendió las importaciones y prepara aranceles de hasta el 200%.

En los últimos meses, se afianza el efecto negativo de Arabia Saudí, la mayoría de los países de Oriente Próximo y del Magreb y Reino Unido. Desde Ascer observan un aumento de la tendencia proteccionista en mercados de gran importancia, principalmente en el norte de África, como Egipto, Túnez, Marruecos o Argelia.

Los países del Golfo acaban de abrir una investigación antidumping contra las importaciones españolas y desde Ascer, que trasladó la gravedad de este asunto a las autoridades europeas, ultiman su defensa para demostrar que no dañan a la industria ni venden productos por menos de lo que cuesta fabricarlos, como hicieron en su día para evitar aranceles en Pakistán o Marruecos.

En paralelo a esas amenazas, el Este de Europa, con Rusia a la cabeza, pierde impulso y se anota descensos de ventas. Estados Unidos de momento aguanta, aunque reduce la intensidad de su crecimiento, mientras la Unión Europea también aminora pero continúa siendo el principal mercado de las azulejeras.

En España, las ventas crecen menos de lo esperado -en abril preveía entre el 7% y el 8%-, según Ascer, que achaca el frenazo a «una desaceleración general económica» y opina que «la incertidumbre política puede afectar al crecimiento». En ese contexto, la industria cerámica alerta del impacto en los costes productivos de un encarecimiento energético que «no se puede trasladar al precio final» y advierte al Gobierno de que «si no prolonga la vida útil de las plantas de cogeneración, se perderá mucha competitividad».

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