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Ponsarnau: «Hay jugadores que volvieron del confinamiento con depresión»

Ponsarnau: «Hay jugadores que volvieron del confinamiento con depresión»

El técnico taronja afirma que contar con L'Alqueria hace de valencia la mejor opción para el torneo final de la ACB: «Dentro nos sentimos seguros»

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Sábado, 23 de mayo 2020

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El Valencia Basket fue de los primeros equipos de la ACB en volver al trabajo en cuanto lo permitió el protocolo del CSD. En la guarida de L'Alqueria, la instalación que hace de Valencia la gran favorita para albergar el torneo que decidirá la Liga Endesa, los jugadores taronja están aprendiendo a asimilar los miedos asociados a la práctica deportiva en tiempos del coronavirus.

–¿Cómo vivió el confinamiento?

–Ha sido una experiencia totalmente nueva y desconcertante. Una parte la pude aprovechar estando un poco más con la familia y otra no, donde me centré en seguir creciendo como entrenador y hacer un trabajo junto a mis compañeros del cuerpo técnico para analizar al equipo. He estado muy ocupado y con una agenda extrañamente muy exigente.

–¿Da pánico pensar lo expuestos que estuvieron en esa semana de marzo con partidos con público ante Fenerbahce o Burgos ya con el virus en Valencia?

–No lo he analizado con esta perspectiva. Lo que sí que tenemos claro es que esta situación sorprendió a todo el mundo y es cierto que en esos primeros días no acabábamos de creernos la gravedad que tenía, cuando es cierto que el virus ya corría esos días entre nosotros.

–¿Los jugadores tienen más miedo al contagio o a la lesión tras dos meses inactivos?

–Hay de todo. Lo que estamos gestionando son tres clases de miedos con los jugadores y algunos tienen los tres. El primero es el del contagio y dentro de este tema están más preocupados de no contagiar a gente cercana que a infectarse ellos. Muchos nos hablan del miedo a contagiar a la familia. El segundo es el de la lesión al tener que prepararse para jugar una competición exprés y muy exigente después de estar mucho tiempo encerrado. Ese miedo es grande. El tercero es contractual porque los jugadores que no tienen contrato asegurado para la próxima temporada se exponen ahora a un riesgo, ya sea el virus, una lesión o a rendir mal después de tanto tiempo parados. Está preocupados.

–¿Cómo se trabaja con todo eso que no existe en una pretemporada al uso en verano?

–Estamos intentando afrontarlo todo a partir del trabajo riguroso y científico en la planificación para intentar mitigar al máximo el riesgo de lesión. En las fases del trabajo tenemos que ir asumiendo el riesgo del virus porque llegará un momento en el que volverá el contacto a los entrenamientos. Ahí el aspecto mental va a ser clave.

–¿A usted también le preocupa su horizonte laboral? Tampoco tiene contrato asegurado.

–Evidentemente que me preocupa pero es la situación lógica en este club de no abordar ese tema hasta final de temporada. Sucedió el año pasado en una temporada sin parón y también lo vivieron los últimos entrenadores.

–¿Ha detectado que la toma de decisión incorporará factores nuevos al estar en una situación diferente?

–No he detectado nada pero es evidente que estamos en un escenario diferente que nunca se ha vivido. Lo que está claro es que la decisión no está tomada porque si no ya me hubieran renovado. Es evidente que puede influir todo esto que ha pasado pero eso no está bajo mi control.

–¿Hay jugadores que le han manifestado que hubieran preferido no jugar en esta situación?

–Esta opinión ha existido en el vestuario pero es cierto que va cambiando con el día a día. De la misma manera que los protocolos son dinámicos la mentalidad también se va ajustando.

–¿Han asumido ya que van a convivir como pasa en el resto de trabajos con el virus hasta que no haya vacuna?

–Me gusta hacer pedagogía de la situación del jugador. Al final ellos tienen un don para desarrollar un trabajo que hace que estén bien pagados pero les supone poner su cuerpo al límite. A veces se nos olvida pero el deporte profesional no es sano, no es saludable. Todo esto lo tienen asumido y los avances les han permitido poder alargar sus carreras. Ahora tenemos un elemento nuevo que es el Covid-19 y hay que asumir que esto va para largo con lo que estamos obligados a convivir con él. El jugador tiene que interiorizar que va a tener que convivir con el no riesgo cero estando más expuesto que la mayoría de profesiones porque su trabajo es de contacto. Por lo que veo creo que estamos progresando.

