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En el baloncesto, una dinastía es la definición que se gana un equipo en la pista cuando prolonga, durante al menos tres temporadas, un dominio ... en un campeonato nacional sumando esos tres títulos seguidos. La dinastía taronja comenzó ayer sobre las tablas del Príncipe Felipe de Zaragoza con la triple corona del Valencia Basket en la Liga Femenina. Cerrando, por cierto, el gafe que acumulaba la entidad en territorio maño desde que el equipo masculino, entrenado por Miki Vukovic y con la denominación de Pamesa, perdiera la final de la Copa Saporta en 1999. En aquella plantilla estaba un jovencísimo Rubén Burgos, con 19 años. La vida, que siempre da segundas oportunidades, permitió al ahora entrenador de Riba-roja sacarse esa espina. 26 años después, que se dice pronto. También a Esteban Albert, que ahora es el director deportivo y en aquel momento formaba parte del cuerpo técnico del Pamesa. En esa misma madera donde la plantilla taronja explotó de alegría cuando Romero y Casas levantaron el trofeo de campeonas, hace menos de dos meses el club se llevó la mayor bofetada deportiva para su escuadra femenino en su, aún, corta historia. Cuando un equipo se hace grande, perder 53-70 en los cuartos de final de la Copa de la Reina así debe considerarse. Desde esa rabia germinada tras caer frente al Jairis, que comenzó a canalizarse en la Final Six también en Zaragoza hace justo un mes, un vestuario que siempre se mantuvo unido consiguió acabar la temporada tal y como la comenzó en la Supercopa de Alcantarilla, ganando una final al Casademont Zaragoza. Algo que, además, asegura un billete para la Euroleague Women en el estreno del Roig Arena.
Casademont Zaragoza
Ortiz (6), Pueyo (5), Mawuli (9), Nystrom (6) y Hempe (4) —quinteto inicial— Atkinson (14), Flores (7), Oma Giralt (5), Mané (5) y Evans (2).
63
-
71
Valencia Basket
Fiebich (12), Iagupova (9), Turner (1), Fingall (7) y Alexander (15) —quinteto inicial— Carrera (12), Torrens (9), Romero (6) y Mavunga (-).
Parciales 16-13, 19-25 (35-38); 17-23 (52-61) y 11-10 (63-71).
Árbitros Leandro Nicolás Lezcano, Rodrigo Palanca y Cristina Adán.
Incidencias Partido disputado en el Pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza.
El Valencia Basket inició el curso defendiendo un triplete nacional y se marcha con dos títulos más en el zurrón. Sólo falló en la Copa de la Reina o lo que es lo mismo, tienen la condición de campeonas de seis de los siete últimos nacionales en juego puesto que su espiral ganadora comenzó con su primera Liga, la de 2023 que conquistó ante el Salamanca. Las cosas, en perspectiva, se entienden mejor. Es la séptima vez en la historia de la Liga que un equipo enlaza, al menos, tres títulos seguidos y la entidad valenciana iguala una marca que estaba en poder del Mataró, el Canoe, el Tortosa y el Dorna Godella que es prolongar desde la consecución del primer título liguero al menos dos más. El reto, tremendo, es llegar a los seis que acumuló el histórico equipo valenciano que terminó siendo Costa Naranja. ¿Reto imposible? Con 300 seguidores valencianos en las gradas, en un partido que comenzó un domingo a las nueve de la noche. Proyecto de arraigo.
El título, además, asegura un billete para la próxima Euroleague Women de forma directa con lo que las taronja se ahorran la ronda previa. Sin duda, ese es un plus para el noveno título del Valencia Basket femenino que viendo la expresión de Esteban Albert, su director deportivo, cogerá la relevancia que tiene a la hora de confeccionar la plantilla para la próxima temporada.
El espectacular ambiente con el que arrancó el partido, como es lógico, fue un plus para el equipo local. Algo tan previsible que seguro que estaba en el libro con el que preparó el staff taronja el segundo duelo de la final. No estaba muy desencaminado porque cuando Mawuli subió el 8-2 en el marcador, el gesto de Rubén Burgos fue ponerse un dedo de cada mano en la sien para pedirle a sus jugadoras que tuvieran cabeza y que no se precipitaran, que siguieran el plan de partido para conseguir encontrar caminos. Así fue. Con la entrada de la segunda unidad, Raquel Carrera y Alba Torrens le dieron un plus en pista a las taronja para conseguir la primera ventaja en el marcador (16-19 con canasta de la gallega a los dos minutos del segundo cuarto) y conseguir la máxima renta en la primera parte (33-38 anotado por Alexander tras una espectacular asistencia de Iagupova). Ese parcial de 25-36 desde el gesto de tener cabeza que realizó Rubén Burgos cobró la misma importancia que el 33-38 que se reflejó en el marcador al descanso.
La aparición de Atkinson empató el partido para el Casademont (41-41) pero el Valencia Basket pegó un arreón, con técnica incluida a Cantero, para abrir de nuevo hueco y cerrar el tercer cuarto con una canasta que fue clave. Alexander cerró el periodo con un triple sobre la bocina (52-61) que heló el ánimo del Píncipe Felipe. Restaban diez minutos. Todo un mundo y más después de que con el 56-63 se lesionara Raquel Carrera del tobillo izquierdo. Todos los fantasmas del pasado, la grave lesión en la rodilla en la Copa de la Reina de Huelva, sobrevolaron el parquet. La gallega ya no volvió, abandonó el pabellón en muletas, pero sus compañeras apretaron los dientes para asegurarse que iban a salir campeonas. La lesión de Carrera era una presión para finiquitar la serie puesto que un hipotético tercer partido en la Fonteta a buen seguro que no hubiera llegado. A dos minutos para el final, con una renta del diez puntos, la alegría comenzó a desatarse en el banquillo del Valencia Basket que celebró, como se merece, el noveno título de su historia. Dinastía.
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