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Jon Rahm se lamenta tras un putt fallado. AFP
Rahm se deja trabajo por hacer
Masters de Augusta

Rahm se deja trabajo por hacer

Su juego y su tarjeta discrepan en una jornada que remata a Sergio García, con cinco bolas al agua y 13 golpes en el hoyo 15

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Viernes, 6 de abril 2018, 03:06

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El buzo que visten los caddies en el Masters es un recordatorio. Aunque se trate del escenario jamás imaginado para jugar al golf, no perdona. Exige remangarse, currar, dar y recibir en un combate en el que no se hacen prisioneros. Le ganas o el Augusta National te cruje. Ayer le envío un aviso a John Rahm un par de horas después de que ajusticiase a Sergio García, que se dejaba trece golpes en el hoyo 15 en el que un año atrás cimentaba su triunfo. Por algo es el Grande entre los Grandes.

No fue la salida imaginada por el de Barrika en los siete días en que jugó aquí para preparar su segundo asalto a la chaqueta verde. En las cuentas de nadie entra, por deseo, arrancar con un bogey. Pero en cuanto le cayó el +1 sus seguidores no tardaron en tranquilizarse. Sólo tardó una bandera en dejar las cosas como estaban. Esa capacidad innata para la recuperación, ya se trate de golpes u hoyos, es una de las señas de identidad que le han traído hasta esta tierra de los elegidos. Soltado el brazo, Rahm se adentró por la senda del equilibrio. Combinaba salidas poderosas con algún golpe de precaución (corta la del 5 para evitar los búnquers centrales o le pegó mal) y no acababa de acercarse a la bandera todo lo que deseaba para buscar rebajar su tarjeta.

El putter le hizo sufrir en el 7 (necesitó tres para embocar), pero de nuevo en la siguiente mano se llevó la jugada con un segundo birdie trufado de opción de eagle. Así, llegaba a la primera neutralización con el par en los nueve primeros, con el resquemor de no haber atinado con un par de putts de menos de cuatro metros. No estaba mal habida cuenta de lo que se iba viendo por el recorrido, con el liderato nunca más allá del -4 hasta que se desmelenó Jordan Spieth llegando desde atrás.

El 'back nine' fue una película completamente diferente para el vizcaíno. Le esperaba la peor cara del Augusta National, ese perfil que o te fijas en él o te asusta de muerte. Claro que no toda la culpa es achacable al campo, idéntico para todos. Ya no volvió a tener un hoyo tranquilo. Tripateo en el 10, fallo desde tres metros en la entrada al Amen Corner, salvado el 12 con corbata en el lote y lo mismo el 13, pero multiplicada la dificultad con una visita al arroyo y el correspondiente dropaje. Lo calificó el propio jugador como su primer golpe malo de toda la jornada.

Volvió a perder el paso en el 14 y, sí han acertado, lo arregló en el siguiente. No le doblan ni con una viga sobre la espalda. Pero le quedaba una penitencia más. Otro chapuzón. Si el del 13 lo saldó sin consecuencias, las del 16 fueron un doble bogey que afeó su tarjeta hasta acabar dejándola en 75 (+3), puesto 55 y con faena por delante para la jornada de hoy en la que se pondrá en marcha a las 16.42 (horario español).

CLASIFICACIÓN

  • 1. Jordan Spieth (EEUU) 66 -6

  • 2. Tony Finau (EEUU)) 68 -4

  • .- Matt Kuchar (EEUU) 68 -4

  • 4. Rafa Cabrera-Bello (ESP) 69 -3

  • .- Henrik Stenson (SUE) 69 -3

  • .- Patrick Reed (EEUU) 69 -3

  • .- Rory McIlroy (IRL) 69 -3

  • 42. José María Olazabal (ESP) 74 +2

  • 55. Jon Rahm (ESP) 75 +3

  • 85. Sergio García (ESP) 81 +9

Cruel Masters que no se casa con nadie. No en vano sólo ha permitido en tres ocasiones que un campeón renovara su título. Se cebó ayer con Sergio García pasándole una factura demencial. Le lanzó sobre los espinos de fuego que se concentran en el hoyo 15 y el castellonense quedó en coma. Increíble estampa, la atracción del agua hacia cinco de las seis bolas que lanzó de idéntico modo, coronando el green e iniciando un suave 'back spin' (efecto de retroceso) que se pasaba ligeramente. Imperceptible esa décima de segundo de más en la que el giro no acabe de detenerse, como si una brizna microscópica hiciera el efecto ballesta. Trece golpes consumados para embocar en un hoyo que no olvidará, un mazazo que complica hasta el límite de lo inverosímil que supere hoy el corte. «He hecho 13 sin fallar un golpe», dijo sobre lo ocurrido.

La jornada española comenzó bien, muy bien sería mejor decir, con un Olazabal que cogió confianza con un soberbio putt de seis metros para salvar el par del 1. Así avanzó sin mayores problemas aparentes. Bogey y birdie en el 'front nine' y lo mismo en los segundos nueve, con dos pares 5 cobrados, hasta que se le atragantaron los dos últimos para acabar +2. Y acabó mejor, con Cabrera-Bello empatando en la cuarta plaza con -3.

«Estoy jugando bien y se verá el resultado»

Entregó a Adam Hayes el putter tras cerrar con par el 18 y lejos de mostrar alguna mueca de desagrado le rodeó por el hombro y ambos sonrieron. No le gusta nada el resultado, pero Rahm está confiado en su juego y cree que mereció más. Realmente, mucho más, como dijo en la zona mixta con contundencia. «Siento que he jugado hoy para hacer 65. El primer golpe que he fallado ha sido en el hoyo 13 y se ha ido al agua. Esto es golf. No tiene que ver con que sea Augusta. A veces salen las cosas bien y otras no salen. Estoy tranquilo porque creo que estoy jugando bien y tendrá que verse el resultado en algún momento».

Sobre la compleja parte final, añadió que «en el 10 acabo corto y un buen putt que no ha entrado. En el 11 pego dos golpes espectaculares, tengo dos metros y medio para birdie y pego un buen putt y no entra. En el 12 lo mismo y en el 13, después de una gran salida, el único golpe malo que tengo la tiro al agua. Creo que ahí podía haber cambiado la vuelta». Pese a estar a 9 golpes de la cabeza, cree que «el campo esté tan difícil quiere decir que es más fácil recuperar golpes. Con el -6 de Jordan (Spieth) se puede remontar. Quedan muchos días».

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