Imagen de la pasada campaña de recogida de naranjas en un campo valenciano JL Bort

¿Por qué este año están «inusualmente» más caras las mandarinas en la Comunitat?

El sector augura precios al alza por un descenso de la producción achacado principalmente al envejecimiento de los árboles y los episodios de pedrisco veraniego en algunas comarcas

Kike Cervera

Valencia

Martes, 7 de octubre 2025, 16:12

El arranque de la campaña citrícola en la Comunitat Valenciana llega este otoño con menos fruta en los campos, pero los precios serán sensiblemente más ... altos. Las primeras mandarinas tempranas ya se recolectan en las comarcas citrícolas, marcando el inicio de una temporada para la que la Conselleria de Agricultura estima un descenso del 8 % de la producción respecto al año pasado —con cerca de 100.000 toneladas menos de mandarinas y 50.000 de naranjas—, mientras que las primeras operaciones en campo confirman cotizaciones que no se veían desde hace casi una década.

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Las causas, según coinciden distintas organizaciones agrarias, son múltiples: «las altas temperaturas durante la floración, el envejecimiento de buena parte de los árboles, la reducción de la superficie agraria útil y los episodios de pedrisco veraniego en varias comarcas de Castellón y Valencia que han mermado las cosechas», explica Carles Peris, secretario general de la Unió Llauradora, quien cifra la reducción «en torno al 3 % del aforo», algo menos de lo proyectado por la administración.

Aun así, la lluvia reciente ha dado un respiro al campo: «Las precipitaciones han sido muy positivas porque llegan al inicio de la campaña, cuando la fruta aún está verde, y eso nos permitirá ganar calibre y peso, por lo que nos cundirá más», señala Peris, quien prevé que las estimaciones de producción puedan revisarse ligeramente al alza si el clima acompaña.

El primer efecto visible de la menor oferta está en los precios. «Todas las variedades cotizarán por encima de lo habitual», confirma Peris. Y es que en las clemenules, una de las mandarinas más representativas de la Comunitat, «los precios se mueven entre 0,50 y 0,70 euros el kilo, cifras impensables hace 8 o 10 años». En el caso de la naranja navelina, «va a ver también precios superiores hasta diciembre, alrededor de 0,35 €/kg», confirma.

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El responsable de La Unió sostiene que «el mercado está respondiendo» y que, si no hay sobresaltos meteorológicos, los precios deberían estabilizarse durante los próximos meses. «Es una campaña de precios dignos; quien tenga un buen campo con una superficie que pueda ser superior a 3.000 hanegadas (250 hectáreas) le va a ir bien», asegura.

En esta misma línea se expresa Genaro Aviñó, director de AVA-Asaja y presidente de la Lonja de Cítricos de Valencia, quien afirma que la producción real podría caer incluso más de lo estimado por la administración: «Los pedriscos de mediados de julio en las comarcas de la Plana y el Camp de Morvedre han sido determinantes. En algunas explotaciones, los agricultores se quedaron sin cosecha». Y es que Aviñó apunta que la variedad clemenules, cuya caída en la producción está cifrada por Conselleria en torno al 2 %, «será seguramente mayor» en esas zonas. Pese a ello, destaca que «la demanda es alta en todas las variedades» y que las más tempranas «ya están prácticamente vendidas»: «El mercado está funcionando bien, incluso frente a las variedades extranjeras que llegan tras 30 días de barco y con una calidad inferior», ironiza.

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Un sector que envejece y reclama ayudas

En cualquier caso, más allá de las cifras coyunturales, el sector arrastra un problema estructural: el envejecimiento de los árboles. «Tenemos un parque de árboles muy viejo, de entre 25 y 30 años, con rendimientos cada vez más bajos», advierte Aviñó. Por ello, reclama un plan de reconversión varietal y ayudas para renovar plantaciones: «Hay que apostar por variedades sin semillas y más competitivas; con una producción que con el tiempo la van a tener que ir carreando más entre explotaciones grandes y jóvenes».

La evolución de los últimos años refleja esa tendencia: España ha pasado de producir 7,3 millones de toneladas de cítricos en la campaña 2018/2019 a las 5,4 millones previstas este año, un 25 % menos en sólo seis ejercicios. Una pérdida de músculo que, además, se traduce en mayor espacio para la competencia internacional.

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«Sudáfrica nos ha ganado cuota en septiembre y octubre, cuando todavía no tenemos suficiente naranja», reconoce Peris, lo que describe como «una de las malas noticias en cuanto a tendencias de mercado». No obstante, Aviñó se muestra más optimista: «En noviembre iremos dejando de ver el efecto de las importaciones y Egipto ya ha reducido volúmenes en comparación con otros años. Con cautela, pero cada vez estamos mejor».

Falta de promoción y horizonte europeo

A esta coyuntura se suma otro obstáculo: la ausencia de campañas de promoción de los cítricos valencianos. Tal como lamenta Peris, la Generalitat ha eliminado las ayudas para esta partida y el sector teme que la extensión de norma de Intercitrus, que financiará acciones de comunicación y defensa fitosanitaria, no llegue a tiempo. «Probablemente no se aplicará hasta 2026», apostilla.

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Mientras tanto, los consumidores pueden seguir la evolución de precios directamente entre compradores y productores en el índice de precios de la Lonja de Cítricos de Valencia, una herramienta que, según Aviñó, «permite transparencia y actualización en el mercado».

Así, en un contexto marcado por la reducción de cosechas, el envejecimiento de los árboles y la competencia exterior, los agricultores valencianos afrontan la campaña con cautela, pero también con esperanza. Las lluvias de inicio de otoño y los precios firmes en origen abren una ventana de optimismo para un sector que, pese a los contratiempos, sigue siendo símbolo y sustento de buena parte del paisaje y la economía valenciana.

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