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La depredadora impasible

La depredadora impasible

Victoria Díez apenas celebra el aplastante triunfo sobre su amiga Mar Giménez (25-0) con el que conquista su segundo Individual de raspall | «No soy de exteriorizar mis sentimientos, pero estoy muy contenta», asegura la joven de 18 años recién cumplidos tras alzar el Fris Grec

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Lunes, 21 de octubre 2019, 00:41

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Victoria observa cómo la pelota supera a Mar y se encamina hacia la otra parte del trinquet. Seria, desde la zona del resto hacia el dau. A mitad de ancha, se desvía hacia la escala, donde está su padre. Se saludan. Luego se gira hacia donde está su amiga. Entonces esboza una sonrisa, como ella. Se abrazan y se susurran algo que queda para ellas. «No sé lo que nos hemos dicho... me habrá dado la enhorabuena», se limita a apuntar. Cualquiera diría que, un día después de cumplir los 18 años, Victoria Díez acababa de convertirse en la segunda mujer que alza el Fris Grec.

Y lo hizo de forma aplastante. En partida sabatera (25-0), donde sumó muchos quinzes aunque no celebró ninguno. «No soy de exteriorizar mis sentimientos, pero de verdad que estoy muy contenta», aseveró Victoria después de la ceremonia de entrega de trofeos. El trinquet de Alcàsser volvió a ser el epicentro de la pilota femenina. Hace dos años, la propia Victoria ganó el Individual de forma casi clandestina.

En 2017, las mujeres no recibían el trofeo que se entrega desde siempre a los campeones del mano a mano en las dos modalidades profesionales, escala i corda y raspall. No había televisión y a las finales femeninas acudían los familiares de las jugadoras y alguna amistad. Poco más. Victoria ganó en Borbotó, en aquella ocasión a Ana de Beniparrell y se mostró igual de efusiva.

Pero aunque no lo exteriorice, es consciente de que jugar una final como la de ayer en un trinquet lleno y con señal televisiva implica un relevante paso al frente de la mujer en la pilota. «Este campeonato es el mejor y además ahora tiene más repercusión que hace unos años. Para mí es aún más importante ganarlo ante Mar porque es de las mejores y la tengo en un pedestal», aseguró Victoria Díez.

Mar, que a sus 19 años acumula ya una enorme experiencia, sabía que sus opciones pasaban por salir en tromba. La reballà le sonrió y empezó desde el dau. «Tenía que empezar muy fuerte y hacerlo todo perfecto porque de lo contrario es imposible ganar a Victoria», deslizó. Pese a tenerlo en su mano no fue capaz de cerrar ese parcial.

Cuando se cruzaron por el trinquet por primera vez, ya con 5-0 a favor de la jugadora que vestía de azul, el rostro de Mar ya atestiguaba su fatiga. «Quizás no he entrenado lo que debía. He estado enferma varios meses, el trinquet de mi pueblo estaba en obras y cuando tuve tiempo tuve que preparar el one wall para el Europeo... pero no quiero quitarle ningún mérito a Victoria», aseguró: «Se halla en un estado de forma increíble, es casi imbatible. Hay que hacer los puntos perfectos para ganarle». Y bien que lo sufrió.

Tras perder ese primer juego desde el dau, Mar también se vio superada en los tres siguientes. Con quinzes disputados, sin que la partida quedase deslucida, Victoria demostró una solvencia que minó en lo anímico a una Mar que le faltaba gasolina. Sólida con la derecha, dominadora en el juego al aire, castigando cuando podía raspar en mitad de cancha desde la parte del resto y muy solvente con la izquierda en las acciones defensivas.

Sin ofrecer ninguna fisura, Victoria encarriló su triunfo. Mar puso sobre las losas los últimos gramos de fuerza que le quedaban después del 20-0. Se colocó con val-15, pero su amiga y contrincante ni siquiera le concedió ese parcial para maquillar el tanteo. Es una depredadora. Sigilosa e impasible, tiene ese instinto caníbal del ganador innato. No se dejó ir, igualó y en su primera ventaja finiquitó la final.

Esta vez, al contrario que en Borbotó hace dos años, ante una nutrida presencia de público. Amigos y familiares, sí, pero también aficionados y, lo que es más importante, muchas niñas que quieren ser como Mar y Victoria. «Nosotras estamos ahí arriba ahora. Vamos a trabajar para seguir mejorando, pero se nos va a complicar con los estudios. Hay una buena cantera y seguro que van a surgir chicas que nos superarán», deslizó la de Bicorp. A ella y a su amiga, rivales ayer, eso no les inquieta. Quieren seguir disfrutando de la pilota y son ambiciosas. «Mi objetivo es seguir mejorando e ir al Mundial en verano. Sería un gran colofón para la temporada», apunta Victoria.

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