–¿Cómo volvieron del confinamiento los jugadores?

–Siempre estuvimos disponibles para ellos durante esas semanas pero sin agobiar porque tenían que ir adaptándose a la situación. Al volver nos encontramos con sorpresas negativas. Había jugadores que estaban peor de lo que pensábamos y que volvieron del confinamiento con un cuadro de depresión. Es algo que te impacta. Ahora claramente van hacia arriba con el regreso al trabajo y el poder ver a sus compañeros. Puede parecer una tontería pero poderse hacer las bromas que se hacían en persona y dejar de hacerlas a través de una pantalla es un avance psicológico.

–¿Les está ayudando sentirse seguros en L'Alqueria?

–La sensación que tenemos en L'Alqueria es la de sentirnos seguros dentro y trabajar con un nivel de seguridad muy alto te da mucha confianza. A los jugadores les ha ayudado mucho.

–El parón les llegó en un momento delicado de resultados desde la contundente derrota contra el Real Madrid en la Copa. ¿Ha analizado los motivos?

–Ese golpe contra el Real Madrid nos afectó mucho porque más que en lo anímico minó las capacidades del equipo. Perdimos a Vives que tenía entonces un buen nivel y estábamos a punto de recuperar a Van Rossom y no sucedió. La lesión de Loyd se alargaba y tuvimos a algún jugador que entró en un momento físico malo como San Emeterio. En esa horquilla jugamos contra equipos de mucho nivel y que encontraron un punto competitivo mejor que el nuestro. Teníamos jugadores a los que les cayó mucha responsabilidad y nos faltó un poco de tono físico en esos partidos. El bache que pasamos fue lógico y hubiera sido igual de lógico que lo hubiéramos superado si se hubiera continuado la temporada.

–Ahora todos parten de cero. ¿Es una gran oportunidad en la ACB para hacer algo grande?

–Nos lamentamos del parón porque creíamos de forma firme que todas las cosas que habíamos trabajado eran para llegar a final de temporada con buenas sensaciones y capacidades. Del mismo modo que los protocolos son cambiantes las expectativas también. Ahora tenemos que ver el nivel competitivo que tenemos para poder ponernos un objetivo si regresa la competición. Hacerlo ahora no tiene sentido porque no hemos trabajado en equipo desde hace más de dos meses. No sabemos nuestra situación real.

–Tuvieron una experiencia a puerta cerrada contra el Armani. ¿Ayudaría que el torneo de la ACB fuera en Valencia por la comodidad de no desplazarse o sería perjudicial por el aspecto mental de la Fonteta vacía?

–Hay un factor que es el psicológico. Si has desarrollado una dinámica de trabajo en un lugar que te ha generado una máxima confianza, como para nosotros es en estos momentos L'Alqueria, sería bueno mantenerlo para afrontar un torneo que si se hace va a ser muy difícil llevarlo a cabo. Detecto más confianza por estar en el sitio que creo que es el mejor para hacerlo que en el factor de que sea nuestra casa.

–Sin público se pierde el factor de jugar dentro o fuera de casa.

–Sí y tenemos que aprender a cómo afrontarlo para que no sea negativo jugar en casa sin público. El ejemplo claro es el partido ante el Armani donde ellos tenían la experiencia de jugar así contra el Real Madrid y les ayudó mucho. Hubo un momento que ese miedo del silencio no nos ayudó.

–Una de las sorpresas del confinamiento ha sido descubrir la faceta de youtubers de San Emeterio y Rafa Martínez.

–Están amenizando alguno de los momentos donde no tengo nada que hacer o que salgo a andar o a hacer ejercicio. Me están haciendo reir mucho porque son muy naturales y de los primeros que se ríen es de ellos mismos. Eso da salud y ahora que estamos combatiendo un virus tan grave que alguien te haga reír tanto durante unos minutos creo que tiene un gran valor.

–Rafa Martínez contó que a usted en Manresa le llamaban 'el mago'. Supongo que le dará alegría escucharlo.

–Claro que me da alegría. Hace tiempo que pasó en Manresa todo eso. Ahora no sé lo que me dirían

–San Emeterio apostilló que esa magia también la ha visto en Valencia, en la pasada temporada con el resurgir en Belgrado del equipo tras la debacle de Tenerife.

–Todo partió por cosas muy bonitas que hicimos en Manresa con aquel equipo desde la LEB y ahora creo que también las estamos haciendo en Valencia. Al final el protagonismo del entrenador es relativo, tiene que ser del jugador y de las cosas que se consiguen juntos.

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