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Tonet IV pertenece a una saga comenzó por su bisabuelo, pilotari al carrer destacado por Llorenç Millo en su obra 'El trinquet'. funpival

Estirpes que dominan la vaqueta

En la actualidad son varios los jugadores que han alcanzado el profesionalismo por influencia de sus predecesores y siguen una saga una en la pilota

josé a. monteagudo

Lunes, 8 de febrero 2021, 23:59

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Suele ocurrir que los progenitores transmitan sus aficiones a sus hijos o que estos incluso mantengan la tradición familiar en aspectos tales como los oficios. En el deporte de la pilota también sucede, como demuestra el hecho de que han sido varias las sagas que durante décadas han paseado el mismo nombre, apellido o apodo por los trinquets de toda la geografía valenciana.

En la actualidad, entre los componentes de la nómina profesional se da esta circunstancia en no pocos casos. El pilotari que más números romanos acumula tras su nombre deportivo es Tonet. El gran dominador del raspall comenzó anunciándose como Tonet II, siguiendo la estela de su padre, que también fue figura de la misma modalidad. Pero había que hacer justicia con los antepasados y pronto rectificó para anunciarse como Tonet IV. La saga comenzó con su bisabuelo, que era jugador de 'carrer' aunque tan notorio como para ser mencionado por el maestro Llorenç Millo en su obra 'El trinquet'. Tras él llegó el auténtico Tonet II, que también se prodigó más en las calles aunque hizo sus pinitos en el trinquet.

Segundo en el escalafón se encuentra Soro III. La saga comenzó con su abuelo, el Tío Pena, que no vistió de blanco pero sí jugó como aficionado y además construyó en sociedad el trinquet de Massamagrell, que varios años después de su inauguración se quedó en propiedad. Fue entre estas losas donde su primogénito, Batiste, se forjó como pilotari para convertirse en uno de los mejores de su época. Después, su hermano Manolo adoptaría el nombre de Soro II. Ambos son tíos de Quico, cuyo padre, Enrique, también está estrechamente ligado a la pilota como trinqueter del recinto de la familia.

Tercero también podría haber sido Giner si sus antecesores hubiesen hecho uso del apellido en sus trayectorias. La historia nuevamente tiene su inicio en el abuelo, que era aficionado de los buenos y bastante dado a organizar desafíos. Uno muy sonado tuvo lugar en Gandia donde ya había jugado varias veces sin destacar especialmente. Pero sabiendo de su potencial y que tendría a muchos en la contra convenció al gerente del trinquet, el Zurdo de Pamis, para jugar otra partida en la que efectivamente hizo saltar la banca a su favor.

Como Giner comenzó a anunciarse también su padre, que en la modalidad de escala i corda llegó hasta las primeras partidas, las previas a las estelares. Pero la pilota le tenía el sitio reservado en la historia en otra disciplina, les llargues, donde Jan de Murla, como es conocido, es una de las mejores bancas de todos los tiempos.

Otro caso de continuadores de una saga aunque con nombre propio es el de los hermanos Sanchis Pou: Carlos, el mayor, es una de las mejores puntas de la modalidad de aire y Raúl se está abriendo camino en el raspall de élite. Antes que ellos estuvo su padre, Joaquín, que ha sido uno de los sobresalientes mitgers surgidos de la prolífica cantera de la localidad del Genovés.

En esta familia el vínculo con la pilota es mucho más extenso. Y es que el padre de Joaquín y abuelo de Carlos y Raúl era hermano del gran Pigat, que tuvo como sucesores a los no menos importantes Pasqual y Eduardo, esto es, Pigat II y Pigat III. Y un tercer hermano de los cuatro que tuvo el abuelo Joaquín, Paco, transmitió su pasión como aficionado a su vástago, Paquito, que fue un grande de la modalidad per dalt corda.

Carlos y Raúl también tienen lazos familiares con Genovés II; son cuñados. Huelga señalar de dónde le viene el nombre a José Cabanes: del más grande, El Genovés, que durante años compartió escenario con su hermano Pepe, que a su vez 'regaló' a la pilota a Juan y Julio, siendo el primero uno de los estos más reputados del raspall.

Heredero del título de su progenitor también es Puchol II. De su padre, con una muy destacada trayectoria profesional, ha adquirido la elegancia, la inteligencia y el buen hacer, aunque le ha superado con creces, lo cual es motivo de orgullo de Puchol, que se inició en la pilota por influencia de su familia materna.

Y el nombre de su ascendente mantiene Tomàs II, que en realidad se llama Juan Bautista. Este es otro caso de jugador que probó en el trinquet y se consolidó en les llargues como un resto poderoso. El hijo, Tomás II, es ahora mismo un referente en los medios.

Como segundo también aparece Salelles II, aunque en su caso por ser el menor de los hermanos, el que ha llegado a cuajar en el raspall de primer nivel. Y Pere Roc II, que cuando comenzó a despuntar era Rodrigo, pero en el momento en el que supo que quería ser figura cambió el nombre para homenajear a su abuelo, especialista del juego a ratlles.

Otro reconocimiento al abuelo es del Conillet, que ha bebido en la fuente de la modalidad más antigua y ahora vuelve a sonar fuerte en el trinquet. Y para abuelo ilustre, el de los primos Salva y Julio Palau. Ni más ni menos que Juliet de Alginet. Palabras mayores.

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