Apenas quedan limones
La escasez es mundial y durará hasta el otoño, con lo que los precios alcanzan récords tras ruinosas etapas anteriores en el campo por excedentes
Los limones están más caros que nunca para el consumidor porque en estos momentos apenas queda producción disponible. La escasez es mundial, no solo de ... España y el conjunto de la cuenca mediterránea, con lo que los precios se han multiplicado en origen. Como no hay apenas, quien va a comprar está dispuesto a lo que sea con tal de hacerse con lo poco que encuentre. Y si el mercado limonero tiene la extraña peculiaridad de que los precios siempre se ponen altos para el cliente final, aunque estén tirados en el campo, ahora que en el primer escalón casi se subastan, imaginen cómo llegarán al último.
La cotización oficial que ofrece la Conselleria de Agricultura parece algo atrasada. Sitúa una horquilla de 0,30-0,35 el kilo. Fuentes comerciales del sector aseguran que hoy la media está cerca del euro en el campo y que en pocos días quedará por encima, porque quien tiene limones en condiciones, sabedor de que no quedan, está reacio a vender y pide más. En puerta de almacén, la caja de 15 kilos estaba a 26 euros el viernes pasado: a 1,73 el kilo. Sumen a partir de ahí la distribución y márgenes de la fase de comercialización final. Conclusión derivada: subirán aún más el gin tónic.
La situación de fuerte escasez durará probablemente hasta mediados o final de septiembre, cuando empiecen a recolectarse las primeras partidas de la actual cosecha, que aún está en fase de engorde.
Tampoco cabe esperar que se llene este hueco estacional con importaciones. Turquía, el gran productor más cercano, también anda corto, al igual que Argentina, el mayor productor mundial de limones, y que Sudáfrica, otro proveedor habitual del hemisferio norte a contra temporada.
En Estados Unidos, los importadores llevan semanas de inquietud porque no encuentran suficiente abastecimiento. Se junta allí un aumento apreciable de la demanda, una caída de la producción propia (como en el resto del mundo) y el inesperado fallo de quienes cabía confiar que llegarían con su oferta equilibradora, para descubrir que tampoco tienen bastante.
¿Cómo se explica esta coincidencia global de descenso de la producción de limones?
Hace ahora un año ya se vivió aquí algo similar: se dispararon casi de repente los precios después de una campaña ruinosa en la que se quedó mucha cosecha perdida en el suelo, se vendía a solo 10 céntimos en el campo y se llegó a cuestionar en ciertos ámbitos para qué gastar tanta agua, y pedir más del trasvase en Alicante y Murcia, para luego tener que perderse la producción. Ahora tenemos el resultado contrario, en ese vaivén habitual que sufren muchos tipos de producciones agrícolas
No hay que perder de vista que los reiterados precios ruinosos, aquí como en Argentina, animaron abandonos, arranques y reconversiones de plantaciones de limón. Ahora nos faltan.
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