Alfonso Jurado: «El Consell tiene que forzar al Gobierno para que dé más apertura económica»

–¿Qué opina de la gestión de la crisis del coronavirus, tanto sanitaria como económica?

–No se está llevando bien porque no hay test como en otros países, los que ha habido tampoco son muy efectivos y, sobre todo, no es de recibo la cantidad de sanitarios contagiados e incluso fallecidos, eso no es gestionar bien. En lo económico, sabemos que España está en quiebra, con el 105% del Producto Interior Bruto (PIB) en déficit, y la situación no es la más adecuada para este tipo de crisis sanitaria y económica que vamos a tener. De las cerca de 32.000 empresas agroalimentarias, 25.000 tienen menos de diez empleados y otras 5.000 de 10 a 49, con lo cual el porcentaje más alto están en riesgo porque distribuyen a hoteles, restaurantes y cafeterías. Los hoteles este año no van a abrir porque no hay turismo, con un 30% en restaurantes tampoco es viable y los bares y cafeterías no pueden tener la barra. No sé cuántos abrirán así, ni qué pasará con los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Todo es un dilema, si Europa no nos salva, esto no hay quien lo coja,

–¿Ve acertado el confinamiento y la hibernación posterior que se dictó para la economía?

–Sí, porque si no el contagio hubiera sido masivo, pero en las compras de materiales sanitarios ha habido un desaguisado muy grande. No es de recibo que un gobierno no sepa comprar en el extranjero y no haya pedido ayuda a empresas que están en China o Corea, que tienen toda la información y podían haber gestionado las compras.

–¿Costó reaccionar?

–Sí, si se hubiera reaccionado antes, se hubieran evitado muchos contagios. En Alicante se veía mucha gente de Madrid en restaurantes, que habían ido a pasar unos días, y cosas de ese tipo se podían haber evitado, como las manifestaciones en Madrid días antes del confinamiento, por eso hay tanto contagio allí.

–¿Considera que el Gobierno ha convertido al empresario en su enemigo, como criticaron desde AVE?

–No diría enemigo pero no ha contado con los empresarios prácticamente para nada y era fundamental estar junto al mundo empresarial porque es el que va a dar trabajo y riqueza al país para poder salir de esta crisis.

–¿Qué debería hacer el Gobierno, de cara a la desescalada planteada?

–Dar un grado mayor de apertura, aunque lo van a hacer por zonas, porque muchos establecimientos con un 30% de clientes no pueden subsistir. Es imposible, los gastos generales no le van a dar para poder abrir. También más control para que todo el mundo lleve protecciones y dar seguridad de que van a hacer test y va a haber mascarillas y guantes porque en las farmacias, de momento, no hay.

–¿Y qué debe hacer el Consell para ayudar a las empresas?

–Forzar al Gobierno para que dé más apertura económica. Además, anunciaron 200.000 millones de ayuda y solo han dado 18.000. Lo único que está haciendo el Gobierno es garantizar créditos a las empresas pero los créditos hay que pagarlos, con lo cual la ayuda es solamente garantizar a la banca que va a cobrar lo que dé, y los fondos ICO se quedan cortos.

–¿Será una recuperación rápida o costará salir de la crisis?

–Va a costar porque el turismo mueve 84 millones de turistas y representa el 15% del PIB. Si no van a venir hasta junio o julio de 2021 y se espera que hasta 2022 no lleguemos al 60% del turismo, hasta 2022 o 2023 vamos a estar con un gran problema económico, sobre todo por lo que representa el turismo. En España hay 309.000 establecimientos de hostelería y hablan de que puede no abrir el 24%.

–¿En ese contexto, quién será el motor de la recuperación?

–El motor principal es el turismo, otros va a ser complicado, porque detrás del turismo están las distribuidoras de productos de alimentación, lácteos, café o todo lo que consume el turismo, que representa más de 25.000 empresas agroalimentarias. Y, por otra parte, la marca España ha bajado muchos niveles de aceptación por parte de los extranjeros, sobre todo por la gestión del coronavirus.

–¿En qué sentido ha afectado?

–Tenemos muchos contagiados, muchos muertos, y eso afecta, lo mismo que a Italia o Francia. Los que puedan venir de países nórdicos, Inglaterra u otros países, se lo van a pensar.

–¿Mantiene sus previsiones de ventas, empleo e inversión?

–Trabajamos con toda la distribución prácticamente pero tuvimos que hacer un ERTE en lo que es hostelería e iremos levantándolo conforme abran. Si este año no hay beneficios y tenemos algunas pérdidas, aguantaremos lo que haga falta, somos unos 115 y no hay previsión de despedir a nadie, pero las inversiones de momento quedan aparcadas. Me preocupa el cambio de hábitos de consumo a raíz del confinamiento, si el cambio en las compras luego va a producirse como un hábito o se volverá al comercio tradicional. Creo que debemos volver a la compra en el comercio del barrio para dar vida a los barrios y ayudar a pequeños comercios, como una mercería, una tienda de ultramarinos o un quiosco, que se han quedado desamparados.