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Final de la Copa de la Reina de baloncesto: El primer título del Valencia Basket femenino tendrá que esperar
FINAL DE LA COPA DE LA REINA

Las lágrimas de un futuro campeón

Un Valencia Basket fundido y atascado cae en la tela de araña de Laia Palau, que logra para el Girona la primera Copa de su historia

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Domingo, 7 de marzo 2021, 13:31

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Que el proyecto del Valencia Basket femenino va a acabar levantando títulos es algo que saben todas las personas que ayer tuvieron la oportunidad de asistir en la Fonteta a la final de la Copa de la Reina de 2021. Las valencianas tuvieron que secar lágrimas de decepción tras perder en su primera final ante un Spar Girona que fue muy superior durante todo el partido. En el deporte, se reconoce al rival cuando es superior y se le da la mano. Como le tocó hacer a Rubén Burgos con Alfred Julbe cuando la bocina decretó el final. Una imagen que no se produjo, hace 23 años, con el propio Julbe hacia Miki Vukovic en Valladolid tras el título del Pamesa en la Copa del Rey del 98. Mismo momento, con un equipo superior que ganó sin reproches el título al ser no sólo el mejor de la final sino de toda la competición, y dos actitudes. La historia se escribe así.

El rostro de orgullo de la capitana Anna Gómez al recoger el trofeo que nadie quiere recibir, el de subcampeón, lo resume todo. La de Alfara del Patriarca volvió emocionada a su banquillo pero salió una hora después de la Fonteta con el convencimiento de que aún tienen esta temporada dos títulos por los que luchar (la Eurocup y la Liga Femenina). El mejor espejo en el que el Valencia Basket puede mirarse es en el del Uni Girona. Las catalanas habían perdido las últimas cuatro finales de la Copa frente al Avenida. A la quinta, tras eliminar a las charras en semifinales, conquistaron su primer título. Dar cabezazos a la pared hasta romperla, como declaró San Emeterio a este periódico tras perder el primer partido de la final de la ACB de 2017 ante el Real Madrid. Tres partidos después, el equipo de Pedro Martínez era campeón.

El equipo taronja nunca estuvo cómodo en pista. Desde el 2-8 inicial, se jugó a lo que quiso el Girona. Las catalanas ajustaron los detalles que le llevaron a perder los dos partidos esta temporada con las taronja para hacer un choque incómodo al rival. Las de Burgos, cuando no corren sufren. En el estático, se chocaron contra un muro simbolizado en un 21 de 60 en tiros de campo con el que es imposible ganar una final. Las dos jugadoras más regulares este curso, Ouviña y Allen, quedaron neutralizadas por la tela de araña del Girona. Ambas, sumaron un -20 en el ratio del +/- con ellas en pista. Un dato revelador.

La leyenda Laia Palau activó el GPS en pista para decidir en cada momento a lo que se jugaba. Chelsea Gray, MVP del torneo, fue la mejor ejecutora de los planes de la de Barcelona. Desde ese 2-8 inicial, el Uni se presentó en la final con un rotundo 14-0 (16-8) donde la propia Palau y Elonu comenzaron a aflorar las costuras del rival. Una reacción de las de la Fonteta, que ayer actuaban como visitantes, llevó al 18-12 al final del primer cuarto pero la alerta ya estaba activada. Un tapón más triple de Allen (22-18) hizo soñar con una reacción al poco público presente en el pabellón de Hermanos Maristas pero el Girona volvió a golpear, con Vasic, para poner la máxima renta (28-18). Con las catalanas en bonus, las taronja lograron que la final no quedara medio sentenciada gracias a la picardía de sumar desde el tiro libre. Al 34-31 al descanso, el Valencia Basket llegó con 9 de 33 en tiros de campo y 11 de 12 en tiros libres. Lo malo para ellas es que la alerta del primer cuarto no sólo no se había activado sino que se había acentuado.

El 34-35 fue la última ventaja que tuvieron las valencianas en el partido. Quedaban 18 minutos de final. Las de Burgos, lograron empatar en dos ocasiones (38-38 y 43-43) pero el partido ya estaba bajo el embrujo de Palau. A los nervios, entendibles, de la falta de experiencia en partidos así de jugadoras como Juskaite o Carrera se sumó el desgaste en las piernas de los tres partidos en tres días de Ouviña, Gil o Casas. Una combinación explosiva que agarrotó al Valencia Basket y le bloqueó en el último cuarto, al que se llegó con un 59-53. El 13-9 de los últimos diez minutos fue el reflejo de dos equipos fundidos que fueron intercambiándose fallos en los tiros, pérdidas incomprensibles y alguna falta a destiempo. En ese querer y no poder para las taronja (60-55 y 66-62) emergió por última vez la figura de Laia Palau. Se quedó el balón y se acabó el recreo.

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