La NBA europea comenzará en 2027 y la FIBA trabaja para convencer al Valencia Basket
La Euroliga pide 6 millones para firmar licencias de tres años, cerrando al que lo firme el acceso inicial a esa nueva competición, y la entidad taronja aún no ha tomado una decisión del camino a escoger; si seguir con la Euroliga, aunque considera abusivo ese precio, o marcharse a la BCL e iniciar una nueva era estratégica en el club 25 años después
El proyecto de la NBA en Europa va muy en serio. Por si alguien, a estas alturas, tenía alguna duda. La competición comenzará en la ... temporada 2027-2028 y esa fecha está condicionando la mayoría de los movimientos en el baloncesto europeo. Uno de ellos, el de la Euroliga que necesita aumentar sus ingresos para poder competir, cuando llegue el momento, con una NBA que traerá de la mano a grandes patrocinadores. La Euroliga, tal y como avanzó LAS PROVINCIAS, está pidiendo 6 millones para firmar licencias de tres años. Es decir, hasta 2028 incluyendo por tanto la primera temporada de la NBA europea. Algo que hasta la fecha ningún club ha firmado aunque ya hay varios candidatos que están renegociando el precio. Uno de ellos, el Hapoel Tel Aviv, está dispuesto a subir la apuesta a 15 millones si la Euroliga aumenta esos años de licencia que le ofrece.
El Valencia Basket tiene que decidir el camino a tomar y no es una decisión sencilla. Tan compleja es que aún no se ha tomado y no se hará hasta analizar al detalle todos los pros y contras de una decisión que puede marcar el desarrollo del proyecto. Además, esta situación injusta (lo es) le llega a la entidad taronja con la presión de acertar el 'caballo ganador' porque, decida lo que decida, la parte a la que le haya rechazado puede pasar una factura futura en el caso de que su competición sea la que ha ganado el pulso a medio plazo como la que tenga a los mejores equipos y, por tanto, sea la heredera a nivel de status de lo que conocemos como la Copa de Europa. La FIBA quiere que el Valencia Basket acepte jugar la BCL, que no cobra por disputarla un peaje de 2 millones por temporada, en una decisión estratégica que, en caso de tomarla, sumará puntos de cara a una NBA que se ha fijado en el Roig Arena.
Para entender el actual pulso entre la NBA y la Euroliga hay que viajar un poco en el tiempo. En 2023, la competición que dirige Adam Silver trasladó a la Euroliga su interés en entrar, con un porcentaje, en la competición y la contestación llegó con un frío correo electrónico que reflejó un escueto «no estamos interesados». Tras ese desdén a la estructura americana, que cuadra con movimientos como pedirle un arancel de 6 millones por tres años a un club que lleva de la mano una instalación como el Roig Arena, se inició la negociación de la NBA con la FIBA. En 2027 seguro que se medirá el nivel de los equipos que disputen cada competición, si no han llegado a un acuerdo antes. Será la prueba del algodón del pulso.
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Una de las bazas de la Euroliga, en el tablero todas las partes tienen alguna, es que los clubes propietarios tienen asegurada su licencia como mínimo hasta la temporada 26-27. El Real Madrid y el Barça no han firmado la extensión hasta 2036 pero en los próximos dos años, en caso de ser convencidos por la NBA, no podrían salirse del marco actual. Otros propietarios que sí firmaron la prórroga estudian el clausulado para encontrar una salida. Uno de ellos es el Asvel Villeurbanne de Tony Parker. La NBA, en una competición que tendrá ascensos desde la BCL, también lo quiere en su estructura.
Lo que queda claro es que el modelo de Paulius Motiejunas como CEO de la Euroliga es subir los ingresos a una competición que es deficitaria. Con el contrato de Abu Dhabi, que ha pagado 25 millones por la Final Four de 2025 que se disputará del 23 al 25 de mayo, la idea es que esa venta de licencias permita subir los actuales 80 millones de volumen de negocio que tienen por temporada. La realidad es que, a día de hoy, no han conseguido que nadie firme un documento remitido el pasado 10 de abril a los clubes interesados en disputar la Euroliga, como el Alba Berlín, Virtus Bologna, París Basketball, Valencia Basket, Partizan o Estrella Roja. En la Fonteta se considera un precio abusivo pagar 2 millones por temporada por algo que hace dos años valía 500.000 euros. Es por ello que llevan más de un mes sin dar respuesta a la oferta, pero la realidad es que tampoco han tomado la decisión de decir no a la Euroliga.
Si repasamos la hemeroteca, el Valencia Basket siempre ha defendido los méritos deportivos y se quedó sólo en esa lucha dentro de una ACB que miró hacia otro lado, como el CSD, cuando la Euroliga prácticamente se cerró con el actual sistema de licencias con los votos a favor de tres equipos españoles como son el Real Madrid, Barça y Baskonia. Por esa filosofía, la entidad taronja debe estar más cercana a la vía de la FIBA. Aunque no se ha tomado aún la decisión. Está por ver, en el caso de elegir la BCL y si no hay un efecto dominó en más equipos de primer nivel, si esa decisión puede afectar incluso a una campaña de abonos para el Roig Arena que ya arrancó con un malestar evidente en los aficionados por los altos precios incluso con una posible Euroliga incluida dentro del abono. Ahora, todo eso está en el aire.
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