Derrick Williams da una vida extra a Valencia Basket

Derrick Williams llegó el pasado verano con aura de estrella para partidos como este. Y en concreto, para instantes en los que ya no cuenta la estrategia y una moneda al aire se convierte en la frontera entre el éxito y el fracaso. El americano, al que Ponsarnau ha tenido que dar algún tirón de orejas esta temporada, dio ayer en Berlín una vida extra al Valencia Basket y, seguramente, al propio técnico de Tàrrega. Los taronja sólo fueron por delante al inicio del partido y en el último minuto, después de dos portentosas acciones del estadounidense en la pintura. Suficiente para ganar sin brillo y llegar a la última jornada con opciones de meterse en el ansiado top-8 de la Euroliga.

En este desenlace de locura, al Valencia Basket le va a pesar el lamentable tropiezo contra el Olympiacos. El Real Madrid no falló ante los griegos y el Zenit aplastó al Asvel. Los taronja y el Baskonia se medirán el jueves en la Fonteta mirando de reojo a los partidos de los blancos y los rusos. Si falla uno de los dos, el que gane en el feudo taronja entrará en los playoff. Y si vencen ambos, al Zenit aún le restará su particular bola extra, ese partido aplazado contra el Panathinaikos del 12 de abril y que también necesitará sacar adelante.

Así pues, al Valencia Basket sólo le vale ganar. Lo positivo, que cuando se ha visto con el agua al cuello en esta Euroliga ha sacado la casta para mantener las constantes vitales. Como ayer, después de otros diez minutos tirados por el sumidero, esta vez en el primer cuarto. El equipo de Ponsarnau estaba espeso en ataque y esto lo aprovechó el Alba para castigar de salida y colocar un +13 que se convirtió en un duro lastre para los taronja.

Tras el descanso, el Valencia Basket mejoró su acierto en el tiro y ya se vio a un Derrick Williams imponente en la pintura. Tobey colocó el 61-61, pero los triples de Eriksson y algún rebote ofensivo permitió a los alemanes afrontar el último cuarto con seis puntos de ventaja.

El Valencia Basket cambió el partido en esos diez minutos. Liderado por Derrick Williams, bien acompañado por Dubljevic, remontó a base de físico y casta. El equipo no lo fió todo a los triples y halló la llave del éxito en la pintura. En esos 60 segundos donde se deciden las victorias, el americano asumió el liderazgo y puso sobre el parquet la calidad que se le presupone por pedigrí. Y los taronja se ganaron una vida extra en la Euroliga.